‘Dietland’, la serie que se anticipó al #Metoo
La novela Dietland, centrada en la obsesión de la sociedad con la pérdida de peso, especialmente en las mujeres, se publicó en 2015. La adaptación a la pantalla de este explosivo best seller no se hizo esperar. La productora Marti Noxon se encargó de su adaptación en una versión de 10 episodios para la televisión. Todo ello antes de que el huracán Harvey Weinstein sacudiera Hollywood y pusiera en marcha el movimiento #Metoo o el de Time’s Up, donde las mujeres se han cansado de aguantar y quieren poner fin a los abusos. ¿Suena familiar? “Cuando los violadores, los acusados de violación, empiezan a caer de los árboles gracias a estos movimientos, ¿no me digas que esta serie no es oportuna?” se pregunta la actriz Julianna Margulies en una entrevista con EL PAÍS.
Ella no es la protagonista de Dietland (original de AMC, en España se ve al completo en Amazon Prime Video). Lo es Joy Nash, que interpreta a Alicia Plum Kettle, una joven de 130 kilos dedicada a escribir para otra consejos de belleza y autoestima en una revista de moda. Margulies no siente más que admiración por esta recién llegada a la televisión, que antes de esta serie contó con pequeños papeles en Twin Peaks o The Mindy Project y es un reflejo de la diversidad que la veterana actriz defiende. “Su vida es un ejemplo, lo cómoda que se siente en su pellejo, alguien capaz de enseñarnos cómo una persona con peso ve el mundo”, se deshace en elogios sobre su compañera de reparto. Nash se dio a conocer en 2007 con un corto que se hizo viral, A Fat Rant, en el que animaba a sus compañeras con kilos de más como ella a vivir a gusto con su peso.
Margulies es “la otra”, Kitty Montgomery, la mala de la serie, al menos de arranque, al frente de una revista que le sirve de tapadera a esta sátira para hablar de misoginia, patriarcado, cultura de abusos, violaciones y estándares imposibles de belleza. “No tengo nada que ver con Kitty, ¿pero sabes la ilusión que me hizo interpretar un papel que se sale de los que siempre me ofrecen de buenaza?”, comenta la actriz.
A sus 52 años, Margulies ha visto de todo, desde esa sala de Urgencias que le dio la fama a los pasillos del bufete de abogados en los que se manejaba en The Good Wife. Está entre las personas más influyentes de esta década, según la revista Time, y cuenta con ocho galardones del Sindicato de Actores, solo por debajo de Julia Louis-Dreyfus. Pero si aceptó un papel menor en Dietland es porque sabe lo importante que es su mensaje. En su opinión son muchos los temas que toca en los que profundizar más allá de la trama. Y de los que se necesita hablar ahora más que nunca. “Pero que nadie escriba una crítica tomándose las acciones de Dietland en serio, porque es una sátira”, advierte.
Tras su experiencia en The Good Wife, Margulies tiene clara la importancia de la televisión a la hora de fomentar la conversación. Y sabe por experiencia que es posible adelantarse a los acontecimientos. En el fondo no reflejan más que lo vivido. Y Margulies tiene muchas razones por las que sumarse al #Metoo. Por ejemplo, un encuentro hace muchos años con el actor Steven Seagal en una habitación de hotel de la que se escapó cuando el actor le enseñó una pistola. “En su momento me reí y lo conté como anécdota entre amigos”, recuerda.
Una creadora llamada Marti NoxonAntes era costumbre decir que detrás de un gran hombre había una gran mujer. En el caso de Marti Noxon es más acertado decir que detrás muchas de las series más interesantes está el nombre de esta mujer de 53 años ya sea como productora, guionista, showrunner o directora. Buffy Cazavampiros, Anatomía de Grey, Mad Men, Glee, Girlfriends’ Guide to Divorce y UnREAL, entre otras. En todas ellas ha dejado su huella de una u otra forma. Además de Heridas abiertas o ahora Dietland, donde lo hace todo, series ambas que forman su “trilogía de la autolesión” junto con la película To The Bone que dirigió hace un año. Porque Noxon tiene talento, pero también sabe muy bien de lo que habla: mujeres dañadas que quieren salir adelante. Noxon vivió una juventud llena de trastornos de la conducta alimentaria que casi la llevan a la tumba. Una condición que volvió a sufrir en sus años de menopausia agravada por una dependencia del alcohol. Supo salir del agujero y además de entretener quiere decir a quienes vean sus series que no están solas. Y que es mejor reírse de este dolor en antena que escribirlo en sus carnes.