Visita exprés al Museo Británico: los 10 objetos que podés ver en una hora
Una guía con los 10 "imperdibles" del Museo Británico.
Turistas con poco tiempo y muchas alternativas interesantes en una misma ciudad. Teniendo en cuenta estas dos cuestiones y habiendo escuchado muchas veces a los visitantes preguntando por "lo imprescindible", el Museo Británico, en Londres, uno de los más visitados del mundo y con colecciones impresionantes de objetos de todas las culturas de diferentes épocas, publicó una guía especial para visitantes exprés. Se denomina “Top 10 objetos para ver en una hora en el Museo Británico” y puede adquirirse en el mismo museo. Vale aclarar que la entrada al museo es gratuita.
La guía de los "10 imperdibles".
Aquí, los imperdibles:
1. La Piedra Rosetta
La Piedra Rosetta, la pieza más visitada del Museo Británico.
Basta con entrar en la gran sala 4 de la planta baja desde el hall central, para encontrarse con una multitud de personas agolpadas ante una vitrina y sacándose fotos con una piedra gris. Esa la Piedra Rosetta, un fragmento de una antigua estela egipcia inscrita con un decreto publicado en Menfis en el 196 aC. en nombre del faraón Ptolomeo V. Está en tres escrituras diferentes: jeroglíficos egipcios, escritura demótica y griego antiguo. La encontró el soldado Pierre-François Bouchard, en 1799, durante la campaña francesa en Egipto, y fue clave para descifrar los jeroglíficos egipcios.
2. Las esculturas del Partenón
Frisos y esculturas originales del Partenón de Atenas.
Atravesando las salas 4, 8 y 23 se llega a la sala 18 de la planta baja, parte de la exhibición de arte de las antiguas Grecia y Roma. Entre muchas cosas, se destacan las esculturas del Partenón, que alguna vez estuvieron en el exterior del edificio y cuya devolución Atenas reclama permanentemente. Frontones y metopas que ilustran episodios de la mitología griega y fragmentos del espectacular friso, esculpido entre los años 443 y 448 aC.
3. El moai Hoa Hakananaiʻa
Hoa Hakananaiʻa, llegado desde la Isla de Pascua (Wikimedia).
La Isla de Pascua (Chile) pide su devolución, pero este moai, considerado uno de los más bellos y finos ejemplos del arte escultórico de la isla, está en la la sala 24 del Museo Británico. El moai Hoa Hakananaiʻa estaba en una vivienda del centro ceremonial Orongo, pero en 1868 fue robado y trasladado en el barco inglés HMS Topaze. Es uno de los 16 moais de la isla fabricados en basalto, mide 2,42 metros y pesa cuatro toneladas.
4. Los jarrones David de la dinastía Yuan
Jarrones anteriores a los famosos de la dinastía Ming.
Se sabe, la porcelana azul y blanca es la más característica de China y se la asocia tradicionalmente a la dinastía Ming. Sin embargo, en la sala 95 del museo se exhiben dos jarrones previos, que fueron fabricados durante la dinastía Yuan, dinastía mongola de Kublai Khan que controló China hasta mediados del siglo XIV. Se estima que son de 1351.
5. La serpiente azteca de mosaicos turquesas
La serpiente de dos cabezas (Wikipedia).
Esta serpiente de dos cabezas esculpida con piedras turquesas está en la sala 27 y es símbolo importante en la mitología mexicana. No solo impacta por su belleza sino también por ser una valiosa pieza de arte americano. Asociada a varios dioses, la serpiente con sus dos cabezas representa la dualidad, la batalla entre el bien y el mal, la lucha de poderes y también la similitud y la diferencia. Es un ícono del arte azteca.
6. La diosa budista Tara
Tara, traída desde Sri Lanka.
Fue creada en Sri Lanka entre los siglos VI y VIII: la diosa Tara, espíritu de la compasión generosa, es una figura de bronce macizo recubierta de oro y de tamaño casi natural. Se exhibe en la sala 33. Cuentan que lejos de ser centro de adoración, se la creó como foco de meditación en torno a las cualidades que encarna: la compasión y el poder de salvación.
7. La reina de ajedrez de la isla de Lewis
Las piezas de ajedrez son un tesoro de arte medieval vikingo.
El ajedrez de la isla de Lewis está en la sala 40 y es un conjunto de 78 piezas de ajedrez, 14 tableros y una hebilla de bolsa de la época medieval, que fueron encontrados en 1831 en la costa de la isla de Lewis, Escocia. Ejemplo espectacular de artesanía vikinga, las piezas están talladas en su gran mayoría en marfil de morsa, e impactan por sus detalles, como las expresiones de asombro de los rostros. Se cree que datan de la segunda mitad del siglo XII. En el Museo Británico hay 67 piezas; las otras 11 están en el Museo de Escocia, Edimburgo.
8. El estandarte de Ur
El Estandarte de la antigua ciudad sumeria de Ur, en el actual Irak.
Impresionante obra de arte de la época de los sumerios (alrededor del siglo XXVI aC.), hallada en el Cementerio Real de Ur. Está en la sala 56. Fue elaborada con la técnica de la taracea, arte típico de Sumeria y Acad, que consiste en incrustar piedras y otros materiales en bandas sucesivas en muebles, instrumentos y otros objetos, incluso edificios. Fue hallada en la década de 1920 en las excavaciones de la Necrópolis Real de la antigua ciudad de Ur, al sur de la actual Bagdad (Irak). Sus dos paneles principales se denominan convencionalmente “Cara de la Guerra” y “Cara de la Paz”.
9. El féretro dorado de Henutmehyt
El féretro interno de la sacerdotisa Henutmehyt está recubierto de oro (Wikipedia).
Las salas dedicadas a Egipto son las más impactantes y visitadas por los ataúdes, momias y objetos fúnebres entre los que destacan, los sarcófagos de la gran sacerdotisa de Tebas Henutmehyt, el externo y especialmente el interno, recubierto de oro (sala 63).
10. La cabeza de bronce del rey de Ife
Una cabeza tallada probablemente en el siglo XV.
Dice el mito del pueblo yoruba que el mundo se creó en la ciudad nigeriana de Ife, de donde proviene este curioso rostro cubierto con finas líneas verticales y con una extraña corona que aún conserva la pintura roja original. Se estima que fue tallada en el siglo XV, hallada junto a otras 13 cabezas similares en el 1938 en Ife, Nigeria (sala 25).