Llegaron las purgas: Rosseanne vio su funeral por TV
La actriz Rosseane Barr vio la muerte de su personaje por TV y no le gustó nada. Foto: VALERIE MACON/AFP)
19/10/2018 - 17:12
Clarin.comEspectáculosTV
Su comedia ahora se llama The Conners y sigue al resto de su familia.
La comediante Roseanne Barr fue linchada mediáticamente el mismo día de mayo en el que escribió un tuit racista sobre una ex funcionaria de Barack Obama. Pocas horas después ABC canceló la segunda temporada de su comedia, Roseanne, aunque había sido un gran éxito para el canal cuando la ficción de la familia Conner regresó este año después de 20 años de ausencia.
Para no dejar al elenco y a los técnicos sin trabajo, decidieron seguir con la comedia, pero sin Roseanne Barr. La mataron en el primer episodio de The Conners, el spin-off donde ahora mostrarán las aventuras del resto de su familia bajo el mando de su patriarca, flamante viudo, interpretado por John Goodman.
La buena recepción por parte de prensa y público al estreno de The Conners esta semana demostró que los programas populares pueden sobrevivir la caída de sus protagonistas. Una realidad que enfrentará el 2 de noviembre House of Cards, cuando vuelva a Netflix sin Kevin Spacey, siguiendo a su viuda en la ficción al frente de la Casa Blanca. El actor cayó en desgracia no por un tuit, sino por la denuncia de un colega que lo acusó de haberlo querido seducir cuando tenía 14 años.
Pero volvamos a Roseanne, quien tuvo el extraño privilegio mirar desde su casa como sus colegas la lloraban en su comedia, que ahora seguirá inéditamente sin ella. Primero dicen que murió de un infarto, luego se verá que en realidad fue por una sobredosis de opiáceos, calmantes que su personaje empezó a tomar por el dolor de sus rodillas.
Con su viudo. Rosseanne y el actor John Goodman. Foto:VALERIE MACON/AFP
“No estoy muerta, bitches”, insultó ella en Twitter de inmediato. Luego posteó una declaración oficial en la que dijo que mientras le deseaba lo mejor a los actores y al equipo de producción del programa, no le gustaba que ABC hubiera decidido matarla en la ficción. ”Que haya sido a través de una sobredosis de opiáceos le da una dimensión mórbida a una comedia que es familiar. Es una elección que el canal no tenía por qué hacer”, se enojó la comediante.
El rating del debut de The Conners fue alto (10.5 millones de televidentes), le ganó a favoritos como The Voice y This is US, pero no alcanzó el número de principios de año, cuando el regreso de la comedia atrajo a 18 millones de televidentes. Hasta el propio presidente Donald Trump, a quien Roseanne dijo que había votado tanto en la realidad como en la ficción, la llamó para felicitarla. La familia Conner representa a trabajadores del interior del país, donde se encuentran muchos de sus votantes. E incluso volvió con la premisa de que la familia iba a estar agrietada según a quién habían votado.
La familia Conner. Rosseanne ya no estará entre ellos. Foto: VALERIE MACON/AFP)
La decisión del canal fue muy comentada. Y mucho de la atención se fijó en lo que haría el resto del elenco, víctimas involuntarias del ataque de racismo de Roseanne. “Teníamos este sentimiento de no querer irnos hasta que no estuviéramos listos, había una deuda con esta familia de ficción, queremos terminar de contar nuestra historia”, explicó John Goodman.
ABC explicó que The Conners era posible sólo porque Roseanne había acordado con ellos no quedarse con ningún lazo creativo o económico, liberando así a sus colegas y al equipo técnico para que pudieran seguir adelante con las grabaciones. Y todos ellos le agradecieron el gesto.
Roseanne no pensaba que iban a matarla y no lo tomó bien. Es la primera purga de este tipo en la era de las redes sociales. Recordemos que es en respuesta a un tuit que mostró un pensamiento muy tóxico (llamó mona a una funcionaria de raza negra) con el que nadie a su alrededor quiso quedar pegado. Hay que tener cuidado con lo que se publica. Ella diría después que estaba tomando pastillas para dormir cuando escribió lo que escribió. Que su personaje haya muerto por sobredosis de píldoras no es más que una fina ironía.