Viaje a las fuentes de la música estadounidense
Quizás no sea todavía un nombre estelar, pero las canciones de Aloe Blacc (California, 1979) han facturado millones. I Need a Dollar, incluida en una serie de HBO, fue su primera diana, superada por la colaboración con el DJ sueco Avicii, un alegato contra el racismo titulado Wake Me Up, número uno en una veintena de países.
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Hijo de inmigrantes panameños, Blacc ultima el lanzamiento de un nuevo álbum que, precedido por el single Summer in Brooklyn, contendrá ‘’canciones apasionadas y conmovedoras sobre relaciones sentimentales, algo que no hice mucho en el pasado’’. Y promociona la película IMAX Ritmos de América, estrenada el pasado julio en la Ciutat de les Arts i les Ciències de Valencia. Narrada por el amante del blues Morgan Freeman, la espectacular producción sigue a Blacc en su periplo por ‘’las raíces de la música americana y las regiones de donde procede cada estilo musical’’, mostrando el acrisolado sustrato de la cultura sonora de su país.
El cantante de sombrero de ala corta y media sonrisa recuerda, en charla telefónica, la expedición que le llevó de Nueva Orleans —allí le esperaban Irma Thomas y Dr. John— y Chicago —donde intimó con su héroe Ramsey Lewis— a Nashville, Nueva York o Miami. ‘’Normalmente estoy en esas ciudades una sola noche, actuando’’, explica. ‘’El rodaje me permitió pasar más tiempo y profundizar en ellas. Conocí a los Estefan, uno de los hallazgos de la película. Fundaron Miami Sound Machine y crearon un nuevo género, un híbrido de varios estilos que aún resulta único. Es una historia de inmigración, de cómo superaron sus circunstancias para darse a conocer en todo el mundo. Me echaron una mano con una canción: a Gloria le gustaba la letra y sugirió cambios. Siempre estoy componiendo y este viaje fue inspirador’’.
America’s Musical Journey, el título original, ha sido patrocinada por Brand USA, plataforma no gubernamental que en el último lustro ha incrementado en cifras millonarias el turismo exterior. Subvencionada gracias a las tasas turísticas, cuenta con un canal de televisión y futuros proyectos musicales. ¿Qué aprendió el guía durante tan efusivo itinerario? ‘’Lo más revelador, aunque pueda parecer anecdótico, es que la música es un lenguaje universal que nos une. Al ir de ciudad en ciudad, vi que todos los géneros son el resultado de romper las reglas. Manejamos todos esos conceptos musicales, pero siempre hay un artista o un momento rompedores que ensanchan los límites conocidos y crean estilos nuevos’’.
Versado en lo audiovisual, sus vídeos intentan ‘’contar una historia mayor que la canción misma’’. El objetivo es incidir en la transformación social sin descartar ninguna vía propagandística, aunque a veces estas ‘’guardan más relación con el negocio que lo artístico’’. Otra faceta de este graduado en lingüística y psicología es la filantrópica: al firmar con una multinacional decidió que su música debía propagar mensajes positivos y colaborar en la erradicación del SIDA o la malaria. ‘’Uno de los desafíos de mi carrera es llegar a hacer tanto como hizo Michael Jackson, y eso va a costar muchos años y dinero’’, anuncia. ‘’El objetivo es utilizar mi posición para mejorar el mundo, pensar en los demás, no solo en mi beneficio’’.
Plenamente contemporáneas, las canciones de Blacc exudan respeto por la tradición rhythm and blues y no abusan del siniestro auto-tune. Por tanto, salta la pregunta: ¿Kamasi Washington o Kanye West?: ‘’Probablemente esté en medio. Crecí escuchando hip-hop y, como letrista, admiro ese género, pero también tocaba la trompeta y adoro el jazz. Sin embargo, prefiero las letras de antes, eran mejores. Actualmente hay mucha creatividad, todo evoluciona continuamente y adopta otras formas. Hay música buenísima, aunque no sea fácil encontrarla: Gregory Porter, Georgia Anne Muldrow, Michael Kiwanuka...’’.
Y conviene cuestionar, finalmente, la paradoja que dibuja el reportaje turístico en gigantesca pantalla contra la actual situación migratoria en Estados Unidos. ‘’Las leyes de inmigración acabarán siendo más apropiadas y humanitarias, pero ahora mismo están ocurriendo cosas muy desagradables’’, reconoce. ‘’Personalmente tengo amigos a ambos lados de la valla, algunos están en proceso de lograr la ciudadanía, para otros será más complicado. Hay mucho sensacionalismo mediático, pero por supuesto que deben producirse cambios dramáticos en nuestras políticas, y espero que estas sean más inclusivas’’.