11 paisajes secretos de la Argentina para descubrir
Las Cataratas del Iguazú, el glaciar Perito Moreno, la Quebrada de Humahuaca, Puerto Madryn, Ushuaia, Bariloche y los lagos del Sur... Argentina tiene decenas de paisajes de fama internacional, que reciben a miles de visitantes cada año.
Pero también muchos otros paisajes, que no son tan populares o casi desconocidos para la gran mayoría, y que vale la pena descubrir. Aquí, solo 11 entre innumerables posibilidades; desde volcanes de altura a cuevas y cerros de fantásticos colores, mesetas en medio de la inmensidad o cascadas ocultas por la frondosa selva. Para agendar y salir a recorrer.
Las extraordinarias formaciones y colores de Acsibi, cerca de Seclantás.
Cuevas de Acsibi, SaltaLa gran mayoría de los visitantes que recorren la legendaria ruta 40 en su tramo por los Valles Calchaquíes sigue de largo. Muchos ni siquiera conocen su existencia. Lo cierto es que estas formaciones naturales son muy poco visitadas, pese a estar cerca de Seclantás, la “cuna del poncho” salteño. Es que para llegar no hay un camino, sino que se circula por el lecho de un río hasta un cierto punto, y luego se camina. El lugar es también llamado Valle de Las Cuevas, aunque su nombre en lengua cacán -de los pobladores originarios, de raíz diaguita calchaquí- significa “lugar donde está la luz o donde está el fuego”, porque es un sitio que suele concentrar numerosos rayos durante las tormentas eléctricas, que, para su tranquilidad, no son tan frecuentes.
El paisaje es increíble: para llegar a las cavernas con estalactitas que asemejan enormes velas derretidas hay que atravesar primero un desfiladero de sorprendentes formaciones rocosas de arenisca rojiza y tonos muy intensos. Durante todo el trayecto es espectacular el juego de colores, luces y sombras, ya que distintos huecos y entradas permiten el ingreso de los rayos del sol a determinadas horas, que rebota en las paredes rojas, ocres y amarillas. La zona era habitada por los pulares, parte de la gran nación calchaquí, y se cree que estas cuevas eran usadas como lugares de rituales, porque en ellas se encontraron numerosos fragmentos de cerámicas.
La excursión para llegar a las cuevas atraviesa coloridos desfiladeros (Fido Abán).
En verdad los encontró Fido Abán, de la finca Montenieva, en cuyos terrenos están las cuevas. Fido, que nació en el lugar, donde su familia vive desde hace muchos años, hace de guía en excursiones que se extienden por unas 8 horas. Parten de la finca Montenieva, 3 km al sur de Seclantás, a las 9 am. Luego de andar 20 km en 4x4, al llegar a un profundo cañadón multicolor, hay que subir por escaleras colgantes, con asistencia de los guías, para atravesar otro cañón de distintos tonos rojizos hasta la formación de Acsibi, donde están las cuevas. Son 10,5 km de caminata de bajo nivel de dificultad. La excursión cuesta $ 2.100 por persona, e incluye traslado en 4x4, almuerzo y guía. También se puede pasar la noche en la casa de campo de la finca, por $ 1.400 la habitación doble con desayuno. En la hostería El Capricho (una enorme casona colonial de 1720), $ 1.600 (www.finca montenieva.com.ar/es/).
Dónde informarse
www.turismosalta.gov.ar
Volcanes a la vista en la Ruta de los Seismiles, rumbo al paso San Francisco .
Seismiles y Norte Grande de Belén, CatamarcaTerritorio de gigantes, la Ruta de Los Seismiles recorre casi 200 km por la ruta 60, desde Fiambalá (conocida como “la puerta de los Seismiles”) hasta el paso San Francisco, en el límite con Chile. Está perfectamente asfaltada, así que no es un problema andarla con tranquilidad, para disfrutar del paisaje de la Puna catamarqueña decorada con la impresionante presencia de 19 volcanes de más de 6 mil metros de altura: el Incahuasi (6.640 m), el Pissis (6.882 m) y el Ojo del Salado, que con sus 6.864 metros, es el volcán activo más alto del mundo, están entre ellos, junto al Walter Penck, El Cóndor y el Aguas Calientes, entre otros. El hotel más cercano a los volcanes es el complejo Cortaderas, casi frente al Pissis. Pero la mayor oferta de alojamiento está en Fiambalá, donde hay termas, así que es una buena opción de relax luego de la aventura.
