‘Call my agent’: Huppert, Bellucci y Binoche se van a la televisión
Pese a su imagen hierática, los actores franceses tienen sentido del humor. Es la insospechada enseñanza de la serie Call my agent, uno de los mayores fenómenos de la televisión gala en los últimos tiempos, cuyas dos primeras temporadas acaban de estrenarse en Cosmo (Movistar +). Esta comedia está protagonizada por cuatro agentes que representan a las grandes estrellas del cine francés, invitadas a interpretarse a sí mismas a razón de una por episodio.
Aunque, al comienzo, los intérpretes más famosos se resistieron a participar en el proyecto, por miedo a que fuera pernicioso para su imagen. “Culturalmente, en Francia no tenemos costumbre de reírnos de nosotros mismos”, bromea la creadora y showrunner de la serie, Fanny Herrero, durante una entrevista en París. Todo cambió con el éxito de la primera temporada. “Los actores entendieron que no corrían ningún riesgo. Más bien al revés: participar en la serie hacía que parecieran más cercanos. Para ellos, era como librarse de una carga”, relata Herrero, bisnieta de emigrantes gallegos, convertida desde entonces en la guionista más solicitada de la televisión francesa.
Entre los participantes hay nombres tan conocidos como Juliette Binoche, Isabelle Adjani, Monica Bellucci, Jean Dujardin, Cécile de France, Julie Gayet o Isabelle Huppert, que aceptó interpretar a una hilarante versión de sí misma, todavía más neurótica y pluriempleada.
Call my agent, cuya primera temporada supervisó el cineasta Cédric Klapisch (Una casa de locos), se inspira en los recuerdos y vivencias de Dominique Besnehard, que durante décadas fue el más legendario agente del cine francés, con actrices como Jeanne Moreau, Sophie Marceau, Emmanuelle Béart o Charlotte Gainsbourg en su cartera de clientes. En 2007 lo dejó todo para asesorar a la socialista Ségolène Royal, con quien terminó peleado, en su intentona por llegar al Elíseo. Después creó su propia productora, con la que ha convertido esta serie en realidad. Su título original es Diez por ciento, la comisión que se lleva un agente al conseguir un contrato para su cliente.
Besnehard asegura que todas las tramas son verdad. La realidad es un poco más compleja, aunque en todas ellas haya un poso de exactitud. “Partimos de cosas observadas por él o por mí, por los guionistas o por los actores. Luego las transformamos e intensificamos, porque no hay que olvidar que estamos haciendo una comedia”, matiza Herrero. La serie tuvo una larga gestación en el Canal Plus francés, pero la cadena la terminó descartando. Fue rescatada por la televisión pública en versión menos cínica y más apta para toda la familia, que la aleja del sarcasmo en estado puro que caracterizó a series como Extras o Entourage, en las que también aparecían actores conocidos como invitados.
Herrero insistió en abrir Call my agent a temas sociales como el feminismo o la homosexualidad. “Nunca quise que fuera solo una serie sobre un entorno profesional, sino también sobre el París de hoy”, afima. También trabajó la psicología y la empatía del espectador respecto a sus protagonistas, inspirándose en series míticas como A dos metros bajo tierra o El ala oeste de la Casa Blanca. Tras su estreno en 2015, Call my agent triunfó de inmediato, seduciendo a cuatro millones de espectadores cada semana. “La cadena tenía miedo de que las pequeñas miserias del negocio no interesaran a nadie. Yo creo que el espectador siempre quiere meterse en lugares que no conoce. Fue la singularidad de la serie la que provocaron su éxito. Por una vez, no era una serie de médicos, de abogados o de policías”, expresa Herrero.
La showrunner abandonó Call my agent en noviembre, justo antes del arranque de la cuarta temporada, que pronostica que será la última. “Hace casi siete años que trabajo en la serie y me apetece contar otras historias..”, se justifica. Catapultada por su éxito en Netflix, que distribuye Call my agent en numerosos países, Herrero parece apuntar alto. Su futuro podría dirigirla a Estados Unidos, donde ha sido fichada por la agencia UTA, que representa a cineastas como Wes Anderson y los hermanos Coen. “Es posible, pero tampoco es mi mayor fantasía. Esta es mi cultura y prefiero escribir sobre lo que conozco. Mis prioridades siguen siendo Francia y Europa. En mi país, por ejemplo, ha habido una gran renovación en los últimos años. Observo una energía creativa que antes no veía”, señala en referencia a títulos como Les revenants u Oficina de infiltrados. A partir de ahora, Call my agent se suma a ese mismo podio.