La colección otoño-invierno de la factoría Bambú
Las dos son historias con protagonismo femenino, situadas en el pasado, con tintes melodramáticos y producidas por Bambú. Y en las dos, el vestuario marca la diferencia. Las chicas del cable (la tercera temporada ya está disponible en Netflix y está renovada para una cuarta) y Velvet colección (sus dos primeras entregas se pueden ver en Movistar + y tendrá una tercera tanda de capítulos con la que la serie llegará a su fin) han vuelto con cambios en el armario de sus protagonistas que reflejan los cambios a los que se enfrentan en la acción.
En Las chicas del cable, la historia ha dado un salto en el tiempo y ha pasado de los años veinte a los treinta, época que, como cuenta su figurinista, Helena Sanchís, es estéticamente muy diferente a la anterior. "Aparecen las cinturas en los vestidos, con siluetas más marcadas, todo más sinuoso, con vestidos más largos...", señala. En la serie de Netflix confeccionan prácticamente todo el vestuario de los actores principales, mientras que para el de los extras se recurre a alquiler. Además, siempre que pueden, restauran ropa de la época. "Aunque suele estar muy deteriorada, cuando algo encaja intento salvarlo. Son tejidos que ya no encuentras, bordados, acabados... es muy especial". Mucha de la ropa alquilada este año viene de Italia, especialmente los vestidos de noche, como cuenta Sanchís, figurinista habitual de las series de esta productora y que ha trabajado en títulos como Gran Hotel, Tiempos de guerra o Gran Reserva.
Maggie Civantos, en la tercera temporada de 'Las chicas del cable'.
Entre las referencias que han tomado para la elaboración del vestuario se encuentra el cine y revistas de la época. "Hay muchísimo cine de los años treinta maravilloso, con actrices como Ginger Rogers... Son esas noches de satén, todo el vestuario de noche es muy evocador. Hemos ido husmeando en todas partes para luego rescatar lo que mejor encaja según la personalidad de cada una de las chicas e ir construyendo el personaje sin perder lo que ya teníamos". Por ejemplo, este año han cambiado los uniformes de las telefonistas. "Ha sido casi como una serie nueva, teníamos un trabajo de base pero ha habido que buscar todo de nuevo, zapatos, sombrerería, bolsos, complementos... todo".
Del vestuario de Las chicas del cable de esta temporada, Sanchís destaca "todo el ambiente del club de noche, y ahí quizá el personaje de Maggie Civantos, por trama, es la que más lo luce, con vestidos maravillosos de satén que hay que tener un cuerpo 10 porque se marca hasta el ombligo, con unos cortes muy complicados, al bies, sedas... queda muy lucido".
Los nuevos uniformes de 'Las chicas del cable'.
También llegan aires nuevos a Velvet colección. La serie se sitúa ahora en el año 1967 y las galerías de moda reciben el mayor encargo de su historia: el vestido para la coronación de Farah Diba, la última reina de Irán. Así, entra un mundo totalmente nuevo en la serie. "No solo es hacer el vestido de la coronación, también hay viajes a Irán, personajes iraníes...", cuenta Pepo Ruiz, diseñador del vestuario de la serie. Entre las incorporaciones de esta temporada, por ejemplo, se encuentra el modelo y actor Andrés Velencoso, que encarna al embajador iraní Omar Ahmadi.
Marta Hazas y Andrés Velencoso, en 'Velvet colección'.
Si para los personajes de la serie es un reto elaborar el vestido para Farah Diba, también lo ha sido para Ruiz y su equipo. "Hemos recurrido a documentación de hemeroteca, Internet... Hemos intentado hacerlo lo más fiel posible, y creo que ha quedado un resultado bastante bueno". Para la elaboración del vestuario de esta temporada la serie ha contado con un taller con ocho personas fijas además de la ayuda de la sastrería Cornejo, que también ha elaborado parte del armario. "Hemos confeccionado como el 80% del vestuario de actores y actrices, que para una serie es muchísimo. Pero el resultado se acerca más así a lo que viene en el guion", dice Ruiz. "Es una serie que no se puede comparar con otras extranjeras en cuanto a presupuesto, pero sí en cuanto a resultado, está a la altura de series internacionales", asegura el diseñador.
Marta Hazas y Llorenç González, en la segunda temporada de 'Velvet colección'.
Aunque Helena Sanchís era la responsable del vestuario de Velvet, cuando la serie pasó a Movistar + y se transformó en Velvet colección se incorporó Pepo Ruiz al frente del departamento, con Sanchís como supervisora. "Aunque era una continuación, era una serie nueva y hacía falta alguien que no hubiese tendio ese recorrido previo para darle un aire diferente. Al saltar de época, a una más desenvuelta, los colores son más atrevidos y tiene un aire más fresco y diferente", resume Ruiz.
Mundos inventados
Ni los años sesenta de Velvet colección ni los treinta de Las chicas del cable son reflejos reales de la España de la época. Como cuenta Helena Sanchís, en la serie de Netflix se pidió una fórmula parecida a la de Velvet: "se buscaba que primara una estética preciosista, todo tenía que ser bonito, no es un trabajo historicista para nada". La figurinista describe la estética de los años cincuenta de la Velvet original como "unos cincuenta inventados, mezcla de París y Nueva York. En España estaba el franquismo y eso se parecía poco a lo nuestro". "Intentamos ser muy rigurosos aunque falseemos las épocas para aligerarlas. Con Gran Hotel hicimos lo mismo, era un 1900 más ligero", señala Sanchís.
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