Los "jasis", en el norte de Belén, forman un "pequeño Valle de la Luna" (Chaku Aventuras)
Otra alternativa más que interesante enCatamarca es visitar el circuito “Norte Grande” desde Belén, que recorre parte de la ruta nacional 40 para luego tomar distintos caminos provinciales y recorrer singulares paisajes marcados por los “jasis”, formaciones de arenisca moldeadas por el agua y el viento que regalan un “pequeño valle de la Luna”. Luego se visita el pueblo de Corral Quemado y más tarde, de regreso en la 40, Hualfín, tierra del bravo Cacique Chelemin y sus hualfines (pueblo originario diaguita). Esos vestigios se plasman en el Pucará Pozo Verde, que conjunga su gran belleza paisajística con construcciones arqueológicas. Y el cautivante marco del pueblo, con sus alrededores cubiertos de viñedos y campos de pimientos. La excursión desde Belén es de día entero y cuesta desde $ 990 por persona en base de cuatro pasajeros, más el almuerzo (www.chakuaventuras.com.ar).
Dónde informarse
www.turismo.catamarca.gob.ar
La intensidad de los colores de Hornocal cambia según la hora del día, la luz y las lluvias.
Serranías del Hornocal, JujuyDicen que hay quienes han llegado a contar hasta 33 colores, aunque se lo conoce por un nombre algo más modesto: “El cerro de los 14 colores”, y está cerca del pueblo de Humahuaca, en un cañadón contiguo a la Quebrada de Humahuaca. Es que sus tonos verdes, anaranjados, ocres o amarillos nunca son los mismos;van cambiando según la hora del día o la incidencia del sol y de las lluvias.
Las Serranías de Hornocal conforman uno de los paisajes más espectaculares de la Argentina, que muy pocos de los que recorren la famosa Quebrada se acercan a conocer. Forman parte de la formación Yacoraite, que viene regalando colores desde Perú, pasa por el altiplano boliviano y llega hasta Jujuy. Este corte en las sierras se destaca por su formación calcárea de numerosos minerales que, al ser erosionados por el viento y la lluvia, dejaron a la vista sus colores, dispuestos como con la mano en formaciones triangulares que zigzaguean a lo largo del cordón montañoso, cuya cima supera los 4.700 metros sobre el nivel del mar.
Conocido como "el cerro de los 14 colores", Hornocal está a 20 km de Humahuaca.
Se puede llegar fácil con el auto propio: por la ruta 9 hasta Humahuaca, y de allí 20 km por ruta provincial 73 -de ripio y en buen estado-, que supera los 4.200 metros sobre el nivel del mar y termina en un mirador, justo enfrente de esta espectacular paleta de pinturas naturales.
La excursión desde Humahuaca dura 3 horas y siempre se hace por la tarde) cuesta $ 840 por persona para dos pasajeros; y $ 700 por persona para cuatro (serandino.tur.ar).
Dónde informarse
www.turismo.jujuy.gov.ar
Las formaciones de Los Bolillos, cerca de Varvarco, en Neuquén.
Cordillera del Viento, NeuquénBien al noroeste de la provincia, a 542 km de Neuquén capital y a 136 de Chos Malal, que suele ser la base para recorrer este corredor noroeste, la Cordillera del Viento o “el Norte del Sur”, como suelen llamarlo, es un regalo para los ojos.
Huinganco, Andacollo, Las Ovejas y Varvarco son algunas de las poblaciones de este recorrido, en una zona que conserva la antigua tradición de la trashumancia. A 15 km de Varvarco, Los Bolillos es conocido como “el santuario de los tótems patagónicos”: un sitio en el que se acumularon fragmentos de erupciones volcánicas de hace millones de años, y con tiempo, paciencia y la erosión del agua y el viento, la naturaleza se encargó de esculpir macizos de arenisca hasta convertirlos en figuras sorprendentes, con enormes rocas con forma de agujas, conos y domos de distintos tonos, del rojo al ocre y el negro. Una de las formaciones es “Los Monjes”, y se la puede distinguir porque asemeja una procesión de religiosos. Desde una pequeña colina, la vista de esta procesión con el valle en perspectiva hará que haya valido la pena el viaje.
