‘La que se avecina’: la serie de éxito que ha pasado casi año y medio metida en un cajón
La temporada de La que se avecina que Telecinco estrena este martes ha sido durante bastante tiempo un objeto casi mitológico: se hablaba de ella, mucho, pero nadie la había visto. Era algo inusual en la televisión española. Telecinco tenía nuevos capítulos de la serie, uno de los éxitos de más larga duración en el país: la última temporada en emitirse había mantenido un respetable 20% de cuota de pantalla. Pero esa temporada, la décima, se despidió en diciembre de 2017 y la nueva tanda ha estado desde entonces y hasta esta semana en paradero desconocido. Y no por problemas logísticos o tensiones con el equipo creativo. Los nuevos capítulos se escribieron, rodaron y montaron, y Telecinco simplemente los guardó a la espera de encontrar un buen momento para estrenarlos. Pasó Supervivientes, pasó Gran Hermano VIP, pasó un año entero desde la emisión de la última temporada y luego pasó GH Dúo; Supervivientes está a punto de volver de nuevo, y el momento seguía sin llegar para la cadena privada.
Esta undécima temporada de La que se avecina se convirtió en una gran incógnita dentro del mundillo. Y fuera de él supone también en un buen exponente del momento que está viviendo la televisión generalista. El quid de la cuestión es simple: Telecinco simplemente no ha necesitado un gran éxito en todo este tiempo. El año pasado fue uno de los mejores que recuerda la cadena: tuvo una media del 14,1% de cuota de pantalla, según la consultora Barlovento. Ocho décimas más que en 2017, y casi dos puntos más que su rival Antena 3.
“La que se avecina es una de esas series con éxito contrastado que se programan estratégicamente en la parrilla en el segundo o cuarto trimestre, cuando hay mayor inversión publicitaria”, explican fuentes de la cadena. Y esa época del año pasado no había necesidad alguna de quemar su mejor as en la manga.
“Esto es algo común; solo es raro que lo hagan con una serie de éxito”, opina Alberto Rodríguez Caballero, director y guionista del programa. “Pero también a nosotros nos toca adaptarnos. La ficción en abierto en una televisión tradicional se ha convertido en una rara avis”, prosigue. Se creó una situación inédita en la televisión española. La serie era ese as en la manga citado. Pero también una de las ficciones más conocidas y esperadas por más gente que hay.
Algo así hubiera resultado impensable hace unos años. “Estamos en un momento de transición: las cadenas generalistas, que eran las que producían y emitían ficción, con la llegada de las plataformas y el incremento y la calidad de la producción no pueden arriesgarse a que sus ficciones, que son carísimas, se estrenen sin criterio”, explica Charo Lacalle, catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona y coordinadora en España del Observatorio de Ficción Latinoamericana.
Precedentes no faltan, pero se trata de títulos mucho menos conocidas. Por ejemplo, La verdad, otra serie rodada en 2016, que Telecinco guardó durante 2017 y cuyo estreno anunció para el 14 de febrero de 2018. El día 11 de ese mes, reculó y se pasó los siguientes tres meses anunciando su estreno sin dar una fecha concreta, que al final llegó el 21 de mayo. “Telecinco pasó por una época, en los años 2000, en la que cada ficción que tocaba la convertía en oro, pero ahora los realities le salen más rentables y, además, es un momento complicado para las generalistas. ¿Van a poder seguir compitiendo como hasta ahora?”, incide Lacalle.
La ficción, que antes era la niña bonita de la televisión generalista, es cada vez más pasto de plataformas como Netflix o HBO, mientras las cadenas apuestan en mayor medida por el directo (la actualidad) y el evento (los realities y concursos). “Emitir series de 70 minutos que empiezan a las once de la noche es infrecuente y raro”, admite Caballero. “No hay color comparado con enchufarme a una plataforma. El consumo en diferido va aumentando en ficción, incluido en La que se avecina, que ronda el medio millón de espectadores. Es un proceso lógico. No hay más que ver el prime time”, abunda. “Cuando emitíamos Aquí no hay quien viva y competíamos con Los Serrano, la guerra era por empezar antes. Nos plantábamos en las 21.45, que era una gran hora. Ahora, como los realities van por otro lado, vamos más y más al llamado access prime time, o sea, a ver quién empieza más tarde. Por eso los programas empiezan a las once de la noche. Es un cambio de formas”.
Caballero habla mientras acaba de preparar la duodécima temporada de la serie, que han escrito a ciegas, sin saber cómo reaccionará el público ante la que hoy comienza. “Desde el punto de vista logístico, no nos supone el mayor problema”, explica. “Solo esperamos que no ocurra nada en los titulares sobre lo que haya una broma en un capítulo”.
La cadena líder echa mano de su artillería pesada
Telecinco empieza esta semana una fase nueva de la temporada marcada por una serie de grandes apuestas. Además de desempolvar los capítulos de la undécima entrega de La que se avecina, recupera su reality estrella, Supervivientes. La edición de 2018 supuso para la cadena un rotundo éxito que ahora busca replicar.
Si la serie de ficción es una bomba nuclear que garantiza 20% de cuota de pantalla, Supervivientes fue en 2018 un fenómeno todavía mayor. Aquel programa obtuvo de media un 29,2% de cuota de pantalla (unos 3,3 millones de espectadores). En su final, que se dividió en dos días a mediados de junio, las cifras subieron hasta un espectacular 35% de cuota, lo que supone 4.194.000 espectadores. Suponía su mejor porcentaje desde 2011 y la mayor cifra de telespectadores desde 2014. Fue uno de los asuntos más buscados en Google desde España en todo el año.
En la nueva edición, que comienza mañana, cuenta con un inesperado plato fuerte: Isabel Pantoja, quien debería dar más alegrías que Sofía Suescun, vencedora de la edición anterior, según espera la cadena privada. A la cantaora la acompañarán en una isla de Honduras el empresario (y exmarido de Paulina Rubio) Colate Vallejo-Nájera o la exparticipante de Gran Hermano Mónica Hoyos.