Afirman que Salud volverá a ser ministerio en el próximo gobierno

Afirman que Salud volverá a ser ministerio en el próximo gobierno

Hace exactamente un año, el Ministerio de Salud perdía su rango y pasaba a ser secretaría, bajo la égida de Desarrollo Social. Tanto el secretario de Salud Adolfo Rubinstein como el ex ministro Daniel Gollan (referente del Frente de Todos) sostuvieron que el área recuperará la jerarquía ministerial durante el próximo gobierno.

La degradación a secretaría “no es algo que haya recibido con beneplácito, respondía a un momento muy particular el año pasado, pero confío en que va a volver a ser Ministerio”, dijo Rubinstein ante una sala llena en el anexo de la cámara de Diputados, en el marco del debate "El futuro de la salud", organizado por la Red Argentina de Periodismo Científico, del que participaron también Gollan y la ex ministra de Salud bonaerense Zulma Ortiz.

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En tanto, al enumerar las prioridades en políticas de salud para los próximos cuatro años, Gollan -ministro durante el último año de gestión de Cristina Kirchner- habló de “reabrir el ministerio” en primer lugar. “El ministerio va a volver a ser ministerio si la ciudadanía nos bendice con su voto”, afirmó. No obstante, descartó rotundamente que vaya a ser él quien esté al frente de esa cartera en caso de que la fórmula encabezada por Alberto Fernández resulte ganadora en octubre.

En su exposición, el ex funcionario y médico sanitarista subrayó también la importancia de “corregir rápidamente el problema de acceso a medicamentos y vacunas”. En la actualidad, dijo, “está cortada la cadena de pagos, no hay insumos para los hospitales, ni para el sector privado ni para el sector público”, lo que está “condicionando severamente el acceso a la atención y el acceso con equidad”.

A mediano plazo planteó “volver a poner en marcha programas de prevención (el de salud sexual y procreación responsable y Remediar, entre otros). Todo lo que se fue debilitando hay que volver a ponerlo”. En su listado figura también el “fortalecimiento del PAMI, reorganizar el sistema de salud (“no podemos atacar solamente la gestión cotidiana con todos los problemas que hay y posdatar el inicio de un proceso de reorganización, reestructuración y reordenamiento”), encauzar la problemática tremenda de los recursos humanos que estamos teniendo, desarrollar una política de salud con perspectiva de género, y atender el drama central de la salud mental en el marco de la nueva ley”.

Rubinstein rechazó que durante la actual gestión se hayan cerrado programas. “Los programas nacionales no están para nada desarmados y se mantienen”, afirmó, al tiempo que aclaró que algunos sólo han cambiado de nombre.

“Nosotros vamos a seguir en una gestión en la que pretendemos ampliar y profundizar los objetivos y los logros que nos planteamos desde el principio”, remarcó.

Entre esos objetivos, destacó en primer lugar la ampliación de la cobertura efectiva, territorial, digital y de la calidad prestacional “para reducir disparidades sanitarias”.

En segunda instancia habló de la profundización de la política de medicamentos: “Nosotros hemos recurrido a instrumentos nuevos: compras conjuntas y consolidadas del sector público para aumentar el poder de negociación con la industria y fijar reglas claras (precios máximos, licitaciones transparentes, demanda agregada) y hemos conseguido enormes beneficios”. Apuntó que la asignatura pendiente sigue siendo al creación de la Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud (que está en discusión en el Senado y con otros sectores).

Y también señaló como prioridad ampliar la prevención y control de enfermedades crónicas. En ese aspecto destacó que uno de los ejes de su gestión está puesto en atender la malnutrición infantil, que hoy afecta a 4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes. “Hemos lanzado el Plan de Alimentación Saludable en la Infancia para empezar a desarrollar estrategias destinadas a combatir la malnutrición infantil, que no es de ahora, se viene arrastrando desde las últimas décadas”.

Zulma Ortiz, quien fue ministra de Salud de la Provincia en el inicio de la gestión de María Eugenia Vidal hasta mediados de 2017, planteó que “las prioridades no deberían estar atadas a gestiones de gobierno, sino a la salud de los argentinos y, en ese sentido, los problemas son infinitos y los recursos finitos”.

En términos poblacionales, destacó, “los más vulnerables son los niños, niñas y adolescentes, y los adultos mayores”. Coincidió con Rubinstein en que Argentina avanzó mucho en la reducción de mortalidad infantil y materna, pero señaló que todavía se está lejos de cumplir con las metas planteadas en los Objetivos del Milenio.

Y subrayó: “En esta retracción que hemos visto de los programas nacionales, hay enfatizar que preferentemente en la salud de la mujer, motor de desarrollo económico y social de nuestras sociedades. Debemos garantizar la educación sexual integral, el acceso a métodos anticonceptivos y el rol rector del Ministerio en la interrupción legal del embarazo”.

La médica epidemióloga también incluyó en sus prioridades el desafío de las enfermedades crónicas “ ya que 7 de cada 10 muertes que se producen en Argentina están vinculadas a ellas. Particularmente el cáncer es una prioridad, debido a que 3 de cada 4 muertes son evitables con prevención primaria y secundaria”.

Y como tercera línea prioritaria incluyó el “contribuir a que el sistema funcione como sistema, fijar prioridades, distribuir roles y funciones y revisar hacia el interior del sistema quién se va a ocupar de qué y financiando cómo de estos problemas”.

Los tres oradores coincidieron en que el sistema de salud argentino arrastra problemas estructurales desde hace décadas.​ Con acuerdo conceptual pero diferencias en la forma de ejecución (Rubinstein reivindica la Cobertura Universal de Salud que según Gollan genera concentración del negocio, precarización de los trabajadores de la salud y aumento del gasto de bolsillo), pusieron el foco en la importancia de la atención primaria de la salud y en el problema del déficit de recursos humanos en esa área y en otras específicas (intensivistas, neonatatólogos, anestesiólogos).

Rubinstein reconoció que “el sector privado está en crisis” y que están trabajando en medidas de alivio “que permitan que no se desfinancie lo suficiente como para poner en riesgo las fuentes de trabajo”. En el marco de la emergencia sanitaria están evaluando “eliminar los impuestos aduaneros a los medicamentos importados y a los insumos”.

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