Imagen del camino a Aguas Calientes, cerca del volcán Domuyo (www.vallesyvolcanes.tur.ar)
El sector ocupa aproximadamente mil metros de largo por casi 500 de ancho, y se encuentra dentro de las 92.000 hectáreas del Área Natural Protegida Domuyo, porque está muy cerca del volcán que lleva ese nombre, que, con más de 4.700 metros, es la cima más alta de la Patagonia. Además de postales imperdibles, regala en sus laderas géiseres, fumarolas y pequeñas vertientes y arroyos de aguas termales como Los Tachos, Las Holletas y Aguas Calientes, donde se pueden tomar baños termales en sitios agrestes. Una maravilla. Tanto como el cercano parque arqueológico Colo Michi Có, considerado el sitio con mayor concentración de arte rupestre de la Patagonia, con petroglifos de 1.500 años de antigüedad; la sorprendente cascada La Fragua, en Manzano Amargo, y las lagunas Varvarco Campos y Varvarco Tapia, en el cercano paraje Los Cerrillos. Además de Chos Malal, dos opciones para hospedarse son Varvarco y Manzano Amargo. En hosterías Varvarco o Las Ovejas, habitación doble con desayuno desde $ 1.400; en Manzano Amargo también hay cabañas. La excursión desde Chos Malal al área protegida Domuyo cuesta $ 2.250, con 2 pasajeros como mínimo (www.vallesyvolcanes.tur.ar).
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www.neuquentur.gob.ar
En los paredones de la margen sur de la ría habitan cinco tipos de cormoranes (Darwin Expeditions).
Ría de Puerto Deseado, Santa Cruz“No creo haber visto en mi vida lugar más aislado del resto del mundo que esta grieta rocosa en medio de tan extensa llanura”, escribió hace 185 años un tal Charles Darwin mientras recorría este remoto rincón del sur de la Patagonia. El explorador estaba entonces deslumbrado por un sitio único en la zona y en toda Sudamérica, que se mantiene casi intacto desde aquel entonces.
Las toninas acompañan a las embarcaciones (Darwin Expeditions).
Geológica y faunísticamente única, por lo que fue nombrada Reserva Natural Intangible, la ría de Deseado es invadida por las aguas del mar cuando sube la marea, y la influencia del agua salada llega hasta casi 40 km tierra adentro. Es uno de los sitios con mayor biodiversidad de fauna marina del país. En las altas paredes del cañadón de la margen sur está la “Barranca de los Cormoranes”, donde habitan cinco tipos de esta especie -como los grises de patas rojas y los roqueros- y en todo el recorrido hay distintas pingüineras que entre octubre y abril reciben a miles de pingüinos de magallanes.
También se ven gaviotas australes, lobos marinos de un pelo, tres especies de ostreros y, cerca de la desembocadura, las amistosas toninas overas, que nadan junto a las embarcaciones. Y en unos 30 minutos de navegación mar adentro se llega a la Isla Pingüino, declarada Parque Marino por ser uno de los sitios de mayor biodiversidad marina de la Patagonia. Además de un histórico faro y los restos de una antigua factoría lobera, se visita la única colonia de pingüinos de Penacho Amarillo accesible de toda la costa patagónica.
Pingüinos penacho amarillo en Isla Pingüino (Darwin Expeditiions)
Otra excursión imperdible es por tierra hasta los Miradores de Darwin, que permiten disfrutar de la fauna típica de la estepa patagónica -ñandúes, guanacos, zorros-, una cueva con pinturas rupestres y los puntos panorámicos, con una increíble vista panorámica del cañón de la ría.
La excursión por la ría (2h 30’) cuesta $ 1.300 por persona; a Isla Pingüino, $ 2.500, con almuerzo y refrigerio (www.darwin-expeditions.com).
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turismo.deseado.gob.ar
La cascada Cifuentes, cerca del cruce de las rutas 3 y 72, en el sur de la provincia de Buenos Aires .
