Córdoba capital: del legado jesuita a la ciudad moderna
Por el angosto empedrado del pasaje Santa Catalina, a espaldas de la Catedral y el antiguo Cabildo, la ciudad de Córdoba parece estrecharse en el casco histórico, mientras el paisaje urbano retrocede en el tiempo hasta quedar anclado en la época fundacional. De los primeros cimientos que ordenó levantar Jerónimo Luis de Cabrera en 1573 quedan rastros difusos, un notorio contraste con la imponente presencia de los edificios legados por los jesuitas a la vera del Camino Real al Norte desde su llegada en 1599.
Iglesia de la Compañía de Jesús, en la esquina de Caseros y Obispo Trejo, Córdoba capital.
Pasaje Santa Catalina, en la Manzana Jesuítica de Córdoba capital.
La Manzana Jesuítica parece exhibir su máxima expresión a pasos de la esquina de Caseros y Obispo Trejo, donde la iglesia de la Compañía de Jesús conserva los brillos de las piedras de las sierras de Córdoba sobre la fachada, decoraciones en piedra sapo y la bóveda recubierta con madera de cedro paraguayo. En el interior, de entrada, la vista se posa en el altar -decorado con la técnica del dorado a la hoja- y las imágenes en madera de cedro talladas a mano por los pobladores originarios captados por las misiones jesuíticas. El profundo silencio que impera en la nave principal y los oratorios -asignados por separado para españoles y nativos, con el propósito de evitar el cruce entre los estratos sociales- es pulverizado puertas afuera por la multitud que avanza en todas las direcciones por las calles peatonales.
Capilla Doméstica, en uno de los pasajes de la Manzana Jesuítica de Córdoba capital.
En la acera y en el Museo de la Universidad resuenan los ecos de la movilización de los estudiantes que desembocó en la Reforma de 1918. “El gran impulsor del proyecto educativo de los jesuitas fue Fernando Trejo”, señala la guía Alejandra Pernichi, con la vista fijada en el monumento que recuerda al obispo en el patio de la antigua sede del Rectorado.
Monumento erigido en homenaje al obispo Trejo, en la sede de la Universidad Nacional de Córdoba.
La austeridad de los pasillos y columnas que enmarcan las antiguas acequias de la huerta de la orden religiosa muta en los detalles de lujo desparramados en el salón versallesco destinado a la exposición de las tesis de doctorado. La ostentación que solía exhibir la élite de la sociedad cordobesa a fines del siglo XIX se refleja en molduras, arañas y muebles de madera de nogal instalados entre un óleo creado en homenaje al obispo Trejo y cuadros de Dalmacio Vélez Sarsfield, el cura Brochero y el dean Funes. En el techo, un enorme mural pintado en 1914 por el artista cordobés Armando Sica corona el salón, que originalmente funcionó como capilla estrictamente reservada para los feligreses españoles.
Colegio Monserrat, en la ciudad de Córdoba.
Otras valiosas piezas del legado jesuita atesora la Librería. Entre los 6 mil volúmenes de la colección predominan los textos escritos en latín, pero también se guardan publicaciones en castellano, francés (como el libro más antiguo, impreso en París en 1533, y una Biblia de diez tomos editada en 1645), portugués, inglés y hasta en quechua, mapudungún y tonocote. Las paredes descubiertas de las cuatro salas del museo revelan la construcción de la primera Facultad de Derecho con ladrillos combinados con piedra y argamasa.
En primer plano, la plaza San Martín; atrás, la Catedral de Córdoba.
Al lado, la visita al Museo de Ciencias permite entrever al menos un esbozo de la tradicional formación académica integral de los alumnos del Colegio Monserrat, basada en el conocimiento y los valores humanos.
Por la avenida Vélez Sarsfield, el edificio de la Academia Nacional de Ciencias -fundada en 1869 por el entonces presidente Domingo Sarmiento- y los museos Botánico, de Paleontología, de Mineralogía y de Zoología empiezan a perfilar el cruce de la ciudad histórica con el semblante decididamente moderno que ostenta Nueva Córdoba. El barrio dejó atrás sus aires aristocráticos para transformarse en un distrito gastronómico, de diseño y diversión, copado de día y de noche por estudiantes universitarios, turistas y vecinos apurados por la rutina del trabajo o aquietados por un momento dedicado al ocio.
