En qué series se inspiraron las que ahora son furor
19/10/2018 - 14:13
Clarin.comEspectáculosTV
“Si te gustó esta serie te va a gustar tal otra”, se lee en incontables notas periodísticas on-line, que siguen la misma lógica de los algoritmos de Netflix. Son los que se alimentan de los gustos y elecciones de los espectadores para saber qué nuevas series recomendarles, a cada segundo. Aunque la frase exacta podría ser: “Si te gustó esta serie, ¡te va a sonar parecida a un montón!”.
La creciente oferta y demanda de series muestra un indicador clave: hay cada vez más ficciones similares entre sí. Mes a mes surgen series que recuerdan a otras ya conocidas o consagradas. No son plagios ni remakes, sino nuevas producciones cuyos temas, tramas y personajes evocan a otras que lo contaron antes.
1) Ozark - Breaking Bad
Dos dramas sobre hombres comunes que se vinculan con narcos y llegan al mal.
Ozark.
Breaking Bad.
El fenómeno se ve en cable así como en las plataformas de streaming, y en el sistema de On demand. Y las señales aprovechan esas afinidades para diversificar y potenciar televidentes. Aquí un ejemplo de una trama: un brillante padre de familia tiene una doble vida, trabaja para unos narcotraficantes y sus elecciones lo van a volver un ser cada vez más oscuro, con gusto por el mal. ¿De qué serie se trata?
No, no es Breaking Bad, sino el drama Ozark, de Netflix, en el que Jason Bateman encarna a un asesor financiero que se muda desde Chicago a una alejada zona costera, para lavar millones de dólares para un cartel mexicano. ¿Inspiración o imitación? Una serie exitosa como The 100 (Warner Channel) hace acordar a la emblemática Lost y a otras ficciones post-apocalípticas sobre jóvenes organizados para sobrevivir. Y una miniserie como Sharp Objects (que finalizó el 26 de agosto en HBO y está disponible en Flow) muestra a una periodista, Camille Preaker (Amy Adams), que regresa a su opresivo pueblo natal para investigar el asesinato de dos adolescentes. A medida que avance la pesquisa, resurgirán sus traumas y dolores ocultos.
2) Sharp Objects - Top of The Lake
Ambas muestran a una investigadora de un crimen, con sus propios traumas y dolores ocultos en una pequeña comunidad.
Sharp Objects.
Top of the Lake.
Imposible no pensar en la serie Top of the Lake, en torno al crimen de una niña y a las angustias de la detective protagónica (a cargo de Elizabeth Moss). Algo afín ocurre con Karppi, el policial finlandés que Netflix estrenó el 23 de agosto: remite a la tensión de la dupla policial de Bron/Broen, a los cambios de puntos de vista de The Killing y hasta a la atmósfera agobiante de Marcella. El juego de las semejanzas será inagotable al repasar más títulos en cable y a la carta.
¿Cuáles son las razones de la repetición de fórmulas en las ficciones? Responde Gustavo Grossman, Vicepresidente Corporativo de Networks de HBO Latinoamérica: “El consumo de series vive una etapa de auge y proliferan nuevos contenidos similares a otros. Por su género o sub-género, la temática, un personaje protagónico o secundario, los giros en la trama, los ángulos de la cámara o una locación. Los parecidos pueden ser múltiples”.
3) Anne With An E - La familia Ingalls
La niña canadiense de la serie de Netflix cuestiona el mundo de los adultos, como hacía Laura Ingalls en los '70 y '80.
Anne with an E.
La familia Ingalls.
En las series de época también sobran ejemplos: una chica con trenzas corre por la pradera cuestionando el mundo de los adultos, a fines del siglo XIX. Es Anne With an E, una de las series de Netflix más vistas en la Argentina, sobre una nena pelirroja adoptada por unos granjeros en la Isla del Príncipe Eduardo, de Canadá. Pero los espectadores de más de 30 años verán analogías con La familia Ingalls: la pequeña Laura, también de trenzas largas y pecas, desafiaba al mundo de los mayores con picardía y madurez reflexiva.
Al mismo tiempo, la estructura de drama familiar de Los Ingalls es rastreable en una serie que cruza generaciones como This Is Us (FOX Life). ¿La necesidad de la industria de producir cada vez más ficciones genera tramas afines? “Los generadores de contenidos apuestan a historias y formatos donde ven una tendencia en alza a nivel regional e internacional. Esto arroja una gran oferta en el mercado que brinda similitudes. Aunque cada contenido es único en sí mismo”, opina Pablo Corona, Vicepresidente de Programación y Adquisiciones de AMC Latinoamérica.
4) Maniac - Twin Peaks o Black Mirror
La mezcla de drama científico, comedia negra y psicodelia de "Maniac" remite al menos a otras cosas, que dejaron huella.
Maniac.
"Black Mirror".
Aquí distingue tres claves. “Tendencias, conocimiento y riesgo. Hoy es más común la adaptación de ideas y formatos que tuvieron éxito en su momento, retomados en remakes, relanzamientos y revivals por los mismos estudios o por otras casas productoras”. Corona arriesga un diagnóstico. “La tendencia actual en contenido masivo es bastante similar a lo que se vio en la TV tradicional de los ’80 y los ’90. El conocimiento de lo que sirvió en su momento, adaptado a plataformas nuevas a y a consumos híper demandantes, sumado a la garantía del éxito y a la eliminación del riesgo, influye para tomar rumbos conocidos en lo que vemos hoy”.
