Lo que hay en juego en un primer día en ‘MasterChef’

Lo que hay en juego en un primer día en ‘MasterChef’

"Pepe, la tercera chica por la izquierda está llorando. Pregúntale qué le pasa", se escucha por el pinganillo. Y Pepe Rodríguez, con su característica naturalidad, interroga a la concursante que por qué se ha emocionado. Estamos a mediados de enero, es el primer día de rodaje en plató para que los aspirantes a hacerse con el título de MasterChef 7 (La 1, 22.35), tras haber pasado por el casting y una prueba de exteriores. Es la primera vez que se encuentran con el trío de jueces: los cocineros Samantha Vallejo-Nágera, Jordi Cruz y el propio Rodríguez. Los 15 participantes forman una fila frente a ellos y están a punto de estrenarse en las imponentes cocinas. Es el primer día de clase.

Pero tras las cámaras, casi podría ser una jornada más. A lo largo del año se ruedan tres ediciones de MasterChef -la normal, la de famosos y la infantil- y el equipo se sabe al dedillo lo que debe hacer y cómo hacerlo.

"Esto es un trabajo de un equipazo que cada año intenta hacer cosas nuevas, se siente la responsabilidad de que es un programa importante y los primeros días son más caóticos, hay que encajar, cuadrar. Pero enseguida cogemos velocidad de crucero", cuenta Cruz en un pequeño camerino junto a los otros dos jueces. Hablar con ellos a la vez es casi como verles en el concurso, se pisan los unos a los otros con alguna que otra pulla cariñosa, la frase de una la termina el otro, pero suelen coincidir en lo que piensan del programa. Una de esas novedades de las que habla es la ausencia de Eva González como presentadora tras su marcha a Antena 3 el pasado otoño. La productora, Shine Iberia, y TVE decidieron entonces no buscarle sustituto y mantener así el espíritu del formato original, que nunca tuvo esa figura.

Las cosas echan a andar con la bienvenida a los concursantes ante las cámaras. Estos recorren un cierto camino hasta llegar allí. Primero han esperado en un frío y oscuro pasillo; luego han pasado junto a un rincón donde hay un par de televisiones y unas sillas, donde estarán los guionistas durante la grabación para controlar que todo sigue su curso y hacer correcciones y sugerencias. Después, los aspirantes han hecho fila, y luego ya es la entrada al plató. La alegría que muestran, recorriendo cada centímetro del plató, lleno de utensilios de cocina, hornos, el supermercado, la tarima donde se sitúan los jueces, es exagerada. Lo han visto decenas de veces en la televisión, pero ahí es cuando se creen que sí, que han sido seleccionados como finalistas.

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Fuera de las pantallas, la relación entre concursantes y jurado es mínima. Coinciden en los viajes cuando toca rodar fuera, pero siempre se busca que haya algo de distancia. "Intentamos no tener trato para no entablar amistad. No puedes hacerte amigo de uno, porque luego está clarísimo que le beneficiarías en cocina", apunta Vallejo-Nágera. "Tenemos el trato justo, pero al final se hace un poco cariñoso. Se crea una pequeña relación, pero tú tienes que saber dónde esta tu profesionalidad para decirle, 'oye, te estás equivocando', por muy bien que te caiga", añade Rodríguez. "Empatizar no es bueno. Intentas no conocer al que participa para que estéticamente parezca que no te influye. Esto es un jurado serio, nos gusta mantener esa línea hasta que se rompe de una forma natural", finaliza Cruz.

¿Desde ese día calan a los concursantes? "Un cocinero no solo es un artesano, es un gestor también, y, lo más importante, de lo personal. Yo hace 27 años que soy cocinero y 20 que hago selección de personal. Soy un poco psicólogo de mis trabajadores. He aprendido a buscar, a ver las virtudes, los defectos, o estar en cocinas viendo quién ha empezado de una forma, ha evolucionado de otra. Entrenas un poco para saber qué es lo bueno y qué es lo malo de cada uno de tus chicos de cocina. Eso lo trasladamos a las cocinas de MasterChef", responde Cruz. "La gente cada vez viene más preparada, ha visto más el programa y cada vez cocinan más. Pero al final son amateur, el nivel es el que hay. Tampoco nos sorprende nada. Una característica nuestra es descubrir en gente normal quién tiene mano y quién no", incide Rodríguez.

Programas de cocina

En el primer día de rodaje en plató de MasterChef 7 está de invitado el chef Dani García. El tres estrellas Michelin preparaba esos días su debú en el programa culinario Hacer de comer en La 1, donde presenta recetas tradicionales. ¿Estarían dispuestos los jueces del concurso a hacer algo así? Jordi Cruz tiene claro que hoy por hoy no lo haría, pero no descarta que dentro de 10 o 15 años sea una buena propuesta. Samantha Vallejo-Nágera ya lo hizo en Canal Cocina. "Era yo cocinando. estaba como Pedro por su casa, me lo pasaba bomba con mis platos, mezclaba decoración y cocina y fue un año de alegría. Era mi primera vez en televisión y descubres muchas cosas. Yo no haga alta cocina, hago cocina como la que hace la gente en su casa", cuenta. Pepe Rodríguez lo ve de otra forma: "Fui uno de los primeros en Canal Cocina, primero era un debate e hice un par de programas y me aburría tanto y lo pasaba tan mal que no me divertía. Seguro que lo haría diferente ahora, pero sigo sin verme en ese formato". "Ahora lo harías bien", le anima Cruz.

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