Cómo es Konya, la meca de los místicos derviches
Una vista del distrito central de la ciudad de Konya, en Turquia
Con sus altos sombreros en forma de cono, sus túnicas blancas y capas negras, los derviches que bailan en trance místico girando sobre sí mismos son un símbolo de Turquía. Una postal turística comparable al Estambul otomano, con las grandes mezquitas y el Palacio de Topkapi.
Para ir más allá de la postal habría que visitar Konya, la antigua ciudad turca ubicada en la región de Anatolia a 630 km al sur de Estambul, donde nació este símbolo hace siete siglos.
La ceremonia de los derviches, la Sema, es parte del patrimonio cultural de la humanidad desde 2008 por decisión de la Unesco. Se estima que dos millones de personas por año visitan Konya para ir al santuario y antiguo monasterio donde vivió el poeta y filósofo persa Mevlana Jelaleddin Rumi (1207-1273).
Fue allí donde él creó una orden religiosa inspirada en la mística islámica del Sufismo, que predica la tolerancia y el amor entre los seres humanos. Al ser miembros de la orden sufí Mevlevi, los monjes derviches viven la danza como una forma de meditación religiosa.
Una vista del Museo Mevlana, en Konya
El dato llamativo es que los visitantes de Konya no son sólo musulmanes llegados de todas partes, también vienen turistas europeos y estadounidenses. La BBC de Londres ya decía en 2014 que los textos de Mevlana Rumi, como su famoso poema épico “Masnavi”, eran un bestseller en Estados Unidos. Es que los cientos de poemas y canciones de Rumi fueron traducidos a más 20 idiomas.
En el interior del Museo Mevlana, una escena que reconstruye la reunión cotidiana de los derviches
Existe un calendario anual de festividades que atrae a muchos. Por caso, el Festival Mevlana, una semana de danzas derviches en el Centro Cultural Mevlana que culmina el 17 de diciembre, aniversario de la muerte de Rumi.La televisión turca y cadenas internacionales como CNN difunden el festival.
Derviches que bailan frente al santuario de Mevlana Rumi, en la ciudad de Konya, hoy sede del Museo Mevlana
Se dice que el santuario de Rumi, conocido desde el año 1954 como el Mevlana Müsezi (“Museo Mevlana”) es el sitio turístico más visitado del país luego del Palacio Topkapi, en Estambul.
Pasado y presenteAcaso lo más fascinante en Konya sea su equilibrio entre el pasado milenario y el presente. Esta ciudad de dos millones de habitantes, donde florecen industrias modernas y universidades, tiene fama de ser una de las más conservadoras de Turquía.
La mezquita Selimiye con sus minaretes y cúpulas, es del año 1558. Más lejos, la cúpula verde del Museo Mevlana,
En sus calles conviven la arquitectura contemporánea con las mezquitas y santuarios antiquísimos, los mercados populares y museos dedicados al arte de las alfombras, la caligrafía y los azulejos pintados a mano.
Por estas llanuras de Anatolia donde hoy corre el tren de alta velocidad que une Estambul y Konya, pasaba antes la Ruta de la Seda y aún se ven los caravanserai, esas posadas donde paraban las caravanas de mercaderes y peregrinos. El místico Rumi era muy joven cuando llegó a Konya desde lo que hoy es Afganistán, para establecerse luego de estudiar en Bagdad, Damasco, La Meca y Aleppo.
En esa época, Konya tenía ya más de cinco mil años de historia. Se cree que fue fundada por el imperio hitita, luego sucedido por los frigios, persas y capadocios. Después llegarían los reyes de Pergamon y los romanos del emperador Claudio, que la llamaron Iconium. Aquí predicaron los apóstoles cristianos San Pablo y San Bernabé. Konya integró el imperio bizantino hasta que en el año 1071 la conquistaron los selyúcidas, una tribu turcomana llegada de Asia Central que la hizo capital del poderoso sultanato de Rum, durante tres siglos.
Una vista del interior del Museo Mevlana, en Konya, donde está la tumba del pensador sufí Mevlana Rumi
Los selyúcidas eran tolerantes con las distintas vertientes del Islam y dejaron una herencia cultural visible en mezquitas y palacios de Konya, que hoy son museos. En Turquía se alienta a los curiosos que quieren visitar las mezquitas, más allá de las creencias religiosas de cada viajero.
