"Verdades secretas": prostitución VIP, obsesiones y tragedia
La producción brasileña Verdades secretas (a las 23.30 por Telefe) se inscribe en el rubro telenovela pero bien podría ser una auténtica tragedia. Como sucede habitualmente con las producciones de ese país, no tienen problema en meterse con temas complejos y los tratan sin medias tintas, hasta el fondo.
Es lo que sucede con Verdades secretas, producida por Globo en 2015 en Brasil y que ganó en 2016 el Emmy como mejor telenovela. No es para menos. La prostitución VIP de modelos, algunas de ellas menores de edad; las adicciones y sus terribles consecuencias y la violencia de género son algunos de los temas que aparecen en la trama.
Triángulo amoroso. Madre e hija, enamoradas del mismo hombre en la telenovela brasileña "Verdades secretas",.
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Pero el punto más controvertido de la historia es el triángulo amoroso (secreto y prohibido) entre el empresario millonario Alex con Carolina y Arlette, madre e hija. Tratado con crudeza en cuanto a las dimensiones dramáticas de una situación de esa naturaleza, pero con el estilismo de las grandes producciones brasileñas y sostenido por muy buenas actuaciones.
Verdades secretas se mantiene entre los cinco programas más vistos de la semana, con un promedio que ronda los 9 puntos por noche y desde este domingo sumará un capítulo más semanal, a las 22.15.
El personaje central es Arlette (Camila Queiroz), una adolescente que llegó con su mamá Carolina (Drica Moraes) a la enorme San Pablo desde un pueblito del interior, soñando con una carrera como modelo. Pero el mundo de las pasarelas es cruel, arduo y con menos glamour del imaginado.
"Verdades secretas". Un culebrón made in Brasil que deriva en tragedia.
La realidad enfrenta a Arlette, que es apodada Angel en el mundo de las pasarelas, con lo más oscuro y perverso del sistema: la posibilidad de ser prostituta VIP como manera de aumentar los ingresos y estar más presente en los desfiles y las producciones de moda.
En ese cruce conoce a Alex (Rodrigo Lombardi), un empresario millonario cuya debilidad son las modelos jovencísimas y sensuales como Angel. Ella se deslumbra y se enamora y él se obsesiona con ella (de la misma edad que su hija) a tal punto que, luego de varias idas y vueltas, se casa con la madre de la chica para tenerla cerca, a pesar de que ella se resiste y sólo quiere la felicidad de su madre.
Negocios turbios, personajes con doble cara, el mundo empresarial de la clase alta brasileña y las dificultades económicas y ambiciones de muchos que aspiran a pertenecer a esa elite se suceden en cada capítulo con un vertiginoso guión que no da respiro.
Arlette y su familia tienen una visión aún bastante ingenua de la vida, mientras que Alex y su entorno representan los intereses más oscuros y perversos, con la traición y el cinismo a flor de piel. Cada personaje está delineado para encajar en la trama y casi todos son mucho más de lo que muestran.
Fanny (Marieta Severo) es la dueña de la agencia de modelos que no tiene escrúpulos, pero que a pesar de su inteligencia y estrategia está atrapada por su pasión hacia Anthony (Reynaldo Gianecchini), un ex modelo y actual gigoló más joven que la utiliza sabiendo su debilidad.
La historia de Verdades secretas es, por momentos, cruel, desnudando la realidad de lo que pasa detrás de las pasarelas o la lenta caída en el infierno de una modelo en decadencia y adicta, Larisa (Grazi Massafera). Nadie sale indemne en esta historia.
Como suele suceder con las telenovelas brasileñas, uno se encuentra con caras conocidas de otras tiras en papeles completamente distintos y con tramas complejas que no dan puntada sin hilo. La producción permite asomarse un poco a una metrópoli como San Pablo donde los ricos hacen vida de reyes y el resto puede pasarla bastante mal, en una orbe asfixiante y lujosa por igual.
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Contrariamente a los culebrones turcos que abundan en la programación actual, la audacia prima por sobre todo en Verdades secretas que se encamina claramente hacia la tragedia.
WD