Moda valiente para crear conciencia en el festival Rototom Sunsplash
Diambaar significa valiente en la lengua senegalesa wolof y da nombre a una de las primeras firmas de moda ligadas al top manta en España, que emplea de manera directa e indirecta a medio centenar de personas. Catorce prendas de la colección han desfilado este martes en la pasarela arropada por la colorida carpa de African Village, uno de los espacios culturales sobre los que se construye el festival reggae Rototom Sunsplash, que celebra hasta mañana en Benicàssim (Castellón) su 25 aniversario. También lo han hecho la decena de camisetas con mensaje reivindicativo de Top Manta, la marca con la que se ha iniciado en el mundo de la moda el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona, más conocido como Sindicato Mantero. Y completando desfile, los trajes y vestidos de la sastrería hispano-senegalesa Bissap, con base en el valenciano barrio de Ruzafa.
El sello textil Diambaar es una de las ramas en las que ha diversificado su actividad la cooperativa Diamcoop, con sede en Barcelona y que integran 16 socios y socias, en su mayoría procedentes de Senegal. Todos son exmanteros. También Babacar Diod, que atiende a EL PAÍS poco antes del arranque del desfile desde su expositor en el festival. "Queremos que la gente conozca nuestra marca", añade. Conocer es clave para acabar con los prejuicios sobre quienes se dedican —casi como única alternativa por estar en situación administrativa irregular— a la venta ambulante, señala la también senegalesa Marie Faye, socia promotora de Diomcoop. La cooperativa busca insertar y regular la situación de los migrantes en estado de vulnerabilidad socioeconómica. "En el colectivo mantero la gente ni siquiera intenta saber qué personas hay detrás, preguntar qué hay de su vida", apunta Marie Faye. Con el desfile de hoy, han roto una barrera más.
"La sastrería acumula casi más clientela europea que africana", reconoce Mbaye, sastre senegalés y propietario de la tienda Bissap
"Poned los alfileres, tiene que quedar más corto". Mor Mbaye, sastre senegalés y propietario de la tienda Bissap, da las últimas instrucciones durante la prueba de una de las faldas antes de exhibirla, junto a otras nueve prendas, sobre la pasarela del Rototom Sunsplash en este desfile con trasfondo social. No quita ojo a los retoques de su equipo sobre dos de las modelos mientras remata otro de los trajes en su máquina de coser. La misma de la que sale el 95% del textil que vende en su tienda valenciana desde hace tres años y que ahora ha trasladado por unos días a la pequeña sastrería del poblado africano instalada en el festival. Un rincón en el que la actividad no cesa: de él han salido los vestidos para la puesta en escena del grupo Khady Seck durante su concierto anoche en Rototom.
A Mbaye le enseñó a coser su tío en Senegal cuando tenía doce años. "Ya vio que iba a ganarme la vida así", dice. Y no se equivocaba. Su sastrería de Ruzafa acumula "casi más clientela europea que africana", reconoce. Que su moda está internacionalizada lo corroboran los aplausos del público en pleno desfile en African Village. Aplausos que se reparten de manera equitativa con los otros dos proyectos participantes. Moda valiente "para crear conciencia", explican desde la organización del Rototom Sunsplash. Para poner rostro, color y tacto, a prendas de ropa que brindan oportunidades.
MÁS ENTRADAS DEL BLOGEl desfile de moda africana pone la nota de color y de compromiso social a una edición que apura ya sus últimas horas. La vertiente musical de la penúltima jornada, esta noche, presenciará el estreno en el Sunsplash de los neozelandeses Fat Freddy's Drop. El festival hará también un guiño a su origen italiano con el show Italian Reggae All Stars y con Mellow Mood, y brindará un homenaje a su presente en Benicàssim —su base de operaciones desde el verano de 2010— con los exponentes del reggae nacional Green Valley.
El turno de las despedidas será este miércoles, 22 de agosto, con los cubanos Orishas y el triplete jamaicano Tarrus Riley, Konshens y The Mighty Diamonds como principal reclamo del cartel. Un adiós "cargado de emociones, buen sabor de boca y experiencias que guardar de vuelta a casa", como las que dejarán los 120 músicos que animarán el gran pasacalle final, anuncian desde el certamen.
Otro desfile, esta vez musical, con el que el festival cierra un aniversario en el que se ha marcado como reto consolidarse como epicentro internacional de la música reggae y como punto de encuentro para las miles de personas que han convivido y disfrutado durante toda una semana de música, sueños, arte, compromiso, baile y desconexión a orillas del Mediterráneo. "El espíritu con el que la macrocita musical se gestó hace un cuarto de siglo sigue latiendo. La familia Rototom, también. Misión cumplida", concluyen desde el certamen.
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