Postales de La Mansa, entre mates y atardeceres
Algunas tardes, los amigos de Gabriel Fleitas (22), lo sorprenden con “mate y bizcochos” -facturas, para los argentinos- unas horas antes del atardecer en la parada 39 de La Mansa, al inicio de la ciudad de Punta del Este y el municipio de Maldonado. Fleitas es uno de los guardavidas en esta playa de vista privilegiada que admite mascotas y convoca a un público variado, desde jóvenes vecinos hasta propietarios y veraneantes de casas o departamentos en complejos frente a la costa, en la zona de Pinares, el Camino de la Laguna y alrededores de la Laguna del Diario.
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Por las patentes de los autos y motos –un clásico transporte de los residentes- se advierte que en estas playas tranquilas, donde el sol se esconde en el agua, la generalidad la conforman los uruguayos. Hay otro Punta del Este, lejos de las playas de alto oleaje y los surfistas, los barcitos y movida de La Barra, Manantiales, José Ignacio. Y aunque a la temporada se la considera “floja”, si se tiene en cuenta la baja de visitantes argentinos, algunos aún dicen presente en esta Punta del Este que vive el verano en modo slow.
En la península, punto de encuentro de las dos playas más famosas de Punta del Este, se unen el océano Atlántico y el Río de la Plata (Leonardo Correa - Enrique Pérez Mintur)
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Todos los viernes.
“Está instituido que La Mansa es de los uruguayos y La Brava de los argentinos”, dice Luis Borsari, director de turismo de Maldonado, que desde chico veraneó en la Parada 9.
En la península, punto de encuentro de las dos playas más famosas de Punta del Este, se unen el océano Atlántico y el Río de la Plata. El mar abierto presenta oleaje a partir de la Punta en dirección a José Ignacio y a medida que nos alejamos del centro de la ciudad, en el golfo, las aguas se aquietan y son más profundas.
La arena en la 39, por ejemplo, es gruesa, y al ingresar al agua la pendiente es pronunciada. Pero no toda La Mansa presenta esta geografía: “Desde la parada 16, aproximadamente, hasta la parada 1, la arena se afina y la playa es más llana. En los demás balnearios, la presencia de arena gruesa es índice de aguas más profundas”, marca Fleitas. “El veraneante que concurre a las playas entre la parada 27 y la 39 busca escapar de lugares concurridos. Si tienen mascotas, vienen a la 40”, dice Fleitas.
la época de oro fue en los años ‘40, pero desde ese momento Punta del Este no dejó ni deja de crecer (Leonardo Correa - Enrique Pérez Mintur)
El argentino Maximiliano López (39) desde hace más de 20 años veranea en Punta del Este. “Mi familia alquila casa en La Mansa y siempre me reservo unos días para venir. En todo este tiempo fuimos cambiando de playas: en las paradas 15, 31, 35 y 39. La Mansa me gusta porque viene menos gente y se puede nadar. Desde que soy papá, también voy a Portezuelo (pasando Punta Ballena) porque es una playa más ancha, de arena fina y dura, en la que se puede caminar por la orilla y los chicos meterse varios metros en el agua casi sin olas.”
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Para un hashtag
Podría ser un slogan, o un hashtag: #quevuelvalamansa Porque la época de oro fue en los años ‘40, pero desde ese momento Punta del Este no dejó ni deja de crecer. En La Mansa están en construcción edificios súper lujosos como el Fendi Château y el Poseidón Laguna.
“Si en los ’80 se puso de moda Solanas, luego el atractivo fueron La Brava y las playas a continuación; por eso fue un desafío volver a atraer público joven a este circuito”, explica Javier Azcurra, director de Relaciones Públicas, respecto del Enjoy Punta Del Este Casino & Resort (ex Conrad), en la Parada 4 de La Mansa, un hotel con 20 años en el destino y referente en cuanto a visitas internacionales, celebrities invitadas, desfiles, eventos y shows.
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En varias paradas de La Mansa funcionan varios balnearios organizados. El I’Marangatú, en la Parada 7, fue un hit este año porque lo visitaron famosos, entre ellos Charly García. El último, es el 31 de Pinares, súper familiar y repleto de sombrillas; aunque en la 34 también se alquilan puf para descansar sobre la arena.
“Como el sol está fuerte, la gente baja a la playa después de las cuatro, la mayoría familias, para quienes tenemos promociones (de una tarjeta de crédito y banco) con derecho a sombrilla, y reposeras”, explica Nancy Puñales, de balneario Pinares. .
Una caminata por La Mansa, Punta del Este, Uruguay (Leonardo Correa - Enrique Pérez Mintur)
Cuando cae el sol
De vuelta en la 39, hacia el norte se observa la península y cómo crecen en altura las viviendas hacia el puerto. Desde aquí, la punta parece pegarse a la isla Gorriti y es habitual ver embarcaciones y cruceros. Un paisaje único en el que conviven en armonía el golfo, la playa y los edificios.
Un martes por la mañana, el sol y buena temperatura convocan temprano a quienes salen a caminar por la bicisenda y peatonal, paralela a la Rambla Ruta 10 Juan Díaz de Solís. Cerca del agua se ven algunas reposeras y la belleza de una playa semi desierta. Más tarde, llegan familias con sombrillas y parejas; después de las cinco, amigos que salen de trabajar y se relajan en la playa. En el agua, algunos jóvenes practican paddle surf, los bañistas se aventuran a nadar en esta costa de pendiente pronunciada. A eso de las siete, con los pescadores, llegan también las gaviotas. A partir de las 19.30 todos preparan los celulares: es hora de captar un atardecer inolvidable.
Plaza San Fernando, Uruguay (Leonardo Correa - Enrique Pérez Mintur)
Historia y buena mesa en Maldonado
En los pueblos de San Carlos y de Maldonado muchos veraneantes hacen sus compras, en vez de ir a los shoppings con supermercados que hay en la península. En Maldonado, además, existe una variedad de tiendas súper atractivas con artículos de decoración, telas, blanco, mantelería y ropa, tanto en la peatonal, como en las calles aledañas. No son de primeras marcas internacionales como en Gorlero, pero ofrecen productos importados de buena calidad.
En esas visitas al centro de Maldonado, vale la pena darle un vistazo al circuito histórico. Alrededor de la plaza, se observan la Catedral, que se comenzó a construir en 1804 y concluyó en 1895; el Cuartel de los Dragones, fortificación donde se albergó el Libertador José G. Artigas en 1797; y el Paseo San Fernando y Casa de la Cultura de Maldonado.
A pocas cuadras está la Plaza del Vigía, con una torre y un cañón, un puesto de vigilancia del 1800. Enfrente, uno de los restaurantes recomendados, la Cantina del Vigía, junto con Sí, querida, sobre Ventura Alegre. Para comer con vista al mar, El Club de los Balleneros, en Punta Ballena.
Casa de la Cultura de Maldonado, Uruguay (Leonardo Correa - Enrique Pérez Mintur)
Baja en la visita de visitantes argentinos
Desde el Ministerio de Turismo de Uruguay se anunció esta semana que durante enero el país recibió 432.000 visitantes, una cifra casi un 30 por ciento menor comparada con la afluencia de turistas el mismo mes en 2018.
“Tanto en el gasto medio, como en el gasto por persona hubo un crecimiento, de un 15% en el gasto medio y un aumento en el gasto diario por persona del 23%, lo que indica que vinieron menos visitantes, pero gastaron más”, dijo la ministra Liliam Kechichián.
Eleonora Biaiñ / Especial
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