Aguas termales que irrumpen en el paisaje rural
De tan espeso, el bosque que florece a la par del río Arapey desdibuja la panorámica de cuchillas -de suelo rocoso y una gama de verdes más bien pálidos-, recortada por la solitaria traza de la ruta 3 en su trayecto rumbo al noroeste de Uruguay. El espinoso ovillo de pitangas, moras, ceibos, sauces y espinillos anudados en este paraje, a 80 km de Salto, sugiere una escala para descansar la vista y añade un inestimable motivo de regocijo para los sentidos a todo aquel que desacelera en el mojón del kilómetro 550 y se desvía 19 km de la ruta principal: tierra adentro y unas cuantas tranqueras hacia el este por el castigado camino Raúl Gaudín, el Parque Termal Arapey replica sin fisuras la atmósfera relajada que sobrevuela los pueblos del interior oriental. Un pequeño paraíso familiar donde priman la sencillez y los modos amables.
Termas de Arapey, en Uruguay.
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Las seis piscinas del complejo municipal irrumpen en el horizonte ondulado como una invitación tácita a meter los pies para tantear el primer impacto del agua caliente y después, sin ninguna prisa, dejar al cuerpo sumergirse en ese torrente de yodo, hierro, calcio, magnesio y flúor capaz de cambiar el semblante más adusto, incluso en una jornada marcada por nubes grises y cielo amenazante.
Parque Termal Arapey, en Uruguay.
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El rato de placer que dispensan las virtudes del acuífero Guaraní a los visitantes complica los planes de Ezequiel Alegre, resignado a apelar a sus mañas de hábil negociador para convencerlos de interrumpir por una hora la rutina del baño termal combinada con largos momentos de silencioso ocio sobre las reposeras. Es la hora de salida del safari en jeep por el entorno natural y el mínimo casco urbano del Parque Termal y el guía hace lo imposible por apurar el paso de los inscriptos para la excursión.
Termas de Arapey, en Uruguay.
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Un rato después, el oficio del anfitrión -un arapeyano conocedor de la historia local al detalle- logra lo que parecía imposible: los turistas escuchan su relato sin distraerse y preguntan, una y otra vez, ávidos por saber más sobre este lugar. “El atractivo turístico surgió de casualidad en la década del 30, cuando el Gobierno uruguayo hizo una perforación en busca de petróleo en esta zona. El 5 de enero de 1941, a las 5 en punto de la mañana, salió un chorro de agua caliente y oscura, que resultó agua termal, a más de 42 grados de temperatura”, explica Alegre ese hecho fortuito, que más tarde resultaría un cimiento fundamental para el desarrollo turístico de Uruguay.
Excursión en jeep en Arapey, Uruguay.
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El motor ruge sobre una huella de la selva en galería borroneada por un lodazal, el vehículo se sacude y de la maleza que envuelve un mburucuyá salen disparadas una perdiz, un par de liebres y un zorro algo desorientado. La camioneta sortea el escollo y vuelve a bambolearse -junto a los ocho pasajeros sentados en la caja descapotada- bajo un puente de hierro construido en 1890, el último vestigio del ferrocarril que llegaba desde Montevideo y dejó de correr en 1986.
Antiguo puente ferroviario sobre la vegetación, en la orilla del río Arapey, en Uruguay.
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Un claro descorre el velo de este bosque -húmedo y tupido de punta a punta- y asoman las parcelas simétricas del camping municipal. El paisaje virgen cede paso a la urbanización, aunque el contraste es mínimo. Un vistoso collar de árboles, enredaderas y flores decora las calles y se alarga hasta el borde mismo de las piscinas, las barrancas del río zigzagueante -apenas removido por las embarcaciones de los pescadores que navegan en procura de dorados y tarariras- y los jardines de los hoteles, bungalows y cabañas.
Termas de Arapey, en el departamento Salto, al noroeste de Uruguay (foto de David Fernández).
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“Allí se ve la primera piscina, que había sido habilitada precariamente en medio del campo en 1946, cuando el departamento Salto sólo era conocido por su actividad agrícola y ganadera”, señala Alegre. Los hitos del pasado que rescata el guía parecen registrar su punto más lejano en 1860, una época signada por los robos de ganado a los que las autoridades intentaron poner fin con la instalación de un regimiento de Caballería. Serían los militares los encargados de patrullar la frontera con Brasil y resolver el problema del abigeato a gran escala que sufrían los terratenientes.
Termas de Arapey, en Uruguay.
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Pobladores originarios Pero la memoria de Alegre va aún más atrás y rescata otro dato insoslayable para la identidad del pueblo salteño: “Mucho antes de que esto se transformara en un atractivo termal, en estas tierras vivían los guenoas, descendientes de los originarios charrúas, liderados por Arapé”. El espíritu del venerado cacique -sostienen con orgullo los arapeyanos- acaricia como una bendición a los huéspedes, a través de las aguas cálidas y cada soplo de aire puro que el bosque nativo suelta como suave bocanada.
