Las cinco claves que explican el éxito de "Years and Years"
“¡Inglaterra para los ingleses! Tenemos que vigilar nuestras fronteras e Internet”, provoca por la TV de Londres la empresaria Vivienne Rook (Emma Thompson) en la miniserie Years and Years, que este viernes 2 a las 22 presenta su episodio final, por HBO.
En Manchester, los seis miembros de la familia Lyons, conectados en red, miran la pantalla con fervor y pavor. ¿Llegó la líder que merecen Gran Bretaña y Europa luego del Brexit? ¿A quién hace acordar “Viv” Rook, con el pelo amarillo y esa sonrisa mordaz? ¿Al flamante primer ministro Boris Johnson, fanático de un Brexit duro? Las preguntas se abren en Years and Years, esta ficción que interpela al mundo político y digital de hoy y del futuro.
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De lunes a viernes por la tarde.
Este viernes desde las 16.30, la señal HBO Plus emitirá un maratón de sus cinco primeros episodios y a las 22 llegará el cierre, todo por HBO. A su vez, desde el sábado, se la podrá ver completa en Flow y en Canal 1 HD de Cablevisión.
“Es un drama épico de inestables avances políticos, económicos y tecnológicos”, definió su creador, Russell T. Davies, a esta miniserie política y distópica también producida por la BBC. ¿Cuál es su foco? Los efectos cotidianos que sufrirá la familia Lyons, y toda Inglaterra, a medida que la mediática “Viv” Rook gane poder con un discurso derechista, crítico de los partidos tradicionales, y que acentuará las desigualdades y los odios colectivos.
“¡Me importa una mi**** el conflicto entre Israel y Palestina! Este mundo es un caos y nuestro conformismo será desesperación. ¡Tenemos que ir a la acción!”, incita Rook en televisión. Al ver que su insulto fue tapado en pantalla con cuatro asteriscos, anuncia la creación de su Partido de las Cuatro Estrellas y que se postulará a primera ministra: apelará a los bajos instintos ingleses, con ideas monetaristas que podrían anticipar las tragedias internacionales de los próximos cinco, diez o quince años.
Uno de los imanes de la serie es el planteo de lo vincular, con una familia atravesada por el tiempo.
Los cinco hermanos Lyons y su abuela asistirán a la paulatina crisis británica y europea en Years and Years. En la trama, la Reina Isabel II falleció, la libra esterlina se hunde y Donald Trump logró la reelección. China y los Estados Unidos se enfrentan con armas nucleares. En Ucrania, un golpe militar persigue a los gays y los inmigrantes son recluidos en campos. Son algunas de las consecuencias -o advertencias- que plantea Years and Years con intriga y algo de humor.
Tras su cierre estreno en el cable, se la podrá maratonear On demand en Flow y en la plataforma HBO Go. Además, tendrá repeticiones por HBO Plus desde el lunes 5 a las 22, y maratones el sábado 10 y el domingo 25. Aquí, cinco claves para no perderse una de las sorpresas que regaló la TV de este año.
1) La potencia de los lazos familiares
Los Lyons están en el centro de la escena, tanto como grupo familiar, como representantes individuales de diferentes conflictos.
“¿Qué opinan de 'Viv' Rook? ¡Parece rebelde!”, consulta embelesada Rosie Lyons (Ruth Madeley), en silla de ruedas por su espina bífida, con dos hijos que tuvo con un chino, quien la abandonó. “No te hagas muchas esperanzas. Rook sólo defiende a los empresarios como ella”, despeja su hermano gay Daniel (Russell Tovey). Está casado, pero en el campo estatal de refugiados donde trabaja se enamoró del inmigrante Viktor Goraya (Maxim Baldry), quien sufrió torturas en Ucrania por su homosexualidad.
Su hermano mayor Stephen (Rory Kinnear) no sabe qué pensar de Rook: es un asesor financiero casado con Celeste Bisme (T’Nia Miller), de raíz afro. Y la otra hermana Lyons, Edith (Jessica Hynes), es una activista política sin razones para confiar. Pero la abuela Gran Muriel (Anne Reid) no pierde la memoria. “Este mundo es terrible, pero no me quiero perder ningún detalle”, dice. La reacción de los Lyons frente a cada cimbronazo monetario y social es uno de los imanes de la serie. Hasta sus reacciones más injustas o exageradas llegan a ser entendibles.
2) La relación entre la ficción y la política real
Más allá del futurismo que plantea, la verosimilitud no se despega del relato.
Si el presente genera miedo, lo que venga parecerá un temblor. De 2019, la trama de Years and Years irá en el segundo episodio a 2025, luego a 2026, y así, hasta 2029. Aunque estos saltos temporales no suenan forzados o arbitrarios. Son las proyecciones a escala de los conflictos -europeos y globales- que se pueden intuir no sólo en la ficción. La serie triunfa al cruzarlos en el día a día.
