Senderismo en las montañas de Noruega
Los noruegos tienen una palabra para referirse a su relación con la naturaleza: Friluftsliv. La expresión significa literalmente “vida al aire libre”, y fue acuñada en 1859 por el dramaturgo y poeta noruego Henrik Ibsen, que la incluyó en un poema titulado En las alturas. En Noruega, un país donde la naturaleza se mima, se cuida y se venera, el Friluftsliv es toda una filosofía de vida que busca el bienestar y la felicidad paseando por bosques o subiendo montañas, una relación íntima con el paisaje que también está presente en los poemas y ensayos de los estadounidenses Walt Whitman y Henry David Thoreau.
Rosendal, a dos horas en barco de Bergen. Isidoro Merino
Todo ello viene a cuento porque acabo de regresar de un remoto rincón de Noruega donde se respira Friluftsliv por todos los poros: Rosendal, una diminuta localidad a orillas del fiordo de Hardanger—el segundo más largo de Noruega y el tercero del mundo— arropada por una naturaleza de proporciones épicas, con prados, pequeñas granjas, cascadas que se despeñan desde las cumbres y arroyos embravecidos. Rosendal, a unas dos horas en barco de Bergen, la ciudad natal de Grieg, fue elegida por el pianista Leif Ove Andsnes, el músico noruego más internacional, como sede de su festival de música de cámara, que se celebra desde hace tres veranos, a mediados de agosto, en la Baroniet, una finca señorial rodeada de jardines donde también se organizan visitas guiadas.
Glaciar Buer. Parque Nacional de Folgefonna, Noruega. Marius Dobilas Getty
Rosendal es una de las puertas de acceso al parque nacional Folgefonna, un área protegida que engloba el glaciar homónimo —el tercero más grande de la Noruega continental— en el que se puede esquiar incluso en verano. El centro de visitantes de la oficina de turismo de Rosendal, junto al puerto, es un buen punto de partida para explorar este parque nacional, uno de los 46 que existen en Noruega (gratuitos y abiertos todo el año), e informarse de las actividades que se pueden realizar en él. De Rosendal parte una red de senderos y caminos bien señalizados. Rutas como la que sigue el curso del río Melselva hasta el lago Myrdal; la que sube hasta el mirador de Sjethaug, o la que trepa por las montañas del fiordo por un húmedo bosque poblado de trolls hasta Kjeldestøl (en noruego, el prado del manantial), una antigua braña donde pastaban los rebaños de vacas en verano, con diminutas cabañas de madera y techo de musgo que hoy funcionan como refugios de montaña. Hay paseos bucólicos como el de los jardines de Baroniet, entre tilos, manzanos y cerezos, y rutas reservadas a montañeros expertos como las conducen hasta las cumbres del Melderskin y el Malmangernuten, dos poderosas montañas que se yerguen junto al fiordo. Laila y Sjur Langesæter, propietarios y guías de la empresa de turismo activo Rosendal Event, ofrecen rutas guiadas por fiordo de Hardanger y excursiones hasta el glaciar Folgefonna; también alquilan bicicletas todoterreno, canoas y kayaks para recorrer por libre la zona.
Lago Myrdal, cerca del pueblo de Rosendal. Isidoro Merino
Otra de las excursiones clásicas de la zona de Hardanger es la de Trolltunga (La lengua del troll), una cornisa rocosa suspendida a 700 metros de altura sobre el lago Ringedal. Para subir hasta allí hay que llegar a Tyssedal (a una hora en coche de Rosendal por la carretera por la carretera Fv 551), y subir desde allí hasta el parking de Skjeggdal, donde comienza la ruta (marcada con letras T pintadas de rojo), que requiere entre 10 y 12 horas de caminata, ida y vuelta, y buena forma física (tiene un desnivel de más de mil metros). Solo se puede hacer en los meses verano.
Thomas Rasmus Skaug / Visitnorway.com
La Asociación Noruega de Senderismo (Den Norske Turistforening o DNT), fundada en 1868, es la mayor organización de actividades al aire libre del país, con más de 260.000 miembros y cerca de 57 delegaciones locales, desde Kristiansand (en el Sur) hasta Cabo Norte. Basada en el voluntariado, las asociaciones locales de la DNT se encargan de acondicionar y mantener una red de cerca de 22.000 kilómetros de senderos (señalizados con la característica T roja) y 7.000 kilómetros de rutas de esquí, además de cerca de 550 cabañas y refugios.
Lo primero, la seguridad
Antes de salir de excusión por las montañas noruegas conviene familiarizarse con el fjellvettreglene, el código de la montaña, creado por la Asociación Noruega de Senderismo y Cruz Roja tras varios accidentes mortales ocurridos en Noruega en la Semana Santa de 1950. El Fjellvettreglene es aplicable a todas las estaciones y temporadas, y establece unas pautas básicas que sirven para planificar rutas de mayor o menor distancia y dificultad. Básicamente se resume en estos nueve puntos:
1.- No emprendas un viaje que no estás preparado para terminar.
2.- Informa sobre la ruta que vas a seguir y la fecha de llegada que has previsto.
3.- Consulta el parte meteorológico para la zona.
4.- Sal equipado para el mal tiempo y una eventual complicación de las condiciones meteorológicas, incluso cuando se trate de trayectos cortos.
5.- Escucha a los expertos en senderismo que conocen bien el terreno.
6.- Ve equipado con ayuda de un sistema de navegación que sepas utilizar.
7.- No vayas solo.
8.- Da la vuelta a tiempo, no hay por qué avergonzarse de volver al campamento base.
9.- Conserva tus fuerzas. Construye un refugio de nieve antes de que tus fuerzas se agoten por completo.
Thomas Rasmus Skaug / Visitnorway.com Acampada libre
Otro término que refleja la importancia que para los noruegos tiene el disfrute del ocio al aire libre es allemansretten, el derecho a vagar libremente, un antiguo privilegio noruego, recogido en la Ley de Aire Libre de 1957, que permite el acceso sin restricciones a cualquier lugar del campo, incluso en terrenos privados. El allemansretten abarca la mayoría de las costas, pantanos, bosques, montañas e islotes de tierra no cultivada en Noruega, y contempla la acampada libre, manteniendo una distancia de al menos 150 metros de la casa o cabaña habitada más cercana y sin permanecer más de dos noches en el mismo lugar, excepto en las montañas o zonas muy remotas. También recoge el derecho a recolectar frutos silvestres, setas y peces de agua salada sin licencia, dentro de unos límites lógicos, y establece algunas obligaciones, que se resumen en tres puntos:
1.- Se respetuoso y precavido.
2.- No hagas daño a la naturaleza.
3.- Deja el lugar tal y como te gustaría encontrarlo.