Dieta mediterránea: una aliada contra la osteoporosis
Los pescados es otro de los alimentos principales de la dieta mediterránea. Foto: Istock
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SaludNutriciónDietasDieta MediterráneaNo hay dudas de que una dieta balanceada tiene un papel importante para mantener una buena salud general previniendo, sobre todo, enfermedades metabólicas crónicas y mejorando la expresión de la herencia genética.
La dieta mediterránea parecería erigirse como la dieta ideal por sus ya demostrados beneficios para reducir el riesgo de desarrollar diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, patologías neurodegenerativas, y, ahora, hay que agregar los efectos positivos también sobre la salud ósea.
La mediterránea es un ejemplo de dieta equilibrada.
Esta dieta se caracteriza por ser rica en productos de origen vegetal (legumbres, cereales, frutos secos, frutas y hortalizas), pobre en alimentos de origen animal, moderada en lácteos (principalmente, en forma de queso o yogur) y alta en consumo de aceite de oliva extra virgen como el principal componente graso.
Diversos estudios realizados durante los últimos años han mostrado cómo los componentes de la dieta mediterránea pueden modular la homeostasis esquelética.
Uno de los principales componentes que manifestó tener un rol importante en el bienestar esquelético es el aceite de oliva extra virgen, fuente de polifenoles que actuarían sobre la inflamación crónica y el estrés oxidativo.
Varias investigaciones ya han mostrado que la adherencia a la dieta mediterránea induce al aumento de la densidad mineral ósea, pero más recientemente se ha publicado un estudio realizado en España sobre un grupo de más de 800 individuos de entre 55 y 80 años con alto riesgo cardiovascular, y se observó que aquellos con mayor consumo de aceite de oliva extra virgen presentaban menor riesgo de fracturas osteoporóticas. Para confirmar los resultados, un estudio realizado en 8 países europeos sobre cáncer y nutrición con casi 200.000 participantes arrojó que la mayor adherencia a la dieta mediterránea protegía contra la fractura de cadera, disminuyendo su incidencia en un 7 por ciento. No es extraño entonces que los países de la cuenca del Mediterráneo tengan la incidencia más baja de osteoporosis.
Frutas y verduras, legumbres, cereales, pescado, aceite de oliva y el consumo moderado de vino son la base de la dieta mediterránea.
Lo curioso es que justamente la dieta mediterránea no enfatiza precisamente los nutrientes clásicamente asociados a los efectos beneficiosos sobre la salud ósea, como el calcio, cuya fuente principal son los lácteos, y las proteínas, cuya fuente principal es la carne. La explicación estaría en que si bien la leche y sus derivados son la mejor fuente de calcio en términos de cantidad y biodisponibilidad (facilidad en la absorción) hay otros componentes alimentarios en una dieta que se requieren para mejorar la retención de calcio y reducir su pérdida.
La adherencia a la dieta mediterránea también beneficiaría a niños y adolescentes. El incremento de masa ósea se produce a lo largo del crecimiento, con un pico en la pubertad.
Aunque los factores genéticos son los mayores predictores de la masa ósea que se alcanza en la adultez, una adecuada ingesta de nutrientes óseos es necesaria para la completa expresión de su potencial.
Los beneficios del aceite de oliva aumentan cuando es consumido en el marco de una dieta mediterránea.
Por ser la nutrición un factor importante que afecta a la salud tiene la característica, a diferencia de los genéticos, de ser modificable. Toda estrategia que favorezca un pico de masa óptimo traerá beneficios en la adultez y en el envejecimiento, etapas de la vida afectadas por la osteoporosis ya que se sabe que un 10 % de aumento en la masa ósea pico reduce a la mitad el riesgo de tener una fractura osteoporótica en la edad adulta.
Por Dra. Diana González, médica osteóloga, directora asociada Mautalen Salud e Investigación.
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