Examen de historia en la moda parisina
A Karl Lagerfeld no le gustaban los homenajes ni el dramatismo, así que probablemente no le hubiera agradado asociar la etiqueta de “póstuma” a su colección otoño/invierno 2019 de prêt à porter para Chanel, que ha abierto este martes la última jornada de la semana de la moda parisina. De hecho, apenas dos detalles remitieron al reciente fallecimiento del director creativo de la firma desde 1983: el minuto de silencio previo, con las modelos ya sobre la pasarela, y un tema final, Heroes de David Bowie, que también había sonado días antes en el desfile de Fendi, la otra firma de lujo a la que Lagerfeld dedicó sus últimas décadas de trabajo.
Había escasos indicios luctuosos, sin embargo, en la escenografía que evocaba un paraíso invernal en los Alpes. Podía entenderse simplemente como una alusión a la jet set, pero también como una evocación del chalet suizo en el que Coco Chanel se confesó con el escritor Paul Morand durante las conversaciones que dieron lugar a El aire de Chanel, lo más parecido a unas memorias que dejó la fundadora de la marca. Lo que sí legó la modista más famosa del siglo XX fue un código estético que, como recordaba la grabación reproducida por megafonía antes del desfile, Lagerfeld supo modernizar.
La primera salida del desfile subrayaba un gran abrigo de tweed, el tejido masculino y agreste que Chanel convirtió en el emblema de su elegancia austera. El invierno lujoso imaginado por Lagerfeld abunda en tejidos de punto con bordados y motivos alpinos en jacquard, tonos suaves, destellos fluorescentes y brillos metálicos. Los plumíferos son voluminosos y coloridos, pero también se pliegan a la gama de blancos y beis del último tramo de la colección.
Las superposiciones son otra constante: en una época en que la firma se dirige a mercados con diversas formas de entender el pudor, la mezcla de pantalones y minifaldas, chaquetas y capelinas, transparencias y tejidos pesados es un canto a la combinatoria muy propio de un diseñador que siempre concibió sus prendas como parte de un guardarropa coherente. Al final del desfile, el tímido saludo de Virginie Viard, que firma la colección junto a Lagerfeld y ya es la nueva directora creativa de la marca, indicaba que la transición que afronta la maison parisina va a ser más sosegada que rimbombante.
En un punto de inflexión se encuentra también Lacoste, otra institución de la moda francesa. La colección presentada este martes era también el estreno en el cargo de la nueva directora creativa, la británica Louise Trotter, en la casa desde el pasado otoño. Y lo que mostró sobre la pasarela fue una exaltación de la precisión y la fluidez que han caracterizado a Lacoste desde sus inicios. La silueta unisex (hombres y mujeres desfilaban a la vez) se plasma en prendas amplias y cómodas y en juegos cromáticos entre los tonos crudos y los colores puros.
ampliar foto Colección femenina Otoño/Iniverno 2019/2020 de Lacoste durante la Semana de la Moda de París, este martes, en Francia. IAN LANGSDON efe
En el imaginario de Trotter, chubasqueros, cortavientos y capas pluviales se convierten en prendas de sastrería con fibras naturales. A su vez, los emblemáticos tejidos de punto aumentan de tamaño y de proporciones para drapearse generosamente en torno al cuerpo. Ahora que la ropa deportiva ha invadido la pasarela y que el canalé vuelve a ser sexi, esta reivindicación de Lacoste es casi un acto de justicia poética. Y el famoso logo en forma de cocodrilo sigue ahí, pero no todo gira en torno a él.
Claro que, si se habla de firmas centenarias, Louis Vuitton tiene argumentos más que convincentes para presumir de historia. Quizás por eso repitió localización en el Museo del Louvre, aunque jugando al despiste: el desfile se celebró en un gran pabellón que evoca las formas, los volúmenes y colores del Centre Pompidou, todo un hito de la arquitectura contemporánea parisina.
Todo encaja, porque hay pocos diseñadores tan aficionados a la arquitectura como el director creativo de Louis Vuitton, Nicolas Ghesquière. Su nueva colección de prêt à porter deja patente su talento a la hora de generar siluetas estructuradas y gráficas que parecen creadas al alimón entre un couturier clásico y un ingeniero futurista. También su habilidad para reinterpretar el París de los ochenta a través de hombreras prominentes, cintura entallada, faldas con volumen, blusas con frunces y volantes y estampados retro. Es una glorificación del power dressing, pero con zapato plano. Nostálgico, sí. Anacrónico, nunca.
ampliar foto Penelope Cruz rinde tributo al fallecido diseñador Karl Lagerfeld en el desfile de Chanel, este martes, en la Semana de la Moda de París. IAN LANGSDON EFE
También una cierta extrañeza –eso sí, muy estilizada– planea desde siempre sobre Miu Miu. La hermana pequeña de Prada fue una firma millennial antes incluso de que existiera el término, y su colección para el próximo invierno lo demuestra mediante mezclas que revelan la proverbial afición de Miuccia Prada por el contraste: encajes florales y abrigos militares, lona encerada y macramé de lana gruesa, estampados militares y terciopelo negro, guiños alpinistas y bordados primorosos. En un homenaje a la edad de oro de MTV, las pantallas proyectaban videos analógicos y las prendas se amontonaban como en una tienda de segunda mano saqueada por un ejército de adolescentes grunge.
Convenientemente integrados en el conjunto estaban los verdaderos caballos de batalla –o de Troya– de la marca: bolsos-objeto, mochilas montañeras con estampados florales y zapatos irresistiblemente raros. El futuro de la moda puede ser una incógnita, pero un objeto identificable a primera vista siempre será una apuesta segura.
Penélope Cruz homenajea a Karl Lagerfeld
Una Penélope Cruz visiblemente emocionada, desfilando en la pasarela vestida de blanco con una flor en la mano, fue una de las pocas concesiones al sentimentalismo del último desfile de Karl Lagerfeld para Chanel. La actriz española, colaboradora de la firma desde el año pasado, fue la sorpresa más inesperada de un desfile en el que también participaron Kaia Gerber y Cara Delevingne. Entre los asistentes, además de una nutrida representación de periodistas, profesionales de la moda y clientes, las modelos Naomi Campbell, Claudia Schiffer y Lara Stone, los músicos Pharrell Williams y Janelle Monae y las actrices Monica Bellucci y Kristen Stewart. Lo más llamativo, sin embargo, eran los y las fans de la marca, cubiertos de la cabeza a los pies de prendas y complementos de la casa, demostrando que, más allá de consolidar el legado de una firma histórica, Lagerfeld supo crear un auténtico fenómeno de culto pop.