Michael Douglas se ríe de sí mismo
23/11/2018 - 16:59
Clarin.comEspectáculosTV
Si se lo entrevista o se lo mira dando entrevistas, resulta obvio que Michael Douglas (74) tiene gran sentido del humor pero vaya a saber por qué, le gusta decir que no lo tiene. Cuenta que cuando le llegó el guión de El método Kominsky, la serie que protagoniza con su amigo Alan Arkin en Netflix, vio que le ofrecían ser un actor veterano lidiando con temas de la vejez y dice no haber entendido de entrada por qué pensaron en él. Hasta que se miró al espejo y dijo “Ah, Ok”. La buena idea de atraerlo de nuevo al formato televisivo después de 42 años fue de Chuck Lorre, el creador de Two and a Half Men, comedia de la que el actor era fan.
Es una comedia/drama hecha en Hollywood sobre Hollywood y por eso a Douglas le sienta tan bien, hijo de Kirk Douglas, él es Hollywood. La serie habla de la amistad y de ponerse viejos. Michael y Alan son amigos desde hace 40 años, les resulta natural jugar este rol donde Douglas es Sandy Kominsky, un actor que no supo conseguir fama o fortuna y ahora le enseña a sus alumnos de teatro cómo hacerlo. Arkin es su amigo y representante. Una visita al urólogo, interpretado por Danny de Vito, que estudió teatro en la Universidad de Santa Bárbara con Douglas allá lejos y hace tiempo, prueba que el actor siempre piensa en sus amigos.
Del '72 al '76 fue Steve Keller, un detective en el policial Las calles de San Francisco. De ahí pasó al cine, medio del que no regresó hasta ahora.
Cuenta que esto le llegó en un buen momento, porque le es difícil poder producir las películas que le gusta hacer, que son las que ponen el acento en el personaje.
Esta semana llegó al aeropuerto de Los Angeles con sus dos hijos menores, Dylan (18 y ya lo pasó en altura) y Carys (15) para pasar las fiesta de Acción de Gracias en la ciudad, junto a su esposa Catherine Zeta Jones. Acaban de poner a la venta su viñedo en Mallorca. Viven entre Nueva York, Los Angeles y la isla de Bermuda.
Noviembre ha probado ser un mes excepcional para reflexionar sobre su carrera y su vida. A principios de mes Douglas recibió la estrella en El Camino de la Fama en Hollywood Boulevard, junto a Catherine, sus dos hijos con ella y también junto a su papá Kirk (que cumple 102 en diciembre) y su hijo de un primer matrimonio, Cameron, el que pasó varios años en la cárcel por posesión de drogas y quiere a Zeta Jones como a una madre.
“A los 74 soy feliz, estoy activo, recuperé mi salud, tengo una familia hermosa pero aprendí a no dar nada por garantizado”, aseguró al pie de la estrella, recuperado fantásticamente del cáncer de garganta que puso en peligro su vida en 2010. El 18 de noviembre celebró con Catherine sus 18 años de matrimonio. El 25 de septiembre celebraron sus cumpleaños juntos. Cumplen el mismo día, solo que se llevan 25 años. “Hay que aprender a remar cuando hay crisis”, revela Michael su secreto para un matrimonio longevo. Por lo pronto ella lo bancó a principios de año cuando el actor fue denunciado por acoso por una asistente, en un hecho que ocurrió hace décadas y que no parece haberle hecho mella a su reputación.
Noviembre también le trajo el estreno de su serie en Netflix. La ocasión lo hizo pasearse por algunos programas de TV en los que contó algunas anécdotas imperdibles de su carrera. Como la vez en que ganó el Golden Globe por su rol de Gordon Gekko en la película Wall Street (ganaría el Oscar también) y la ocasión lo hizo conocer a George Harrison. Dice que se cruzó al Beatle en los pasillos del Beverly Hilton, intercambiaron teléfonos. A la noche Harrison lo llamó para preguntarle si podía pasar por su habitación con un amigo. Al rato llegó con Bob Dylan y su perro gigantesco (“un mastín pony” lo llama). El actor pidió caviar para todos y se lo terminó comiendo el perro de Dylan. “Una de esas noches”.
Douglas asegura que la comedia le cuesta, que no le sale natural y que su más implacable crítico es su padre y que ha sido así siempre, desde su debut. De él aprendió a tratar de estar en forma y a entregarlo todo en su trabajo. “Sonrisas y corazón”, en el caso de la serie, en la que dice estar aprendiendo a reírse de sí mismo.