El aceite de coco es "puro veneno"
Infaltable en las recetas de muchos influencers de cocina, su venta en las dietéticas se disparó en los últimos años. Promocionado como “superalimento”, al aceite de coco le adjudican beneficios para la salud oral, la digestión, el aumento de energía, el control de peso y hasta la salud cardiovascular. Por eso, la afirmación de una especialista que lo tildó de “puro veneno” está dando la vuelta al mundo.
Seguí leyendo"Aceite de coco y otros errores nutricionales" es el título de la ponencia de Karin Michels, directora del Instituto para la Prevención y Epidemiología de Tumores de la Universidad de Friburgo (Alemania) y profesora de la Harvard TH Chan School of Public Health (Estados Unidos). Pese a que su exposición en lengua alemana dura casi una hora, sólo en Youtube ya fue vista por más de 1,2 millones de personas.
Se lo califica de "súperalimento", pero no sus bondades no cuentan con respaldo científico.
La experta afirma que el aceite de coco es “uno de los peores alimentos que se pueden ingerir” y lo califica, incluso, de “puro veneno”. En su charla ofrecida en la Universidad de Friburgo, explica que tiene un 92% de grasas saturadas, que contribuyen al aumento de las lipoproteínas de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés), más conocidas como colesterol malo. Su presencia en exceso puede favorecer un taponamiento de las arterias, factor de riesgo para infarto de miocardio, ataque cerebrovascular (ACV) o insuficiencia circulatoria.
Michels, no obstante, admite que el ácido láurico del aceite aumenta el colesterol bueno (HDL). Pero enfatiza que el aceite de coco no contiene fibra, sólo rastros de vitaminas minerales y que sus sustancias vegetales son demasiado bajas para tener un efecto positivo en la salud.
La especialista desalienta también el reemplazo del consumo de grasas saturadas por una dieta rica en harina blanca refinada y azúcares, ya que tampoco es una opción saludable para el corazón. Para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y cuidar la salud cardiovascular aconseja incrementar la ingesta de ácidos grasos insaturados. Ese tipo de grasas “buenas” se encuentran, entre otros alimentos, en nueces, semillas de girasol, aceite de maíz y de soja y en pescados como el salmón, la caballa, la trucha y el atún blanco.
Hasta el momento, no hay evidencia científica que respalde las bondades que se le adjudican al aceite de coco, dado que casi no se han hecho estudios en humanos para poner a prueba sus supuestos beneficios, por lo que calificarlo de “superalimento” es, como mínimo, prematuro.