¿Quién es Hernán Cortés?
Hawái le queda un poco lejos a Hernán Cortés, pero parte de la conquista televisiva que se viene en los próximos meses se pergeñó ahí. Óscar Jaenada rodaba Piratas del Caribe 4 junto a Penélope Cruz, cuando el marido de la actriz, Javier Bardem, le comentó que quería dar vida a Cortés. “Fue el primero que me habló en detenimiento de él”, explica Jaenada en México, en un, un paréntesis del rodaje de Hernán Cortés, una serie producida por la mexicana Dopamine en colaboración con la española Onza, cuya primera temporada, de ocho capítulos, se estrenará a finales de año.
Jaenada, otrora Camarón, Cantinflas o Luisito Rey, el padre de Luis Miguel, a punto de ganarse a pulso el galardón de villano favorito para los mexicanos con la interpretación del conquistador, lleva meses inmerso en los libros de historia: sobre Cortés, la conquista, el México de hace cinco siglos… Dar vida a alguien de quien no hay registros visuales ha sido un reto para el actor catalán, acostumbrado a zambullirse en Youtube para recrear a muchos de sus personajes anteriores. A ello le suma la controvertida figura del conquistador, de la que se ha enseñado poco o nada en los colegios, como incide Jaenada. “Tanto en nuestra escuela como en la mexicana siento que no os han contado cómo sucedieron las cosas. Creo que hay muchas vergüenzas que hay que sacar tanto de un lado como del otro. Se siguen tapando aún muchas cosas y tanto en la cultura mexicana como en la española no nos han contado la verdad sobre la conquista”. “No nos la han contado o no nos la han querido contar, porque la Iglesia sigue teniendo un poder muy importante en España y en México y no nos han explicado por qué se hicieron esos sacrificios en nombre de Dios”.
La falta de un relato homogéneo también supuso un quebradero de cabeza para los guionistas de la serie. “La historia de la conquista nos la han contado muy mal, se simplifica, se vuelve muy tonta. No se trata de contar que llegaron unos barcos a una tierra extraña, el resto es ver cómo lo hacemos de forma contemporánea”, considera el showrunner mexicano Julián de Tavira, quien en colaboración con el español Curro Royo ha estado encima de la escritura del guion y dirección. “La pregunta que más nos preocupa es: ¿Y quién es Hernán Cortés?”, explica De Tavira sobre un rodaje un tanto tortuoso. “No hay un espacio concreto donde se pueda filmar, no hay una pared en pie que podamos reconstruir. Rodamos a contracorriente”. La falta de escenarios reales quedará paliado por el trabajo de El Ranchito, la empresa que ha participado en los efectos visuales de Juego de tronos.
El estreno de la serie coincidirá, se presupone, con la que prepara Javier Bardem, producida por Steven Spielberg y sobre la que hay un secretismo mayor que el de la propia figura de Cortés. Al menos de cara al exterior, pues los dos actores españoles conversan frecuentemente del asunto. “A mí me parece una maravilla que Javier y yo interpretemos a Cortés, creo que hablo por él también. Es interesantísimo, hablamos del tema, compartimos información… me parece algo único, un regalo que me ha dado esta profesión”, resume Jaenada.
El rodaje de la serie mexicana se ha visto salpicado por la carta que el presidente Andrés Manuel López Obrador envió al rey Felipe VI pidiendo que España se disculpara por los abusos de la conquista. El actor relativiza el impacto de la misiva y asegura: “Lo único que hace es ponernos más las pilas a los que trabajamos de contar historias, yo creo que es muy bueno hablar de esto, sea bueno o malo lo que ocurrió”, al tiempo que rechaza que la serie vaya a ser o tenga que ser una versión definitiva de lo que ocurrió. “Ninguno queremos alabar una parte de la historia, vamos a intentar reflejar lo que no sabíamos, pero no con un componente político”.
Parte de los actores de la serie, durante la primera lectura del guion. damián hernández
“Lo que más me llama la atención es la discusión que ha generado”, concede De Tavira sobre la carta de López Obrador. Una discusión que se ha acentuado, por no decir exacerbado, más en España que en México, donde ha pasado a segundo plano mientras los políticos aprovechaban la misiva para azuzar la campaña electoral y aflorar el nacionalismo más recalcitrante, algo que a Jaenada, hasta cierto punto, le da parece una broma pesada. “Ya apelar a Franco me parecía muy viejo. Ahora, apelar a la conquista me parece ya cómico. A mí me enseñó mi madre que si veía a algún tonto por la calle no debía reírme de él. Yo creo que debemos aprender algo así y dejar de dar publicidad a gente que no está bien de la cabeza”.