¿Cómo se comportan las audiencias frente a esto? “Son permeables a consumir contenidos con tramas similares: dramas médicos, ficciones sobre cuestiones legales, series de época...”, asume Gonzalo Fiure, Vicepresidente de Entretenimiento de FOX Latinoamérica. “Esto se vincula a una preferencia de género y formato. Es más probable -considera- que les guste un contenido similar a otro que ya disfrutaron”.
5) Friends - How I Met Your Mother
Dos series de amigos treintañeros (tres varones y tres chicas), pero sólo una fue pionera.
Friends.
How I Met Your Mother.
Justamente, una serie como Stranger Things, también de Netflix, asentó su potencia y efectividad en la referencialidad a distintos productos culturales (series, filmes y libros) de los años ’80. Una década en auge en las ficciones actuales. Si hace treinta años hizo furor Dinastía (por el viejo Canal 9), sus intrigas y ambiciones pueden rastrearse hasta en un melodrama mexicano -en tono de parodia- como La casa de las flores, con Verónica Castro al frente. Los temas no pasan de moda. Sólo la forma de ser resignificados Por eso no sorprende que a la miniserie Maniac -que Netflix estrenó el 21 de septiembre- se la compare con Black Mirror y con Twin Peaks. La creó Cary Fukunaga (el mismo de True Detective), y Emma Stone y Jonah Hill encarnan a una pareja que se somete a experimentos con pastillas para atenuar sus angustias y enfermedades mentales. Una mezcla retrofuturista de drama científico, comedia negra y viaje lisérgico, que podría remitir al simbolismo de Twin Peaks, de David Lynch, cuya estética y giros narrativos se pueden seguir hasta en American Horror Story, de Ryan Murphy.
Otras afinidades son visibles en las sitcoms de hoy, que vuelven una y otra vez sobre los tópicos y rasgos que abrieron hitos de los ’90 como Friends o La Niñera. Bastará con poner a contraluz a comedias como How I Met Your Mother, a Marlon (con el cómico Marlon Wayans) o a Friends from College, para dilucidar las huellas de aquellas sitcoms clave de los ’90. Algo similar ocurrirá con series de viajes en el tiempo como Outlander, El ministerio del tiempo, o Fringe, entre otras. Los memoriosos no dejarán de verlas en el espejo de una pionera de los años ’80: Viajeros (Voyagers!).
6) La casa de las flores - Dinastía
Dos sagas familiares con intrigas, envidias e intereses. Una en serio y la otra en clave kitsch y de culebrón.
La casa de las flores.
Dinastía.
Para Grossman, de HBO, “la audiencia va en busca de experiencias. Y muy probablemente, quien haya disfrutado un tipo de experiencia de consumo vaya en busca de una similar”. En este mapa inabordable de nuevos contenidos, ¿cómo elegir qué ver? Los algoritmos podrán influir en las elecciones de los televidentes, pero las críticas, las páginas y los grupos en las redes sociales también generan tendencias a favor o en contra de los estrenos. El último filtro de calidad, una vez más, lo tendrán los espectadores.
-La era de la sobreabundancia
“En esta era dorada de las series surgen algunas con temáticas comunes en distintos niveles”, observa el periodista Pablo Manzotti, autor del libro Seriemanía y director de la web homónima. “Un ejemplo dentro de la épica es Vikings, de History, que nace a la luz de Game of Thrones. Luego apareció Britannia, que remite directamente a Vikings. Hay diferentes escalas de parecidos: hay series similares a otras, y una tercera categoría de las que imitan a aquéllas”.
Y prosigue Manzotti: “Es muy interesante la resignificación de la década de los ’80 en cine y en TV. Es algo que detecta el algoritmo de Netflix: la plataforma tiene muchas series exitosas ambientadas en los 80. El ejemplo más claro es Stranger Things, a partir de la cual surgió 13 Reasons Why. Hay toda una generación que no nació en los años ’80, pero que vive con tópicos de los ’80”. Otro rasgo “es la repetición de formatos: las series de zombies a partir de The Walking Dead, o las series distópicas. Hay temáticas que se imponen por la necesidad de la industria de tener muchísimo material a causa del On demand. Netflix no sólo impone formatos, sino un mercado saturado”, dice Manzotti.
Si hoy “las series de TV son el espacio creativo por excelencia, a la vez vivimos en la era de la sobreabundancia. Es imposible ver la toda la cantidad de ficciones en oferta. Por eso Netflix dice que ‘la competencia es el sueño del espectador’”.
-Series pochoclo
“A pesar de que sigue creciendo la calidad de las series y sus buenas críticas, los tiempos de crisis obligan al consumo audiovisual a ser un comodín en momentos de incertidumbre”, dice Elian Aguilar, editor de la revista Cine Fantástico y Bizarro, conductor del programa de radio La previa cinéfila (en Radio Colmena) y del programa de TV Spin-Off. “La gente se refugia en modelos conocidos para dejarse naufragar por historias que no le requieran demasiado análisis. Algo similar al cine pochoclo. Las historias y géneros conocidos se adecúan a estructuras que el espectador ya reconoce y que le son familiares”.
Por otro lado, “las productoras de contenido también se encuentran en tiempos de crisis: el huracán del mundo multiplataformas agarró desprevenidos a quienes nunca vieron venir a Netflix y Amazon Prime Video hasta que fue demasiado tarde”, analiza Aguilar. “Los presupuestos se volvieron gigantes, pero a la espera de que recauden más. Apostar por algo totalmente nuevo es demasiado arriesgado. Las franquicias, las secuelas, las remakes y los homenajes se vuelven cartas ganadoras y una forma de comunicar más fácil el producto y de venderlo al gran público. La repetición de fórmulas permite asegurar la inversión y facilita el consumo de la audiencia”.