Tino Casal inspira una colección de joyas
Desde hace un año y medio, en Suárez gobierna un espíritu de creatividad que le ha empujado a la casa joyera a arriesgar y a dar saltos mortales. Las últimas colecciones de la firma de alta joyería —que este año celebra sus 75 años de historia— se han atrevido a buscar la inspiración en grafiteros y tatuadores y su última apuesta es rendir un homenaje a al cantante Tino Casal, icono por excelencia de la movida madrileña. Una figura que destacó por sus audacias musicales, lo barroco de sus vestimentas y puestas en escena y por su versatilidad, ya que además de su vertiente musical también fue productor de otros cantantes, pintor y escultor.
“Esta locura se nos ocurrió hace casi dos años”, cuenta el director creativo de la casa, Gabriel Suárez, sobre la colección llamada Eloise. Después de visitar la exposición que el Museo del Traje dedicó al artistapor el 25º aniversario de su fallecimiento —ocurrido cuando tenía 41 años a causa de un accidente de circulación—, se aventuró a “reinterpretar sus diseños de bisutería en alta joyería”. Casal no solo era un músico, sino todo un referente en el mundo de la moda, con su barroquismo visual, su estética glam y sus llamativos atuendos. Compraba joyas en mercadillos y encargaba directamente hacer sus propios diseños. Los más reconocibles, como la lagartija o el zorro, que solía llevar en el sombrero o en los picos de la camisa, renacen ahora para recordar cómo “Tino fue pionero y mostró una perspectiva distinta sobre la estética”.
Cada diseño rompedor lleva detrás un minucioso proceso artesanal. Para hacer realidad las diez piezas de edición limitada (anillos de araña, de puma y de lagartija; brazaletes con forma de puma; broches de araña y de zorro; y colgantes con diseño de corona y de condecoración) el propio Gabriel Suárez viajó a Tailandia para seleccionar las piedras de colores —zafiros y turmalinas— que adornan las joyas y que se trabajan una a una. “Se han descartado más del 99,5% de las piedras valoradas inicialmente”. Con oro rosa y diamantes se termina de imitar la piel animal.
“En esta colección, más es más. Es totalmente barroca”, describe Suárez. Lo más bonito ha sido, cuenta, “conocer a amigos y familiares de Tino Casal, que nos han contado que era extremadamente perfeccionista, cuidaba cada detalle y no le importaba gastarse todo su dinero para que cada detalle en una actuación quedara perfecto”. El reto ha sido “la exigencia de estar a la altura de la creatividad de Tino y todo lo que hacía”. El resultado es una joya capricho, dirigida a un público que tiene muchas y busca algo especialmente sofisticado. Las acompañan de una nueva versión de la canción Eloise, interpretada por la cantante Cecilia Krull.
El lanzamiento se presenta en un año especial para la casa fundada en Bilbao en 1943. “Es nuestro 75 aniversario y hemos ido haciendo guiños a nuestra historia, que terminará con una colección llamada Sara, como mi abuela, primera musa de Suárez. Somos muy conocidos como joyería de compromiso, pero hace un año y medio vimos que también hemos sido muy reconocidos a nivel creativo y de diseño, y tenemos que volver a arriesgar y a demostrar que podemos hacer cosas muy creativas y muy innovadoras”.
Gabriel Suárez denomina “la llama que encendió el mundo de la creatividad” a la colección de amuletos Frida, para la que Sandra Rojo, diseñadora senior de la firma, se inspiró en la iconografía del día de los muertos de México. Con Frida, presentada en 2017, “a la gente le cambió un poco el chip de Suarez. Dimos un salto mortal, nos tiramos a la piscina de cabeza. Hicimos muy pocas piezas, se vendieron todas en semanas y nos dieron un premio a la mejor colección nacional”. Después llegó la colaboración con el grafitero Okuda y continuó con Okan Uckun, tatuador turco establecido en Nueva York.