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Placeres varios en un hotel de alta gama
Las termas de Arapey ostentan su máximo nivel de confort y servicios en las 136 habitaciones y veinte suites de Altos del Arapey Club de Golf y Hotel Termal. Si bien el principal atractivo reside en los placeres que deparan las aguas relajantes de las seis piscinas al aire libre y las dos piletas cubiertas de este moderno establecimiento inaugurado en septiembre de 2013, los huéspedes también disfrutan de la variada gastronomía internacional ofrecida bajo el sistema “all inclusive”, el campo de golf de 18 hoyos diseñado en un predio de 60 hectáreas en medio de lagos y canales, un spa dotado de sauna, duchas, jacuzzi y seis cabinas para masajes, tratamientos de salud y cosmetológicos y las múltiples actividades recreativas que conduce un equipo de animadores. A partir de una perforación propia de 950 metros, el agua termal surge a 40 grados de temperatura.
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A media tarde, mientras uno da rienda al ocio sumergido en el agua con la grata compañía de un licuado servido en la barra de tragos de una de las piscinas, cerca de las reposeras un grupo de turistas imita los pasos de un instructor de la clase de zumba, bachata o aquagym. Es una de las propuestas participativas más convocantes, a la que muchos adultos suelen concurrir después de dejar a sus hijos en buenas manos en la sala Playroom Infantil.
Hotel termal Altos del Arapey, en Uruguay.
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Alrededor, en el reparador horizonte verde que enmarca el hotel, se observan a toda hora los parsimoniosos movimientos de los visitantes que se inclinan por las caminatas, los paseos en bicicleta, las cabalgatas, la excursión en jeep hasta el Parque Termal Arapey y la navegación guiada en kayak por el lago del hotel. A pasos de la capilla en construcción de Altos del Arapey se brindan clases de golf para principiantes. Los amantes de los deportes también disponen de una cancha de fútbol, un sector para jugar al fútgolf y se organizan salidas de pesca en los ríos Arapey y Uruguay.
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También tienen bastante para entretenerse los que prefieren disfrutar de la inalterable tranquilidad que reina bajo techo: ping pong, gimnasio, cines para grandes y chicos, pool, show y juegos después de la cena.
Hotel termal Altos del Arapey, en Uruguay.
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Miniguía
Cómo llegar. Desde Buenos Aires hasta Termas de Arapey son 560 kilómetros por ruta 9 (Panamericana ramal Campana), Zárate-Brazo Largo, ruta 12 hasta Ceibas y ruta 14 hasta Concordia; cruzar el puente internacional de la represa Salto Grande y, en Uruguay, girar a la izquierda por la ruta 3; recorrer unos 70 kilómetros y, en el kilómetro 550, girar hacia la derecha por el acceso a Arapey. Hay que tener mucha precaución en este último tramo de 19 km de tierra, ripio y lleno de pozos: el camino está muy deteriorado; cuatro peajes, $ 320; en hora pico, $ 335.
Micro coche cama Flechabús desde Retiro hasta Arapey (9 hs.), $ 1.500 ida.
Barco Buquebús de Buenos Aires a Colonia (1 h. 15’), $ 1.590 a $ 2.134 ida -según el horario de salida- en Económica y $ 2.991 en Business; Seat Colonia, $ 1.944 a $ 2.106 en Económica y $ 3.100 en Plus. De ahí a Salto, bus Chadre. Micro Hernández de Salto a Arapey (1 h.), 240 pesos uruguayos; Argentour, 230 pesos u.
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Dónde alojarse. Altos del Arapey Club de Golf y Hotel Termal (5 estrellas): 4 noches de lunes a jueves, US$ 152 por persona, base doble, con rpegimen “todo incluido”, play room, gimnasio, TV cable, wi-fi, canchas de golf y de fútbol, 8 piscinas termales, bicicleta, actividades recreativas, excursión en jeep hasta el Parque Termal, microcine y shows; 7 noches, US$ 158 por persona, base doble; de 3 a 12 años en habitación de los padres, US$ 45; en otra habitación pagan como los adultos; masaje relax corporal, US$ 45; masaje Express, US$ 20; fangoterapia, US$ 45; chocoterapia, US$ 45; drenaje linfático, US$ 45; olivoterapia, US$ 55; limpieza facial, US$ 50; máscara facial, US$ 30 (00-598- 4768-2200 / reservas@termasdelarapey.com / www.altosdelarapey.com).
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Cuánto cuesta. Acceso al complejo municipal Termas de Arapey, 150 pesos uruguayos (unos US$ 5); jubilados, 80 pesos uruguayos; los adultos que se alojan en hoteles de Arapey pagan 80 pesos uruguayos; a los niños se les cobra 60 pesos uruguayos.
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Moneda. Un peso uruguayo equivale a 1,25 peso argentino; a su vez, un dólar se cotiza a 33 pesos uruguayos.
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Dónde informarse. (00-598) 473-34096/25194.
turismo@salto.gub.uy / www.termasarapey.com www.termasarapey.com.uy / www.arapeytermal.com.ar www.termasdeluruguay.com.uy / www.termasuruguay.com www.turismo.salto.gub.uy / www.mintur.gub.uy
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