“Es el único candidato que nos puede sacar de este caos financiero”, piensan en silencio los cinco hermanos Lyons. Ya en el cuarto oscuro eligen con temor por el Brexit: cada uno votará a un postulante distinto. “El problema de los extranjeros”, “la vigilancia de la información on-line” y “la crisis bancaria y la recesión” inundaron las plataformas electorales. ¿Quién triunfará para dominar o aislar a esta porción de Europa? ¿Los conservadores, los laboristas o Rook? Una noche suenan las sirenas que alertan de los ataques aéreos en el Reino Unido. ¿Es una puesta en escena o una amenaza real? Cada Lyons podrá decidir creer, desconfiar o luchar para cambiarlo.
3) Su mirada sobre la tecnología y la vida cotidiana
Sin asfixiar, la serie propone una mirada sobre los avances tecnólogicos. No llegan a ser una amenaza, pero un poco intimidan.
Esta miniserie muestra cómo el imperio de lo digital, los smartphones y la inteligencia artificial influyen cada vez más en la sociedad. ¿Para bien o para peor, como asimismo plantea Black Mirror, de Netflix, la competencia de HBO? En Years and Years, la adolescente Bethany Lyons (Lydia West), hija de Stephen y Celeste, abre un dilema que algún día no será tan irreal. “Mamá, papá, quiero decirles algo. Yo me defino como ‘transhumana’. Quiero subir mi conciencia a la Nube de Internet”.
Los dos la miran horrorizados. Pero la tecnología puede operar incluso para develar los fraudes financieros masivos, o para que los Lyons jamás pierdan su conexión emotiva: física y por 4G, a través de distintos puntos del Planeta. “Signor, conectame con mis cinco nietos al mismo tiempo”, le indica la abuela Muriel al sistema operativo que maneja sus finanzas y hasta sus electrodomésticos. “¿Están todos on-line? ¿Qué tienen pensado para festejar mi cumpleaños número 92?”, sonríe. Years and Years mira al mañana, pero no asfixia, gracias a su candor.
4) Las excelentes actuaciones principales
Uno de los puntales de esta ficción pasa por la composición de los personajes. Ninguno se desperfila ni se pierde cuando entra en el túnel del tiempo.
En 2025, a la joven Bethany Lyons se le iluminan los ojos cuando revela que se hizo implantes cibernéticos bajo la piel: su mano funciona como un celular. Un año después va a tener un ataque de histeria (y lo transmitirá a la pantalla) cuando a una amiga le implanten una cámara defectuosa en un ojo: la operación le costó miles de libras en el mercado negro de Liverpool. El padre, Stephen Lyons, tensa cada músculo al confesar sus secretos ante Celeste y a sus propios hermanos. Temblando de frío, el menor, Daniel Lyons, recorre media Europa para repatriar a su enamorado, el ucraniano Viktor. Y Rosie Lyons aplaude cada frase altisonante de Vivienne Rook, pero se abrirá, sin filtro, un día de funeral.
¿No tiene ideología o le faltan referentes morales de verdad? Luego, la activista Edith Lyons regresará de su protesta en China con una certeza: los tiempos están contados cuando uno se expone a la radiación nuclear. Cada carácter de Years and Years ofrece un espejo, o una lección, para cualquier reunión familiar. Aquí, en Gran Bretaña o en cualquier lugar.
5) La credibilidad de su villana
Emma Thompson le da vida a Vivienne Rock, una mujer poderosa que derrocha toda la polenta y la provocación posibles.
Las comparaciones apresuradas dirán que Years and Years combina la ironía electoral de una comedia como Veep, con las claves de un melodrama exitoso como This Is Us. Pero el plus de esta creación de Russell T. Davies (el mismo de A Very English Scandal) es su eje particular del mal: la caracterización que hace Emma Thompson de la empresaria Vivienne Rook, que gana matices en cada una de sus decisiones tácticas y millonarias, hasta ocupar las altas esferas del poder.
Rook puede ser vista no sólo como una metáfora de los líderes mesiánicos ultra-conservadores que inundan las noticias de hoy. También como un reflejo quebrado de los peores miedos de los ciudadanos europeos. ¿Una alusión a Donald Trump o al controversial primer ministro Boris Johnson, a favor de un Brexit sin acuerdo? En una subasta de negocios, Stephen Lyons se cruzará con Rook y descifrará su verdadera personalidad. La anti-política, con altas dosis de marketing, puede sonar rupturista y renovadora. Hasta que los bancos, con los ahorros de millones, comiencen a cerrar. Como las fronteras.