"Familias frente a frente", un Mundial gastronómico: cómo fue el comienzo del reality de Telefe
Leunis, el conductor, junto a los integrantes del jurado.
24/09/2018 - 13:29
Clarin.comEspectáculosTV
¿Paella o milanesa napolitana? ¿Tacos o feijoada? ¿Ceviche o knishes de papa?
Familias Frente a Frente (domingos, a las 22, por Telefe) es un nuevo programa de cocina en el que, más que personas, compiten “diferentes culturas”. Y podría decirse que logra su objetivo: después de una hora y media frente a la pantalla, con recetas conocidas o inéditas, al espectador se le hace agua la boca varias veces.
Conducido por el Chino Leunis, y con un jurado integrado por tres chefs de renombre como Christophe Krywonis, Dolli Irigoyen y Mauricio Asta, la idea de Familias Frente a Frente es que salgan a la cancha -o a la cocina, en realidad- 12 familias de distintos orígenes. Un cruce culinario y cosmopolita.
El hombre que lleva adelante el reality, "Chino" Leunis.
Así, entre hornallas y cacerolas, y uniformados con delantales blancos, en el debut hubo italianos, judíos, cubanos, coreanos, armenios e indios (originarios y descendientes).
La semana que viene será el turno de españoles, brasileños, lituanos, griegos, mexicanos y peruanos. Sí, como si se tratara de un Mundial en el que se ponen en juego las destrezas gastronómicas.
“Para ganarse un lugar en las seis cocinas definitivas”, según como lo define la producción del reality, las familias deberán cumplir las consignas de los especialistas. Y el clan que mejor cocine se llevará el premio mayor: medio millón de pesos.
Christophe Krywonis, Chino Leunis, Dolli Irigoyen y Mauricio Asta.
El primer paso lo dieron las Kaspin, cuatro mujeres de raíces judías. “La capitana soy yo porque soy la Bobe”, se plantó la abuela Perla, con experiencia. Y nadie se animó a contradecirla.
Enseguida, con más ganas de cantar que de cocinar, se presentaron los De Santo, “del sur de Italia”, que podrían haber salido de alguna película de Ettore Scola. Y, mientras lavaban con pericia los frutos de mar, empezaron a entonar: “Volare, oh, oh”.
Mucho más silenciosos, con esa capacidad de concentración tan común entre quienes practican las artes marciales, los Ho, de Corea, sorprendieron con su táctica milenaria: cocinar el asado ¡con un soplete!
Los Tosunian, de Armenia, se enfocaron en las “especias”. Los Azmi, de India, elogiaron el sabor del cilantro, “más rico que el perejil”. Y los Salas, de Cuba, podrían coronarse holgadamente, pero si se tratara de un certamen de tragos: antes que la comida, ya tenían preparados unos suculentos vasos de Cuba Libre, con ron abundante.
El desafío para estos primeros seis equipos fue el mismo: armar “un menú de tres pasos, con entrada, plato principal y postre”.
Hubo momentos de emoción -con el relato de algunas "historias familiares"- y también discusiones: “atate el pelo”, se gritaron entre las Kaspin. Y “pusiste el fuego muy alto”. O “a esto le falta sal”.
Al final, después de las “devoluciones” del jurado, se decidió que las tres familias que siguen en carrera son las Kaspin, los De Santo y los Ho.
Más allá de los reproches, las judías se lucieron con sus varenikes de papa (plato principal); los italianos, con sus cannolis sicilianos (postre); y los coreanos, con su tortilla de mariscos (entrada).
Con ritmo, dinámico y bien editado, Familias Frente a Frente sigue la línea de otros realities que ya le rindieron a Telefe, como Master Chef y Bake off. Y arrancó con muy buen pie: con un promedio de más de 12 puntos de rating, fue lo más visto en la noche del domingo.
Tal vez, para ser más didáctico, y teniendo en cuenta que la mayoría de los platos llevan nombres “extranjeros”, no vendría nada mal que se sumaran subtítulos. Y que se describieran las recetas. Claro: no todo es chori con chimichurri.