Alertan por el vínculo entre alcohol y cáncer después de los 50
Los riesgos asociados con el alcohol comienzan siendo pequeños con una bebida al día y aumentan rápidamente a medida que se eleva la ingesta.
No hay un nivel seguro de consumo de alcohol, concluyó un amplio estudio publicado hace pocas semanas en la revista británica The Lancet, que alerta sobre que beber aunque sea sólo un vaso de vino o una cerveza al día, supone un riesgo para la salud. A través de un comunicado, la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) pone el foco en uno de los hallazgos del estudio: en los mayores de 50, el cáncer representa la principal causa de muertes asociadas al alcohol.
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“La evidencia firme que establece al alcohol como uno de los grandes hacedores de cáncer como el tabaco, nos invita a que, desde los diferentes niveles de gobierno, la comunidad científica, las empresas y la sociedad civil iniciemos una tarea conjunta de educación para la prevención primaria”, afirma Matías Chacón, presidente de la AAOC, entidad que inició ayer en Tucumán el segundo Congreso de Prevención de Cáncer y Genómica.
No hay nivel mínimo seguro para el consumo de alcohol.
“El abordaje de la nueva sociedad del alcohol debe alertar a toda la comunidad, los entes gubernamentales, sociales, públicos y privados cuyo objetivo es generar bienestar”, expresó Chacón.
De acuerdo a la investigación, durante 2016 el alcohol se vinculó a 2,8 millones de muertes en el mundo y se ubicó séptimo factor de riesgo de muerte prematura y de invalidez en el mundo. La investigación reunió datos de 195 países, incluido Argentina, que está entre los cinco con mayor porcentaje de bebedores detrás de Dinamarca, Noruega y Alemania. Casi el 95% de los hombres y 9 de cada 10 mujeres mayores de 15 años afirmaron haber consumido alcohol.
De acuerdo a datos aportados por el SEDRONAR (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina), hubo un aumento significativo del consumo entre 2010 y 2017 del 22,5% en varones y un 9% en mujeres. En Argentina, el último año surgieron 2,3 millones nuevos consumidores de alcohol, de los cuales 320 mil son preadolescentes y adolescentes.
Consumo de alcohol y tabaquismo, dos factores de riesgo para el cáncer y otras enfermedades.
El estudio señala que los riesgos para la salud asociados con el alcohol comienzan siendo pequeños con una bebida al día y luego aumentan rápidamente a medida que se eleva la ingesta. Esta curva exponencial de consumo de alcohol y riesgo de cáncer ya fue reportada en el World Cancer Report 2014, apuntan desde la AAOC.
Beber un vaso al día durante un año aumenta en un 0,5%, entre las personas de entre 15 a 95 años el riesgo de padecer uno de los 23 problemas relacionados con el alcohol: cáncer, enfermedades cardiovasculares, ACV (accidente cerebrovascular), cirrosis, accidentes, violencia, consideran los autores. Mientras que el consumo de cinco bebidas alcohólicas al día eleva el riesgo un 37%. Los efectos protectores de un consumo moderado sólo se vieron en enfermedad cardíaca isquémica en las mujeres, pero se ven relativizados al analizar el riesgo global.
Argentina está entre los cinco países con más bebedores.
Al estimar la curva de riesgo relativo, los investigadores hallaron que sólo la abstención, es decir, no consumir nada del alcohol minimizaba el riesgo general de pérdidas de salud.
La principal causa de muerte relacionada con el alcohol entre las personas de 50 años o más fue el cáncer, que causó el 27% de las muertes en las mujeres y el 18,9% de las muertes en los hombres, particularmente notable en los países de altos ingresos, mientras que la tuberculosis fue la principal causa de muerte en los países de bajos ingresos en esa franja etaria.
Un trabajo publicado en 2016 vinculó el consumo de alcohol con siete tipo de cáncer: boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon, intestino y mama. "Hay gran evidencia de que el alcohol produce cáncer en siete lugares, y probablemente en otros", manifestaron sus autores.
El alcohol se vinculó en 2016 a tres millones de muertes en el mundo.
“La salud pública y la conciencia popular deben centrarse en reducir el consumo de alcohol al nivel más bajo y revisar científicamente la 'opinión generalizada sobre los beneficios del alcohol'”, como menciona Emmanuela Gakidou, co-investigadora del estudio presentado en el Lancet, afirma Chacón.
“El consumo social y el adictivo perjudican la salud. El Estado como benefactor de la salud para toda la población debe estimular el desarrollo de políticas públicas con el objetivo de prevenir la ingesta de alcohol”, alentó.