Telepresencia: la forma de combatir la soledad de los chicos enfermos
Con el robot, logran que los chicos con enfermedades crónicas no sufran tanto la soledad.
En 2015, Karen Dolva se enteró a través de una amiga que había trabajado por poco tiempo en la guardia de un hospital pediátrico, de la soledad que aflige a los niños durante las estadías prolongadas en el hospital. La conversación inspiró a Dolva, quien trabajaba como consultora digital en ese momento, a investigar los efectos del aislamiento social de los jóvenes.
En un término de dos semanas, junto a dos colegas de la industria tecnológica, Marius Aabel y Matias Doyle, habían formado No Isolation, una startup tecnológica que apunta a desarrollar soluciones tecnológicas para los problemas de la sociedad, como la soledad.
En la Bienal de Diseño de Londres, la muestra noruega incluyó la última versión de AV1 de la compañía, una unidad de escritorio diseñada para que se vea como un robot, que puede conectar a un estudiante enfermo con el aula. “Nos sorprendimos”, afirmó Dolva, directora ejecutiva de la compañía. “De no haber aprovechado esa tecnología, no habríamos solucionado el problema”.
Con el robot, logran que los chicos con enfermedades crónicas no sufran tanto la soledad.
La unidad, cuyo rol Dolva lo asemejó al del avatar de un videojuego, no tiene inteligencia propia. Pero su receptáculo de plástico blanco cubre una cámara, micrófono y parlante que un estudiante puede operar desde un teléfono celular o una tableta. Los motores especialmente posicionados le permiten a la cámara en la cabeza de la unidad, escanear el aula completamente en 360 grados, o la cabeza arriba en perspectiva para mirar a un maestro o compañero de clase durante la conversación. (Incluso hay una función de “susurro” que le permite al alumno involucrarse en un intercambio silencioso con los compañeros de clase cercanos).
Una luz blanca por encima de la cabeza de la unidad brilla para mostrar que está trasmitiendo sonido y video, y hace guiños para alertar al maestro cuando el alumno desea hablar. También se puede poner en “modo dormido”, de color azul que indica que el alumno está presente aunque desea que lo dejen solo. Se hace la conexión utilizando wi-fi o red de celulares 4G a través de trasmisión en vivo encriptada por los servidores de No Isolation, y por razones de seguridad, el dispositivo no puede ni grabar ni almacenar imágenes ni sonido.
Con apenas un poco más de 27 centímetros de altura y un peso de 1 kilo, la unidad puede colocarse sobre un escritorio o se puede llevar fácilmente en las salidas escolares, dijo Dolva, agregando que su compatibilidad con 4G significa que mantiene la conectividad en cualquier lugar donde se la transporte, al igual que un teléfono celular. También, al igual que un teléfono celular, hay que cargarlo.
Rachel Johnson de Northamptonshire, Inglaterra, dijo que el dispositivo inmediatamente le permitió a su hija Zoe, de 16 años, que sufre de síndrome de fatiga crónica, asistir a la escuela junto con sus amigos después de tres años de ser escolarizada en su casa, además de integrarse a la interacción social vital para los adolescentes.
“Hablaba con sus amigas durante el recreo, como cualquier conversación normal de adolescentes, aunque esto fue algo que ella no hacía desde que se enfermó en 2014”, escribió Johnson en un email.
Zoe, de 16 años, que sufre de síndrome de fatiga crónica, asistir a la escuela junto con sus amigos después de tres años de ser escolarizada en su casa, además de integrarse a la interacción social vital para los adolescentes.
“Al comienzo hubo algunos problemas porque Zoe recordaba todo lo que se había perdido. Le causó muchísimas lágrimas y molestia; mucho pesar y frases del tipo de ‘si hubiera…’, pero eso pasó pronto y se transformó en una experiencia muy positiva”.
La última versión de AV1 viene con luces LED detrás de los ojos que cambian el color para indicar las distintas emociones. Está disponible en 10 países europeos, que incluyen a Gran Bretaña y Francia, y se puede alquilar por aproximadamente 167 euros, o por menos de $200 al mes. La compañía se negó a dar un precio de venta, diciendo que el costo de AV1 puede variar según las tarifas locales de 4G y el paquete de servicio requerido por el comprador. La compañía introdujo tecnología similar para ayudar a adultos mayores.
La telepresencia podría ayudar a combatir la soledad.
“Mientras que este dispositivo no puede sustituir a la conexión genuina cara a cara, es un ejemplo evocador de la manera en la cual la tecnología de IA puede ayudar a las personas con discapacidades”, dijo Oren Etzioni, director ejecutivo del Instituto Allen para la Inteligencia Artificial en Seattle. “Piensen en el poder de la IA en el servicio de muchos no videntes, sordos y personas con otras discapacidades en nuestra sociedad, cuyos cuerpos o sentidos se encuentra desafiados”.
© Penelope Colston. The New York Times.
Traducción: Patricia Sar
