Viaje a los temibles remolinos de agua en Japón
Uno de los remolinos de agua que se forman en Naruto (Japón) (10max / Getty Images/iStockphoto/La Vanguardia)
En Japón saben mucho de la violencia del océano Pacífico, no en vano acuñaron el término tsunami para referirse a la ola gigante que origina un maremoto o una erupción volcánica.
En Naruto, las islas de Awaji y Shikoku casi se tocan, están separadas por un estrecho de poco más de un kilómetro de ancho. Allí se originan los temibles remolinos que durante siglos aterrorizaron a la población local y ahora se convirtieron en una curiosidad geográfica y un atractivo turístico.
En esa estrecha franja de agua se encuentran el mar de Japón y el océano Pacífico, dando lugar a un espectáculo mareal diario: el agua empieza a rodar en círculo, causando unos remolinos gigantes de 20 metros de diámetro que pueden engullir todo lo que se acerque a ellos.
Formación de un remolino de agua en Naruto (Japón) (Hellbuny / Wikimedia Commons)
El fenómeno se produce dos veces al día, durante los cambios de marea, y son especialmente acentuados durante la luna llena –los remolinos son mayores y más violentos–. La oficina de turismo de Tokushima informa de los horarios de las mareas, para que los visitantes puedan contemplar esta curiosidad marítima en todo su apogeo.
Hay tres maneras de ver los remolinos de Naruto:
1. Sin pasar miedo. Desde la orilla de una de las islas. Al estar prácticamente al nivel del mar, el fenómeno se aprecia poco y no resulta espectacular, las fotos obtenidas son poco claras y a menudo decepcionantes.
2. Pasando un poco de miedo. Cruzando la pasarela para peatones colocada bajo el puente Naruto-Ohashi que permite una visión de los remolinos, desde 45 metros de altura. No muy recomendable para los que sufren vértigo. Se paga por entrar, pero incluye una bonita exposición sobre cómo se originan los remolinos y los temores que históricamente han tenido los pobladores de la zona.
3. Pasando bastante miedo. Pocos minutos antes de que se originen los remolinos, parten del puerto de Naruto embarcaciones turísticas que se acercan lo máximo posible a ellos. La experiencia es intensa y vale la pena ir con piloto, porque las salpicaduras están aseguradas. No hay riesgo, porque los pilotos de las embarcaciones son expertos y cumplen estrictas medidas de seguridad, pero el viajero se ve muy cerca de ser tragado rumbo al abismo oscuro de las profundidades del mar.
Tal vez lo más completo sería realizar las tres actividades. Por si quedar alguna duda, los remolinos de Naruto se encuentran entre los más temidos del mundo, junto al Maelstrom noruego (que dio nombre al fenómeno y que los escritores Edgar Allan Poe y Jules Verne recogieron en sus obras) y los legendarios de Caribdis, que obligaron a Ulises a tomar una decisión equivocada. En el siglo XIX, el genial pintor de ukiyo-e Utagawa Hiroshige plasmó los remolinos de Naruto en una de sus hermosas tablas.
Sergi Ramis / La Vanguardia