El flamenco llega al Real para quedarse
El salón de baile de Isabel II, el mismo que a mediados del siglo XIX albergó a sus señorías durante una década mientras se construía el Congreso, se convertirá, a partir del 28 de noviembre, en el gran escaparate del flamenco en el Teatro Real. La institución, consagrada a la lírica, el ballet y la música clásica, ha ofrecido ocasionalmente espectáculos de flamenco; pero ahora se trata por primera vez de programar un ciclo, con 18 actuaciones que se prolongarán hasta julio de 2019, y que nace con vocación de continuidad.
"Esta es una iniciativa pionera que permite presentar el flamenco, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, con la categoría y la calidad que merece. Además de aunarlo a los productos de marca España y en un espacio muy especial que siento mío, porque fue sede del Ballet Nacional de España cuando yo estaba en la compañía", comentó este martes el bailaor sevillano Antonio Canales, "un joven veterano de 56 años", como se definió, que apadrina el ciclo, titulado Flamenco Real y producido por Aurelio Solana.
"Desde el Real apostamos por la creación de nuevos públicos. El teatro quiere defender el patrimonio cultural español de la mejor forma posible y por eso hemos programado una temporada completa que se ofrecerá, de momento, dos miércoles alternos al mes. Nuestra intención es que el ciclo crezca en años sucesivos y por eso lo ofrecemos en el salón de baile, que hasta hace dos años era un restaurante y es uno de los espacios escénicos más grandes del teatro, muy versátil y con capacidad para 200 espectadores sentados en mesas", explicó Ignacio García Belenguer, director general del Teatro Real. Los espectáculos incluyen una degustación de productos marca España antes de las actuaciones que serán de unos 60 minutos. Una vez finalizadas, los espectadores podrán conocer y charlar con los artistas.
Desde la izquierda, Aurelio Solana, Ignacio García-Belenguer y Antonio Canales, en el Teatro Real. javier del real
El bailaor Amador Rojas ofreció este martes en la presentación del ciclo un anticipo de Poseidón y el hombre, que estrenará el 28 de noviembre, una alegoría del sufrimiento humano en la que contará con las voces de Triana Heredia y José Amador. También serán estrenos Las Minas Flamenco Tour, del cantaor y guitarrista Ricardo Fernández del Moral; Mi clave, del guitarrista Manuel de la Luz con el bailaor Antonio Molina El Choro como artista invitado; Se prohíbe el cante, de la bailaora Leonor Leal y el cantaor Jeromo Segura, y Con cierto duende, en el que el flautista Óscar de Manuel traslada los sonidos flamencos al lenguaje sinfónico.
"En el 75% de los espectáculos la primera figura es un bailaor o bailaora, porque es lo que más le llega al público generalista; pero hay de todo. No hace falta ser un aficionado para disfrutar del flamenco. Lo que nosotros hacemos es vender emociones a cualquier amante del arte", apunta Solana, quien ha contado con el asesoramiento artístico del bailaor y coreógrafo Ángel Rojas para crear este programa que también cuenta con los bailaores Úrsula López, Carmen La Talegona y Joselito Maya, Yolanda Osuna, Eduardo Guerrero, Gema Moneo y José Carmona Rapico, entre otros. Salitre, el montaje de Antonio Canales inspirado en el mar, cerrará el 17 julio este ciclo que ha llegado al Teatro Real para quedarse.