El plan: trabajar, criar a las niñas, ligar y envejecer
Copas para la regla, compresas, tampones y unas cuantas cajas de condones. En el primer capítulo de la nueva temporada de Better Things,que HBO España estrenó la semana pasada, también salen a relucir las bragas menstruales y los efectos de la premenopausia. Madre soltera de tres hijas, la actriz Pamela Adlon ha conseguido que su serie, de evidente tinte autobiográfico, sea uno de los retratos más certeros que existen sobre el hecho de ser madre en el mundo actual. Es decir, la maternidad no desde la óptica de Wendy y su hogar perfecto, sino la de Campanilla, esa gansa e imperfecta versión femenina de Peter Pan. Una madre algo disparatada, pero atenta y todoterreno, capaz de gritarle a todo un colegio (como ocurría, para bochorno de sus hijas, en la primera temporada) que cuando eres mujer es necesario hablar de dolor y sangre sin complejos y con humor.
La tercera entrega, 12 capítulos que HBO estrenará en España cada viernes hasta mediados de mayo, arranca con el personaje principal, Sam Fox, luchando contra su cuerpo mientas intenta vestirse con su (juvenil) ropa de siempre. Frente al espejo, Sam se burla de su barriga, de su pecho y de su aspecto. Pero el hormonal es el menor de sus problemas: los nuevos capítulos comienzan con el vuelo del nido de su hija mayor, que deja Los Ángeles para ir a la Universidad en Chicago, y los primeros síntomas de lo que parece la demencia senil de su madre, Phyllis, una inglesa que vive en la casa de al lado de su hija y sus nietas, en un confortable y algo bohemio vecindario californiano. Mientras una parte de su mundo se desmorona, Sam sostiene entre las manos una foto de su primer bebé para segundos después consolarse quemando una china de hachís.
Siempre con su tono de comedia agridulce, Pamela Adlon ha logrado que una de las mejores aventuras de la televisión actual verse sobre los quebraderos de cabeza de una mujer que, además de desvelarse noche y día por sus hijas, trabaja, liga, sufre, intenta divertirse y, sí, se hace mayor. Escrita, interpretada, dirigida y producida por esta menuda actriz neoyorquina de 52 años, Better Things la ha convertido en la estrella que nunca logró ser. Hija del guionista y productor Don Segall y criada entre Nueva York y Los Ángeles, su trayectoria era la de tantos en la periferia de Hollywood.
Esa vida en el extrarradio de la fama cambió gracias a su reencuentro en 2010 con Louis C. K. en la comedia Louie. Esta serie, que se prolongó durante cinco temporadas, era también una suerte de autoficción de un padre que, tras divorciarse, se queda solo con sus dos hijas. Adlon, que interpretaba a una buena amiga del protagonista, empezó a participar en algunos diálogos hasta acabar escribiendo y produciendo siete episodios. Logró cuatro candidaturas a los Emmy, pero el mayor premio fue la idea de Better Things, la historia de Sam, una actriz más, una madre más.
Todo fue sobre ruedas hasta que el huracán del Me Too también alcanzó a esta ficción. Al final de la segunda temporada, en 2017, The New York Times publicaba las denuncias de cinco mujeres que acusaban a C. K. de masturbarse ante ellas o, al menos, de intentarlo. En apenas una semana, fue cancelado el estreno de su película Love You, Daddy, y el cómico, que reconoció las acusaciones, se retiró de la vida pública. Solo sobrevivió Better Things, seguramente porque Louis C. K. no salía en pantalla. La verdadera estrella era ella y el asunto principal de la serie era, precisamente, la lucha femenina. La tercera temporada solo lleva la firma de Adlon.