La OBC exhibe ante Torra el poder de las trompas
La actuación de cuatro excelentes solistas de trompa haciendo filigranas en la rara Pieza de concierto para cuatro trompas de Robert Schumann que abría el programa, ha dado un toque de originalidad a la inauguración de la nueva temporada de la Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña (OBC). Sorprendió, gratamente, la presencia de Quim Torra, presidente de la Generalitat, en un palco donde se echó en falta a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau: aunque esta semana no se perdió los estrenos teatrales de Maremar y La jaula de las locas, el viernes brilló por su ausencia en la primera gran cita de la orquesta que lleva el nombre de su ciudad y sostienen las arcas municipals y autonómicas.
La representación municipal corrió a cargo de Joan Subirats, comisionado de Cultura en una velada dirigida por Kazushi Ono, que acaba de renovar dos temporadas más como director titular del conjunto barcelonés. El director japonés ofreció como plato fuerte del programa una contundente versión de la archiprogramada Quinta sinfonía de Gustav Mahler. De hecho, en muchos episodios las cuerdas perdían presencia, siendo casi sepultadas por los metales y la percusión. La plantilla respondió con disciplina y entrega, y el público aplaudió con ganas una morosa e irregular lectura que impresionó más por la cantidad que por la calidad del sonido.
Ni tan siquiera en el famoso Adagietto popularizado por Luchino Visconti en Muerte en Venecia, escrito solo para cuerdas y arpa, la sección de la OBC logró el clima de refinamiento y belleza sonora capaz de extasiar al oyente. La acústica de la sala no les beneficia, pero directores como Valery Gergiev, Daniele Gatti y Gustavo Dudamel logran una mejor proyección y calidez situando a la cuerda grave en el centro del escenario, frente al público.
Aunque no es una pieza inédita en el historial de la OBC, sorprendió por su originalidad y exigente virtuosismo la Konzertstück para cuatro trompas de Schumann que abrió la velada. El solista de la Filarmónica de Berlín, Stefan Dhor actuó como primer trompa en una rutilante pieza que evoca los paisajes del romanticismo alemán, donde el sonido de las trompas cautiva por su brillantez y poder evocador.
Junto al sensacional Stefan Dhor rayaron a grandísimo nivel Juan Manuel Gómez, José Vicente Castelló y José Miguel Asensi, trompas solistas, respectivamente, de la OBC, la Mahler Chamber Orchestra y la Sinfónica de Castilla y León. Ante el entusiasmo de la sala, regalaron como propina un arreglo de una pieza tan popular y emotiva como El cant dels ocells. El solista de la OBC también se lució en la obra de Mahler, al igual que el resto de primeros atriles de la orquesta, con brillo especial de la trompetista Mireia Farrés en el espectacular solo inicial de la Quinta.