Cascadas del Quequén Salado, provincia de Buenos Aires¿Cascadas en la llanura pampeana?, puede que se pregunte, sorprendido. Y sí, no es un error. En el sur de la provincia de Buenos Aires, entre Tres Arroyos y Copetonas, cerca del balneario Reta, hay dos cascadas capaces de sorprender a más de uno. Puede que no sean un viaje en sí mismo, pero si enfila para los balnearios del sur -Reta, Oriente, Claromecó, Orense- vale la pena el desvío. Una es la Cascada Cifuentes, muy cerquita del puente de la ruta 3 que atraviesa el río Quequén Salado. De allí sale un camino de tierra que, en menos de 3 km, lo lleva al pie miusmo de la cascada. La otra opción es doblar por la ruta 72, detenerse a la vera del camino y hacer un par de km a pie para verlas desde el otro lado, aunque desde más lejos. La caída tiene entre 5 y 7 metros de altura y es muy ancha, por lo que, si el río viene con buen caudal, es bastante impresionante.
Un salto de casi 7 metros del Quequén Salado. Muy cerca, río abajo, está la otra cascada.
La otra cascada es la de Cueva del Tigre, llamada así porque en una cueva justo allí se escondió por un tiempo el cuatrero Felipe Pacheco, apodado “el Tigre del Quequén” y mencionado por León Gieco en su tema “Bandidos Rurales”, cuando era perseguido por la justicia. Está en un desvío en el camino entre Copetonas y Reta y es más pequeña que Cifuentes, pero también muy bonita. Y ya qu anda por la zona, puede completar el tour dándose una vuelta por el Puente Viejo, un puente carretero bajo cosntruido en 1912 desde el que se ven los restos de un antiguo puente ferroviario, y también por La Usina, un complejo hidroeléctrico construido en 1924 que aprovechaba una caida de agua y abastecía a una fábrica de cemento y por un tiempo también a poblaciones cercanas. Ah, y si es octubre, no se pierda la Fiesta del Mate y la Torta Frita en Copetonas.
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www.tresarroyos.gov.ar
Ongamira está sobre la ruta provincial 17, a 26 km de Capilla del Monte.
Cuevas de Ongamira, CórdobaUnos 120 km al norte de la capital cordobesa y a 26 km de Capilla del monte, estas cuevas permiten apreciar parte del legado cultural de los comechingones, pobladores originarios, en un lugar en el que resistieron fuerte a los españoles. Un sorprendente valle formado en el período cretácico (entre 120 y 130 millones de años atrás), protegido por los cerros Pajarillo, Áspero y Charalqueta o Colchiqui. El lugar, conformado por tres grutas en inmensos paredones de piedra rojiza en los que anidan distintas aves, sorprende por sus formas intrincadas. Se ven pinturas rupestres y, en la última de las grutas, también morteros indígenas.
Se puede también ascender al peñón de Charalqueta para obtener una gran vista del Valle de Punilla, que en esta zona ofrece antiguas canteras de cuarzo, hierbas medicinales, quebrachos colorados y cascadas escondidas. En Ongamira también se puede visitar la casa-museo de Deodoro Roca, y 24 km al norte (en Loza Corral, a 8 km de Ischilín), la casa en la que vivió el pinto Fernando Fader, donde se exhiben efectos personales, muebles, fotos, libros, documentos, cartas, pinceles y paletas que le pertenecieron.
En las grutas se ven pinturas rupestres y morteros que utilizaban los pobladores originarios, los comechingones.
A las cuevas se llega por ruta 9 hasta Sarmiento y allí a la izquierda por ruta 17 (de ripio). Desde el valle de Punilla, seguir por la ruta 38 hasta el cruce con la 17 a la altura de Charbonier, y allí doblar a la derecha.El ingreso a las cuevas cuesta $ 80 por persona; la excursión desde Capilla del Monte (6 hs), $ 420 por persona, incuyendo guía y entrada al museo Roca (www.turismotrescerritos.com).
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www.cordobaturismo.gov.ar
En la Meseta de Somuncurá hay un área natural protegida de 16.000 km2.
Meseta de Somuncurá, Río NegroUna formación única sobre la inmensa meseta patagónica, de una belleza difícil de describir. Su gran riqueza geológica, arqueológica y natural hizo que se creara un área natural protegida de 16.000 km2 que preserva especies de flora y fauna autóctonas, manantiales, cráteres, cerros, cuevas, pinturas rupestres y un importante patrimonio paleontológico.
Se puede acceder desde distintos puntos de los larededores, en cualquier época del año -preferentemente entre octubre y abril-, y la recomendación es ir siempre con guías: desde Valcheta, desde Ministro Ramos Mexia, desde Los Menucos, desde Maquinchao y a través de la localidad de El Caín, donde se ingresa con la compañía de guardas ambientales.
