El huracán Ocasio-Cortez llega a Netflix
Cuando Alexandria Ocasio-Cortez supo que estaba entre las ganadoras de las primarias demócratas de Estados Unidos se llevó las manos a la boca con la mirada incrédula. Esas imágenes se han repetido hasta la saciedad mientras Ocasio-Cortez, entonces de 28 años, se convertía en un fenómeno político y mediático. Lo que muy poca gente presenció es todo lo que hubo detrás de esa imagen: esa noche no se atrevía a entrar a la sede del Bronx donde le esperaban los resultados. “Estoy asustada. ¿Tenemos que entrar?”, le preguntaba a su novio. La joven no había querido escuchar ni leer nada en la última media hora. Solo sabía que la única encuesta realizada le daba a su rival, el veterano Joseph Crowley, anclado a un escaño durante 10 mandatos, una ventaja de 30 puntos.
Cuando escuchó los gritos de su equipo corrió emocionada para entrar al local, pero el guardia la bloqueó. “¡Soy yo, la del póster!”, exclamaba la candidata fuera de sí. La escena es parte del recién estrenado documental de Netflix Knock Down The House (A la conquista del Congreso), la caja negra de la exitosa campaña de la congresista, donde también aparece el infortunado recorrido de otras tres mujeres que intentaron vencer al stablishment en las legislativas de 2018.
Poco después de la victoria de Donald Trump, Gabriel Ocasio-Cortez, hermano menor y copia viva de su pariente, inscribió a “Alex” en la plataforma Brand New Congress, dedicada a buscar trabajadores que quisieran cambiar la política sin haber participado nunca en ella. En 2017, esta camarera de una taquería de Manhattan recibió una llamada del “comité de acción” simpatizante de Bernie Sanders para invitarla a competir por el distrito 14 de Nueva York. La latina, oriunda del Bronx, decidió bajar al barro y la documentalista Rachel Lears estuvo desde el primer día a su lado, sin poder imaginar entonces que estaba descubriendo un trozo de la historia política estadounidense. El título se centra en los entresijos de cómo David venció a Goliat en las primarias demócratas de ese territorio: los nervios, el rechazo inicial del electorado y el apoyo afectivo que hubo detrás del triunfo ante Crowley, el entonces cuarto demócrata más influyente en la Cámara de Representantes. “Esto no se trata de los izquierdas o los de derechas, se trata de los de arriba o los de abajo”, explicaba la recién candidata a un grupo de jóvenes.
La primera vez que Ocasio-Cortez salió a llamar a los timbres de las casas, una de sus grandes municiones durante la campaña, no tuvo suerte. “Estoy nerviosa. ¿Qué se responde cuando preguntan quién es?”, se la ve decir a los dos voluntarios que la acompañaban. La respuesta, su nombre y propósito, no fueron suficientes para dejarlos pasar. En la calle la ignoraban o le decían que iban a votar por Crowley, un acto casi reflejo ante el hombre que no había tenido que enfrentar unas primarias en 14 años. Para colmo, la novata lamentaba no poder controlar que su registro vocal subiera dos octavas cuando intentaba ser cordial con los desconocidos. Pero nada derrumbaba al roble boricua. La joven llegaba sonriente a su trabajo en el restaurante Flats Flix, saludando en español a sus compañeros, para dar paso a picar el hielo y meterlo en cubos antes de ponerse a preparar cócteles. “Ser camarera me ayuda en esta carrera porque sé lo que es trabajar bajo presión 14 horas al día y que la gente quiera hacerme sentir mal”, reflexiona.
Netflix pagó 10 millones de dólares por el documental, que vio la luz el pasado mes de enero en Sundance, donde ganó el codiciado premio del público. Es el montante más alto que se ha pagado por los derechos de un documental en este festival de cine. A diferencia de Lears, la mujer que apostó por contar las historias de candidatas que querían renovar un Congreso donde el 80% eran hombres, blancos y ricos, la plataforma de streaming sabía lo que hacía. Los valores de la marca AOC -por las siglas de su nombre- están en alza. Ocasio-Cortez es un fenómeno en las redes sociales, inspiró a una heroína en un cómic satírico, tiene su portada en la Rolling Stone y aparecerá en los libros que documenten las pasadas elecciones de 2018 por haberse convertido en la legisladora más joven en llegar al Congreso de EE UU. Por eso resulta refrescante verla en el documental antes de que todo eso sucediera, despojada de su personaje de política contestataria o fenómeno mainstream para descubrirla llorando frente al Capitolio al recordar un viaje que hizo con su difunto padre a la capital estadounidense o simplemente agitando una coctelera en silencio.
Aunque se centra en el recorrido de Ocasio-Cortez, A la conquista del Congreso también narra el pedregoso camino de las candidatas Paula Jean Swearingen por Virginia Occidental, Cori Bush por Missouri, y Amy Vilela por Nevada. Las cuatro candidatas progresistas arrastran historias de dolor o problemas económicos que las llevaron a querer representar a la clase trabajadora y luchar contra los intereses corporativos desde el ámbito político. La dependencia de las donaciones y la precariedad de los eventos de campaña, producto de la falta de recursos, dibujan la batalla titánica que emprendieron un año atrás. “Una de nosotras tiene que ganar”, le dice una recién derrotada Vilela a Ocasio-Cortez por el teléfono. “No se trata de cada una individualmente. Se trata de todo el movimiento”, agrega. La candidata del Bronx, que todavía no sabe que vencería a Crowley, le responde: “La realidad es que, para que una de nosotros lo consiga, cien de nosotras deben intentarlo”.
Intensa campaña de financiación
Para realizar el documental, Rachel Lears y el productor y editor, Robin Blotnick, llevaron a cabo una campaña en la plataforma de microfinanciación Kickstarter. La meta era conseguir 25.000 dólares, pero con el aporte de más de 400 personas alcanzaron los 28.000. Pensaron el producto junto con las organizaciones de izquierda Brand New Congress y Justice Democrats. "Pensamos que la idea de reclutar y capacitar a trabajadoras comunes con extraordinarios registros de integridad y servicio en sus comunidades sería algo realmente interesante de ver", explicó Lears a The Washington Post. Según cuenta en esa entrevista, a Alexandria Ocasio-Cortez la escogieron por su cercanía y carisma, además de porque, siendo ellos de Nueva York, les venía bien en términos económicos tener un personaje a la mano.
El hecho de escoger solo mujeres como protagonistas fue algo que Lears no decidió hasta que vio la ola de candidatas que se presentaban a las legislativas, quedando en evidencia que, independientemente del resultado, algo había cambiado y que ese era el punto de vista desde el que había que contar la historia.