Diez restaurantes para comer bien en las playas más turísticas
El chiringuito en España es un lugar casi atávico para la relajación y la playa uno de los lugares favoritos para el descanso estival de los españoles y de muchos extranjeros. Otro reto suele ser encontrar el secreto escondido de la gastronomía lugareña. Éste es un recorrido por la costa española en busca de menús sabrosos, asequibles y con el mar en el horizonte.
Ca Joan. “Montaña, mar y brasas”. Esta es la combinación ganadora para Joan Abril. O por lo menos la que lleva una década ofreciendo en su cuidado local de Altea. Su especialidad es la carne: de vaca o de buey pero con cortes que superan el centenar de días de maduración. Los que prefieran sabor a mar pueden optar por una ración de gambas rojas de Denia o por unos explosivos sepionets. (Partida L'Olla, 146, Altea. 50-60 euros).
Audrey´s. Este restaurante, ubicado en el hotel AR Diamante Beach de Calpe, llevaba tiempo llamando la atención. En la última edición de las estrellas Michelin, el rumor se consolidó: el chef Rafa Soler, discípulo de Martín Berasategui o de Joël Robuchon, se hacía con una estrella con su propuesta local vinculada al producto: ostras de Valencia, ventresca de atún de Villajoyosa, o un plato de bollit (guiso de la zona con arroz y verduras). (Avenida Juan Carlos I, Calpe. Menú degustación desde 42 euros. A la carta, 60 euros por persona).
Voramar. Testigo de otra época, elegante, literario… El Hotel Voramar lleva desde los años treinta del siglo pasado, cuando se construyó, siendo un icono del levante. Primero como fina residencia, luego como hospital de campaña durante la Guerra Civil. Berlanga rodó allí en los años cincuenta y hoy en día, además de una interesante visita, ofrece unos arroces inigualables. (Paseo Pilar Coloma, 1, en Benicàssim. Unos 25 euros por persona).
Taberna del chef del mar. En este pequeño local del Puerto de Santa María (Cádiz) nació Aponiente, el brutal restaurante de Ángel León (con tres estrellas Michelin). Tras el traslado de éste a un antiguo molino mareal, también en el Puerto, el espacio original se convirtió en la barra del cocinero. Tapas, raciones, embutidos marinos... Una buena manera de probar las propuestas del chef del mar. El sitio no admite reservas por lo que siempre cabe la posibilidad de esperar a haya hueco. (Calle Puerto Escondido, 6. Puerto de Santa María. Uos 35 euros por persona).
El Campero. Justamente el cocinero Ángel León define este local de Barbate (Cádiz) como “la catedral del atún”. En este restaurante, dirigido por Pepe Melero y Julio Vázquez tienen un menú degustación solo a base de este pescado (85 euros). También ofrecen una selección de pescados y mariscos de la zona. Todo se basa en el recetario tradicional, pero incluye interesantes toques de vanguardia. (Avenida de la Constitucion, Local 5 C. Barbate. A la carta, 70 euros por persona).
El templete. Emboscado en la terraza de un centro comercial, aparece este restaurante. Sus mesas están listas a escasos minutos de las playas tinerfeñas, de donde llegan gran parte de su materia prima: cherne (o mero), atún o lapas, que preparan con mojo verde. También elaboran las papas o el conejo, típico de las islas, así como los vinos volcánicos. (Terraza del centro comercial El Médano, en Tenerife. Desde 30 euros por persona).
Deluz. El corazón del grupo Deluz (responsables de, entre otros, Carmencita, Celso & Manolo o La vaquería montañesa) está en este cuidado restaurante de Santander. Productores locales, pescados frescos, verduras jugosas... Para la familia Zamora, al frente del grupo, el producto es la clave. Luego lo elaboran en forma de pisto con huevos ecológicos, de foi micuit, de tataki de atún o de anchoas de Santoña. Todo aderezado con una cuidada selección de vinos. (Ramón y Cajal, 18, en Santander. 30 euros por persona)
Pachá. De primeras suena raro, pero Pachá tiene un restaurante. Y se come bien. Aviso, su especialidad es el sushi (muy recomendable). Además de disfrutar de la cena, si se reserva mesa, se puede entrar a la discoteca directamente. Aunque con el tiempo el club ha perdido parte de su esencia, en el camino se ha consolidado como un hito turístico de la isla. (Avinguda 8 de agosto s/n, en Ibiza. Unos 45 euros por persona).
Vi Cool. La terraza del hotel Aguas de Ibiza, en Santa Eulalia, es territorio del cocinero Sergi Arola que lleva varios años desarrollando su carta. Cada temporada presenta nuevos platos (como los tacos de solomillo de buey o los bocados de mero) sin olvidarse de clásicos como las bravas Arola o su bocata de calamares. El restaurante es un lugar ideal para ver el atardecer. (Hotel Aguas de Ibiza, Santa Eulalia, Ibiza. 40 euros por persona).
Marina Beach Club. En plena playa de las Arenas, en Valencia, se encuentra este beach club centrado en los arroces. Aunque en el restaurante cocina el francés Sébastian Gros, para las paellas cuenta con la mano del chef valenciano Juan Carlos Galbis. (Marina de Valencia s/n. Unos 30 euros por persona.