Imagen de la meseta en la zona de El Caín (Yamila Chameli, Turismo Ente Región Sur).
Las excursiones pueden ser por el día o durar varios días, con alojamiento rural o en carpas dentro de la reserva. En el área de Valcheta es imperdible el “Pozo del Viento”, que expulsa y absorbe aire. También se ve la naciente del arroyo Valcheta, de agua cálida y con una especie endémica: la mojarra desnuda. Del lado de Sierra Grande, vale la pena recorrer parte de Sierra Pailemán, donde se pueden apreciar cóndores sueltos a partir del Proyecto Cóndor. Partiendo desde Ramos Mexia se aprecia más el valor arqueológico, ya que se ven pinturas rupestres y chenques.
La excursión de Tunquelen desde Ramos Mexia (Facebook: tunquelen lugardedescanso; cel. 02920-611-629); cuesta $ 9.500 pesos para cuatro personas (incluye desayuno, 60 km de rutas hasta el paraje Yaminue y 12 km hasta el puesto del “Tigre” Nirian, quien prepara en el momento un chivito al asador. Luego se recorre el lugar, con avistaje de fauna (guanacos avestruces, pilquines) y pinturas rupestres. Se regresa por la tarde. Hay una variante de dos días que incluye una noche en carpa.
Se visitan zonas con pinturas rupestres (Marcelo Veggia, Tunquelen lugar de descanso)
Desde Valcheta, la Cooperativa de Turismo Alen ofrece la experiencia “Zugún-Curá”, una aventura de tres días/dos noches con todo incluido (vehículo, guía, comidas, alojamiento) recorriendo partes de la meseta. Cuesta $ 2.000 por día para 4 personas (Coop.turismovalchetaalen@ gmail.com; cel. 02920-15-446420).
Dónde informarse
turismo@enteregionsur.com.ar
www.rionegrotur.gob.ar
Una grieta dorada entre las montañas de La Rioja, a casi 3.000 metros de altura (Camel Waidatt / Cuesta Vieja).
Cañón del Ocre, La RiojaUbicado a casi 3.000 metros de altura en el cordón de Famatina, a 77 kilómetros de Chilecito, este colorido cañadón en la montaña exige ascender a las alturas de la Cordillera riojana a través de valles rojizos y amarillos que van dando lugar al ocre al acercarse al cañón.
Desde la 4x4 que desanda huellas pedregosas, con el cielo muy cerca, el cerro El Pesebre, unos minutos antes del Cañón, es un gran anticipo, con sus incontables colores, que hacen palidecer al famoso cerro de los siete colores jujeño. La imaginación popular encuentra entre sus formaciones a la Virgen María, el niño Jesús y otros personajes bíblicos, así que puede probar buscarlos, y disfrutar luego de las paradas para admirar otras formaciones llamativas, como la Paleta del Pintor, Los Penitentes, La Lobería y El Castillo.
Panorámica del cerro Pesebre, cerca del Cañón del Ocre (Camel Waidatt / Cuesta Vieja).
Poco más adelante, ese brillo amarillento que parece aflorar de una grieta entre las montañas anuncia el Cañón del Ocre, un cañadón que enmarca el lecho del río Amarillo, al cual, por obvias razones, también llaman río “Dorado” o “Del Oro”. El color se lo da el abundante óxido de hierro, que se extrae y se utiliza para elaborar pinturas de color amarillo, anaranjado, crema, etc., de alta durabilidad. Se puede bajar al fondo del cañón y caminar por la orilla del río.
El mismo camino, luego del Ocre, sigue zigzagueando cuesta arriba hasta la antigua mina La Mejicana, ahora abandonada, con un espectacular cable carril, que fue declarado Monumento Histórico Nacional.
El antiguo cable carril hacia la mina La Mejicana fue declarado Monumento Histórico Nacional.
La excursión desde Chilecito que organiza Camel Waidatt, de la agencia Cuesta Vieja, al Cañón del Ocre dura 6 hs y media, e incluye sitios como Lavadores de Oro o Cuesta Vieja (lugar de vuelo en parapente) al regreso. Se pasa por Famatina, Los Corrales (con sus fincas de nogales), se visitan petroglifos y el puesto de cabras de Ramón Rosas. Cuesta $ 4.000 para hasta cuatro personas (hasta mina La Mejicana, $ 6.000 para cuatro). Eso sí, se aconseja llevarse la propia vianda, porque lo que se coma depende de cómo se adapte cada uno a la altura (www.cuestavieja.com.ar).
