In-Edit cierra su 16 edición con más de 33.000 espectadores
El pasado 25 de octubre el festival In-Edit abría las puertas de su decimosexta edición con un contenido optimismo. Ahora acaba de cerrarla con una cifra récord de más de 33.000 espectadores, más sorprendente aun por tratarse de un certamen exclusivamente dedicado al documental musical, un género totalmente ausente de nuestras pantallas comerciales.
En la noche de inauguración, en la abarrotada sala 5 de los multicines Aribau flotaba una pregunta: ¿Quedan todavía secretos de Elvis Presley por desenterrar? La película inaugural The King, del director Eugene Jarecki, laureado tanto por Amnistía Internacional como el festival Sundance, no desveló ninguno, pero al final de la proyección, incluso hubo aplausos de aprobación y caras sonrientes con la sensación de haber asistido a un buen documental que merecía verse en una gran pantalla cinematográfica. Jarecki utiliza como excusa el Rolls de Elvis para hacer un retrato bastante sórdido de las últimas décadas de la vida estadounidense: el ascenso y caída del sueño americano y la elevación a los altares de Donald Trump.
Fue una apertura de lujo, que difícilmente se estrenará comercialmente en nuestro país, a la que siguieron medio centenar de películas de todos los estilos como ya se puede entrever en la lista de premiados. El premio al mejor documental internacional ha sido para una película jazzística sobre el baterista Milford Graves (Milford Graves Full Mantis) y la mejor nacional para un film sobre el cantautor mallorquín Miquel Serra (Els ulls s'aturen de créixer). Entre ambas la mención especial del jurado fue a parar a un documental realmente deslumbrante que narra la búsqueda de las raíces siberianas de la guimbarda (The Strange Sound of Happiness). Un palmarés que demuestra las múltiples miradas del certamen.
Si un mito como Elvis abrió fuego, In-Edit también tuvo otros mitos de gran altura en su programación como George Michael o Grace Jones, pero fueron, sin duda, los Rolling Stones los que despertaron la mayor expectación con su faceta más oscura y truculenta. Cocksucker Blues es un film que desde su creación en 1972 se ha revolcado constantemente en su propia leyenda negra hasta convertirse en una de las películas más mitificadas del rock a pesar de no haberse estrenado nunca oficialmente. El pase en el In-Edit fue la primera y, por ahora, única ocasión en que la película se ha proyectado en España. Tras verla, los mismos Stones intentaron prohibirla pero los tribunales zanjaron que solo se podría pasar como máximo cuatro veces al año y siempre con el director en la sala. Sin duda en 1972 la cinta hubiera escandalizado a una mayoría, pero vista hoy el interés fue más dudoso y puramente antropológico.