Los mariachis que cantan al torero José Tomás
Al entrar en una cantina de la ciudad de Aguascalientes (centro de México), el visitante quizás escuche un pasodoble que deja por las nubes a una de las mayores figuras del toreo actual. “Donde te pones, no se pone, torero alguno, ni se pondrá”, arranca. El aludido es José Tomás y los que interpretan el tema, el Imperial Azteca, un grupo de mariachis hidrocálido (gentilicio de Aguascalientes). La canción es sentida, porque el diestro, además de ídolo, también es un viejo amigo de la banda.
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En una rara aparición ante la prensa la semana pasada en Madrid, el torero anunció una gira benéfica de estos mariachis, patrocinada por la fundación que él encabeza. Entre las paradas de la banda, están Galapagar, tierra natal del diestro, y un concierto final en la sala madrileña Joy Slava (este viernes, 21 de septiembre). Acompañado de la embajadora del país azteca en España, Tomás se mostró entusiasta: “Estoy convencido de que la música del mariachi Imperial Azteca hará que la gente salga cantando y gritando '¡Viva México!”.
La gira es fruto de una amistad, la del torero y el conjunto mexicano, que se remonta a un bautizo de hace 12 años en Aguascalientes. Aquel día, José Tomás ejerce de compadre (padrino) del recién nacido, hijo del torero Fernando Ochoa, y el Imperial Azteca es el encargado de amenizar la ceremonia. Al día siguiente, el diestro les llama para que toquen en un encuentro familiar. “Al principio, lo vimos como un cliente más”, cuenta Pedro Rodríguez, director musical de la banda. “Pero pronto nos dimos cuenta de lo fino que era como persona y se fue convirtiendo en un camarada”.
En 2009, el apoderado del diestro y el músico José María Napoleón, también conocido como El Poeta de la Canción, acuden al Imperial Azteca para adaptar un pasodoble escrito por el mismo Napoleón que canta las hazañas de Tomás en el ruedo. Omar Lorea, otro integrante de la banda, se encarga de hacer los arreglos para dar un toque mariachi a las nueve estrofas de las que consta la canción.
Tras estrenarlo para él en privado, la banda lo graba en disco y el tema se convierte en un hit, en un clásico de la fiesta hidrocálida. “Pedir José Tomás es como pedir Hermoso Cariño [la famosa ranchera de Vicente Fernández]”, cuenta Rodríguez. “En Aguascalientes la gente lo quiere mucho”. Muy ligado a la ciudad desde que allí se iniciara como novillero en 1994, el torero ha dicho alguna vez que por sus venas corre sangre mexicana. Y nunca mejor dicho.
Además de brindarle oreja tras oreja, Aguascalientes también le reserva una de las peores cornadas de su vida. En 2010, un toro conocido como Navegante le abre una herida de 15 centímetros en el muslo izquierdo. Tan grave es que desde la megafonía de la plaza se ruega a los asistentes que donen sangre compatible con la del matador. Después de tres horas y media de intervención quirúrgica, sobrevive.
La cornada que casi le quita la vida marca un antes y un después en la amistad entre el torero y los mariachis, que en aquel instante se encontraban tocando cerca de plaza. Cinco meses más tarde, la banda parte de gira a España por invitación de José Tomás y, enfundados en trajes de charro, llevan su arte a Galapagar, la ciudad natal del mecenas.
El pasado fin de semana pisaron por segunda vez la tierra del diestro, como parte de la gira actual. Esta vez llevaban bajo el brazo una nominación a un Grammy latino por el mejor álbum de ranchera de 2017, uno de los principales galardones de la música en español. En la plaza de la Constitución de la localidad madrileña, tocaron Cielito lindo y otros clásicos del género y, cómo no, también el famoso pasodoble que canta las glorias del hijo predilecto de la ciudad. Antes del concierto, participaron en el 25º aniversario de la peña taurina de José Tomás en el rancho de los padres del matador.
Todavía no saben cuando volverán a verlo en Aguascalientes, pero sí que, cuando suceda, comerán unos tacos al pastor, de carne de cerdo marinada. “Son nuestros favoritos y creo que los de José también”, dice Rodríguez. Y, por qué no, quizás se arrancan a cantar: “No hay nadie como tú en el ruedo, ni tan honrado, ni tan verdad”.