Experiencia imperdible: un camping de lujo en... Nueva York
Glamping en Nueva York, Estados Unidos (Patrick Chin for Collective Retreats/ La Vanguardia)
S solo ocho minutos en ferry desde el extremo sur de Manhattan (cinco minutos si viajas desde el muelle 6 de Brooklyn), Governors Island es uno de los lugares favoritos de descanso de verano para los agobiados habitantes de Nueva York, Estados Unidos.
Durante casi dos siglos, la isla estuvo cerrada al público operando como base para el ejército de Estados Unidos y, más tarde, para la Guardia Costera. Desde 2004, la isla se transformó en un espacio verde, libre de automóviles, con 69 hectáreas de parques, edificios históricos, instalaciones de arte y un bosque de hamacas.
Collective Governors Island es un glamping que ofrece a los huéspedes vivir una experiencia única.
Vista aérea de Governors Island en Nueva York (AP Photo/Mark Lennihan, file)
“Collective Retreats nació con la creencia de que la experiencia de viaje no tiene que limitarse a edificios físicos”, dice Peter Mack, director ejecutivo de Collective Retreats y codirector fundador. “No pavimentamos carreteras, ni vertemos cimientos, ni construimos estructuras permanentes para proteger y respetar el entorno en el que operamos”. Su misión, explica, es conectar a los huéspedes con la tierra, con otras personas y consigo mismos.
"La experiencia de viaje no tiene que limitarse a edificios físicos”, dice Peter Mack, director ejecutivo de Collective Retreats (Patrick Chin for Collective Retreats / La Vanguardia)
ExperienciaLa compañía ya ofrece alojamiento temporal de lujo bajo una lona en otros destinos donde sería difícil construir un hotel sin dañar la belleza del lugar, desde un rancho de 400 hectáreas en Vail hasta una granja orgánica en el Hudson Valley y un rancho en Texas Hill Country.
“Ofrecemos un oasis para que los neoyorquinos y los visitantes escapen del hormigón y la rutina de la ciudad, se reencuentren con la naturaleza y recarguen las pilas”, dice Mack.
Cómo son las carpasHay dos tipos de tiendas de lujo disponibles. Diez “Summit Tents” (habitación doble, desayuno incluido) contienen una cama kingsize o dos individuales más baño privado. Se pueden agregar camas para hasta dos niños menores de 12 años.
Así se ven por dentro las carpas Island (Patrick Chin for Collective Retreats / La Vanguardia)
Veintisiete “Journey Tents” (habitación doble) con una cama Queen size o dos camas individuales pero se comparten las instalaciones de baño. Todos los baños tienen inodoros de gran capacidad, duchas con agua caliente tipo lluvia y espacios amplios que incluyen amenities ecológicos. Dentro de las tienda todo es pura comodidad, con colores neutros y acabados naturales, como pieles, madera y alfombras tejidas, inspirado en una estética del minimalismo escandinavo fusionada con la historia náutica de la isla.
Se trata de tiendas de campaña simples pero hermosas que se completan con unas impresionantes vistas del horizonte de la ciudad de Nueva York.
La próxima temporada hay planes para agregar ocho “Outlook Shelters” hechos de contenedores reutilizados. Estas unidades incluirán aire acondicionado y calefacción, cocina, baño y una habitación con cama king size con paredes de vidrio de 180 grados para apreciar por completo las vistas del puerto desde la cama.
Este alojamiento solo funciona durante seis meses, desde mayo hasta octubre.
Las carpas se instalan en Governors Island, entre mayo y octubre (Patrick Chin for Collective Retreats)
GastronomíaEl alojamiento se instala alrededor de un parque central dominado por el restaurante Three Peaks Lodge, que ofrece abundantes y saludables opciones de desayuno, cajas de picnic para el almuerzo y deliciosas cenas. Todo con una vista maravillosa del puerto de Nueva York que incluye la Estatua de la Libertad, Ellis Island y el horizonte de Manhattan.
También hay un contenedor de barco reutilizado que se transformó en bar (aún no pueden vender alcohol) y una cafetería, mientras que un escenario de madera se usa para actuaciones y para pasar el rato.
Noche iluminada en Governors island (Ramsay de Give for The New York Times).
El jefe de cocina, Jason Rutigliano, trabaja desde un espacio abierto contiguo al restaurante. Él hace maravillas en las placas de inducción (el gas no está permitido en la isla). Cuando no está cocinando, lo verás luciendo una cinta deportiva de colores neón, y hablando con los invitados sobre la granja de la isla que suministra gran parte de sus productos. El pescado que se consume, asegura, es sostenible.
Los comensales pueden elegir para cenar entre un menú a la carta o un menú de precio fijo de tres platos que variará dependiendo de la temporada. Además, existe la opción BBQ-in-a-Box para una experiencia de campamento más auténtica: cocinar uno mismo en las parrillas dispuestas en el campo.
Cada noche, los huéspedes pueden participar en un ritual nocturno reuniéndose en torno a una fogata para reflexionar sobre el día.
Fuente: La Vanguardia