Por caso, la mezquita Sahip Ata reconstruida en 1871 durante el imperio otomano con el estilo selyúcida del siglo XIII, asombra con su espléndido minarete y los tonos azules del interior. En lo que fue una escuela islámica creada en 1251 por el emir selyúcida Celaledin Karatay, funciona hoy el Museo del Azulejo, deslumbrante por su cúpula decorada y la colección de azulejos rescatados de palacios medievales de Anatolia.
Una panorámica de los barrios modernos en Konya, con la Avenida Nalcaci en primer plano
Junto a los jardines Alaaddin Tepesi, populares por sus tulipanes y las casas de té cercanas, está la mezquita construida por el gobernante selyúcida Alaaddin Kaykubad en el año 1221 que incluye decoración romana y bizantina. La amplia avenida que pasa por aquí llevará al viajero hacia la mezquita Selimiye con sus cúpulas y minaretes diseñados en 1558 por Mimar Sinan, el famoso arquitecto del período otomano más clásico. A pocos metros está el Museo Mevlana con su cúpula verde.
El Museo MevlanaLas colecciones y las estructuras reunidas desde el siglo XIII al XX en el Museo Mevlana reflejan el arte refinado de la tradición sufí. No faltan mármoles, maderas talladas y espléndidos ejemplos del arte del azulejo, alfombras, cristales, platería y caligrafía islámica con históricos ejemplares del Corán y obras de Rumi.
Una escena del Festival Mevlana de danzas derviches, en el Centro Cultural Mevlana ubicado en Konya, Turquía
Lo más significativo para los fieles sufíes es que el museo y antiguo santuario aloja la dergah (convento derviche) donde vivió y predicó Rumi. Como explica el estudioso Naci Bakirci en su guía del Museo Mevlana, en el sufismo se cree que visitar una tumba dará paz al visitante. Por eso aquí está la tumba de Rumi, de sus familiares, discípulos y músicos derviches. Los sarcófagos de mármol de Rumi y su hijo Sultan Walad están envueltos en un tejido bordado con hilos de oro y plata, allí se leen frases del Corán entre rosas y tulipanes. Es una donación de 1895 del sultán Abdul Hamid II, un creyente sufí.
Otro momento del Festival Mevlana, que se hace anualmente en el mes de diciembre en Konya, Turquía
En el itinerario del museo se pueden ver las austeras celdas de los derviches, sus instrumentos musicales y la biblioteca con valiosos manuscritos. Del año 1571 es el espacio para el baile, la Semahane, con sitios para los músicos, recitadores del Corán y secciones para el público de hombres y mujeres. Una mezquita, fuentes y tumbas en el exterior completan el mausoleo. Se conservan otros tres accesos, pero la entrada principal es por el Jardín de las Rosas. En la puerta otomana de plata se lee una frase, “aquellos que entran aquí incompletos saldrán perfeccionados”.
Otra vista del casco histórico de Konya, con sus jardines
Los curiosos se enterarán de que para ser un derviche hay que superar varias pruebas, entre ellas un entrenamiento de 1001 días. En cuanto a la Sema, la danza codificada en el siglo XV por discípulos de Rumi, tiene seis partes y una compleja simbología. El vestuario derviche también es simbólico. Por caso, la capa negra es “la tumba del ego” mientras las faldas blancas son “la mortaja del cuerpo”.
La orden Mevlevi fue apoyada por los más importantes sultanes otomanos. Es una tradición aristocrática que tuvo continuidad durante siglos. Farah Diba, la esposa de Reza Pahlevi (el último Sha de Irán) donó los dos candelabros de 16 brazos que se ven sobre el sarcófago de Rumi.
MINIGUíACómo llegar. Turkish Airlines vuela desde Buenos Aires hasta Konya con escalas en San Pablo y Estambul por US$ 1.678 con impuestos incluidos. También desde Estambul a Konya (630 km) hay servicios de trenes de alta velocidad y ómnibus
Dónde alojarse. La noche en hab. doble en Hotel Ibis Konya, US$40. Hotel Ramada Plaza, US$ 84. Novotel Konya, US$ 60.
Dónde informarse: www.konya.com.tr/en/ www.turkeytourism.com.my/konya