Turismo poco sustentable: un huésped de hotel malgastó 2.000 litros de agua en seis horas
Canilla hotel (Montse Giralt/La Vanguardia)
Muchas veces la conciencia ambiental es meramente una cuestión de dinero, sobre todo en lo que se refiere al consumo de agua y energía. Si en casa cerramos la canilla o bajamos la estufa es también para evitarnos un buen susto a fin de mes. En cambio, no es extraño que “al llegar a un hotel lo primero que haga el huésped sea encender el aire acondicionado y llenar la bañera”, señala Jaume Padilla, director general y fundador de Greencustomers, una plataforma de habitaciones sostenibles.
Para evitar este despilfarro, el sector hotelero llevó a cabo “grandes inversiones para implantar medidas de ahorro en el consumo de agua y electricidad”, afirma Manel Casal, director general del Gremi d’Hotels de Barcelona. Casal se refiere a medidas como la instalación de difusores en las canillas, el cambio a luces LED, la implantación de sensores de encendido y apagado automático de la luz, reutilización de aguas grises o los mensajes para que se reutilicen las toallas, entre otras cuestiones.
Canillas automáticas, griferías con sensor electrónico, artefactos con descarga dual, son algunas de las nuevas piezas sanitarias que se utilizan para dosificar el consumo de agua.
Todas estas medidas, sin embargo, no impidieron que un huésped consumiera 2.000 litros de agua en una estancia reciente de sólo seis horas, según explica Padilla sin revelar el nombre del huésped ni del hotel. El director general de Greencustomers asegura además que no es un caso aislado si bien Casal indica que los casos extremos como el de este huésped son puntuales.
Para los establecimientos hoteleros los disparatados consumos de agua no son un tema menor por los elevados costos económicos que implica. Si el consumo medio de agua por persona y día es de 128 litros en Europa, la cifra se triplica en el caso de los hoteles, llegando a alcanzar los 386 litros por huésped y noche en el caso de una cadena hotelera como RIU.
No obstante, el rey del despilfarro en las habitaciones de hotel es el aire acondicionado. Padilla explica ejemplos como “pedir mantas para dormir mientras se tiene el aire condicionado a 14 grados, tener el aire acondicionado funcionando todo el día aunque no se esté en la habitación o bien que esté en marcha con la ventana abierta”.
Habitación de hotel (Getty Images).
DisparatesMás allá del consumo de agua y electricidad, las habitaciones de hotel también se caracterizan por los pequeños tarros de jabón líquido o champú y otros amenities de higiene, todos ellos de plástico, como para usar y tirar.
Y por último, aunque no menos importante, está el clásico buffet libre, con el que se desperdicia una cantidad no poco importante de alimentos.
La comida en los hoteles a veces se desperdicia.
En opinión de Padilla, el problema es que los huéspedes no están lo suficientemente concientizados. Su empresa, Greenroom, propone la instalación en las habitaciones de unos sensores que permiten controlar los consumos de agua y electricidad en directo.
“Ocho hoteles de Barcelona ya lo instalaron y lo que hacen es recompensar a los huéspedes que tienen un consumo responsable con descuentos en el bar o restaurante, ofrecerles acceso gratuito al spa o bien realizar donaciones a causas sociales”, explica Padilla y agrega que al finalizar el año ya serán 15 los hoteles con el sistema de Greenroom y que a fines de 2019 prevén superar los 200.
Lorena Farrás Pérez / La Vanguardia