Las cúpulas de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de los Padres Capuchinos asoman detrás del Paseo del Buen Pastor, en Nueva Córdoba, el barrio de moda de Córdoba capital.
Esa tertulia, que no admite interrupciones y es animada sobre todo por los jóvenes y los adolescentes, se intensifica en las siete cuadras de la diagonal Hipólito Yrigoyen, desde la rotonda del centro comercial Patio Olmos hasta la plaza España, elegante antesala del Parque Sarmiento.
Familias enteras, mascotas y gente de paso procura la mejor ubicación en el patio del Paseo del Buen Pastor, listos para disfrutar del espectáculo de las aguas danzantes. Falta un buen rato para que se inicie ese entretenimiento módico y gratuito, pero todos parecen estar equipados para que la espera no resulte tediosa: el ritmo de cuarteto estalla desde los celulares y mueve los cuerpos desde la cabeza hasta los pies, los más sosegados matizan el momento con mate y otros desembarcan desde el bar Betos alzando las voces mientras deleitan el paladar con el tradicional lomito cordobés, un portentoso sandwich de bife de lomo con queso, huevo, tomate, lechuga, mayonesa y jamón.
Un collar de bares, discos, restaurantes, teatros, salas de conciertos y de exposiciones revitalizó Nueva Córdoba y aportó un marco multicolor a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de los Padres Capuchinos, una obra de arte mayor con reminiscencias góticas y románicas diseñada por el arquitecto Augusto Ferrari en 1933. En las noches despejadas, las luces que iluminan la torre trunca y la cúpula en forma de aguja se entrecruzan con los haces descolgados del cielo estrellado. Abajo, desde cada rincón del barrio de moda, a toda hora encendido, Córdoba hace oír sus latidos más sonoros.
Parque Sarmiento, el más extenso pulmón verde de la ciudad de Córoba (foto de Marcelo Cáceres).
MiniguíaCómo llegar. Desde Buenos Aires hasta la ciudad de Córdoba son 705 kilómetros por ruta 9 (Panamericana ramal Campana); total de seis peajes, $ 255.
Aerolíneas tiene de 7 a 10 vuelos diarios directos de Buenos Aires a Córdoba capital (1 h. 30’); ida y vuelta con impuestos, desde $ 1.676. También llegan Latam y Flybondi. Desde Salta vuela Andes.
Bus semicama Chevallier, Sas. de Córdoba, Urquiza o Encon de Retiro a Córdoba capital (9 a 11 hs.), $ 800 a $ 1.050; cama, $ 1.100 a $ 1.200; suite, $ 1.450.
Tren desde Retiro (19 hs.), $ 500 Primera, $ 600 Pullman y $ 1.750 el camarote para dos pasajeros. Sale hacia Córdoba los lunes y los viernes a las 19.30 y regresa los jueves y los domingos a las 12.30.
Dónde alojarse. Hotel boutique Azur Real: un día y una noche por persona, base doble, $ 2.300; incluye desayuno, TV cable, masaje o tratamiento de belleza, wi-fi y caja de seguridad (www.azurrealhotel.com).
Hotel Windsor: habitación doble con desayuno, gimnasio, caja de seguridad, wi-fi, TV cable, piscina climatizada y sauna seco, $ 2.643; doble Superior, $ 3.140; triple, $ 3.592; triple Superior, $ 4.089 (www.windsortower.com).
Apart hotel On: habitación doble Medium con desayuno, wi-fi, TV cable, caja de seguridad, cocina, microondas y heladera, $ 2.100; departamento para 3 personas, $ 2.720 (con balcón); para 4, $ 2.210; cochera, $ 310 (www.onaparts.com).
Hostel Cordobés: $ 250 por persona en habitación compartida, con desayuno, wi-fi y TVcable; en habitación doble, $ 300 (www.hostelcordobes.com).
Cuánto cuesta. Visita guiada a la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús (martes a sábados a las 10.30, 12, 15 y 16.30), $ 150; jubilados, $ 100; chicos de hasta 12 años, $ 50. Dura una hora (0351- 156003084).
Dónde informarse. En Bs. As., Casa de la Pcia. de Córdoba: Callao 332, tel. 4371-1668, interno 316.
En Córdoba, (0351) 434-8260/4/1200.
webturismocba@gmail.com / casadecordoba@cba.gov.ar www.cordobaturismo.gov.ar / www.turismo.cordoba.gob.ar