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www.turismolarioja.gov.ar
La Caverna de las Brujas es una de las más grandes de la Argentina, con numerosos túneles y galerías (Turismo Malargüe).
Caverna de las Brujas, MendozaEs un área natural protegida ubicada a 72 kilómetros de Malargüe, en el sur de la provincia de Mendoza. Suma unas 128 hectáreas en el cerro Monacal, a poco más de 1.900 metros sobre el nivel del mar, que incluyen una extensa caverna de rocas calizas desarrollada en varias galerías.
Cerca de la entrada hay fósiles de moluscos, especies dominantes en el jurásico y el cretácico. Las diversas galerías de la caverna se formaron por la acción del agua sobre rocas calcáreas, que erosionó profundos túneles subterráneos y creó, mediante el depósito de materiales salinos, diversas formas muy singulares de estalactitas, estalagmitas, velos, columnas, formaciones coralinas, etc. Algunos de los sitios que se visitan son la Sala de la Virgen, La Gatera, La Sala de la Estalagmita Gigante y la Sala de los Encuentros. Otros sitios, como la Sala de las Flores, fueron cerrados al público para su mejor preservación. Además, dentro de la caverna hay muchos otros recovecos y espacios de una belleza muy singular, como la Sala de la Madre, la Cámara de los Dioses, la Sala de las Arenas o el Jardín de las Brujas. No pueden ingresar menores de 7 años, y no se recomienda para personas con presión, obesidad, claustrofobia o vértigo.
A la caverna, 72 km al sur de Malargüe, se puede llegar con tour o en vehículo propio (Turismo Malargüe).
Se puede llegar en vehículo propio o mediante un tour. En el primer caso, es necesario realizar una reserva previa en la Dirección de Turismo de Malargüe, abonando una entrada de $ 230 para adultos y $ 115 para menores. Los guías se contratan en la entrada a la caverna, y su servicio tiene una tarifa de $ 180. La excursión desde Malargüe dura todo el día, y visita primero las cascadas de Maqui Malal, una formación de origen marino con un salto de casi 30 metros, rodeada por restos fósiles (amonites, bivalvos), donde se hace un trekking paleontológico (1h 30’) y se almuerza. Luego se visita la caverna y se regresa a la ciudad al atardecer. Con entradas, almuerzo y todo incluido, cuesta $ 1.160 para adultos y $ 900 para menores (www.karentravel.com.ar).
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www.malargue.tur.ar
La hermosa caída de 65 metros del arroyo Cuñá Pirú, en el centro de la provincia de Misiones (www.saltoencantado.tur.ar)
Salto Encantado, MisionesProbablemente conozca ya las Cataratas del Iguazú. Y por qué no, posiblemente también los Saltos del Moconá, en el centro-este de Misiones. Pero quizás no sepa que en el municipio de Aristóbulo del Valle, a 7 km del pueblo de Villa Salto Encantado, casi en el centro de la provincia, el Parque Provincial Salto Encantado ocupa una superficie de una hectárea y, además de la selva con su exuberante vida, su gran atractivo es el salto de casi 65 metros de altura que hace justo aquí el arroyo Cuñá Pirú (que en guaraní significa “mujer flaca”).
En el parque hay distintos miradores y senderos para disfrutar de la selva y de otras cascadas cercanas (www.saltoencantado.tur.ar)
Dentro del parque hay distintos miradores que permiten apreciar la cascada desde distintos ángulos, y dos recorridos en deck inaugurados hace poco que dan acceso a vistas espectaculares del salto; al mismo tiempo que permiten adentrarse en la selva de manera segura. Otros senderos recorren la selva Paranense para llegar a otros saltos cercanos, como La Olla, Picaflor y Escondido. Y, entre cascada y cascada, disfrutar de las 36 especies de mamíferos y 214 especies de aves que viven en la zona -entre ellas, cinco especies de tucanes-. Lagartos, ardillas y mariposas seguramente se cruzarán por su camino.
Con la entrada al parque ($ 20) se accede a todos los servicios (maxi kiosco, venta de artesanías, sanitarios, información turística). También hay un restaurante con vista al cañadón del salto, y se puede descender hasta el pie de la cascada por una escalinata de 375 escalones.
Dónde informarse
www.saltoencantado.tur.ar