“Cuando subes a un escenario, todo tu ser cambia”
Quienes han estado siguiendo la carrera de Annie Clark (Tulsa, Oklahoma, 1982), más conocida como St Vincent, alias bajo el que lanza sus discos, estarán acostumbrados a trajes de látex imposibles, peinados marcados y una banda ataviada con leotardos. Estos días, sin embargo, esta confesa fan de Prince y Kate Bush presenta nuevo disco sin banda ni actitud de dominatrix, MassEducation (2018). Se trata de un álbum con 12 versiones con voces y piano de Masseduction (2017), el que ha sido su quinto y más popular hasta la fecha y cuyo sonido, llamativo y ochentero, se disparó a un tecnopop casi global (trabajó junto a Jack Antonoff, nombre implicado en el éxito de Lorde y colaborador de Taylor Swift). Grabado a la vez que el original, MassEducation ofrece el lado más íntimo de la cantante y guitarrista con la única compañía de uno de sus mejores amigos, el pianista Thomas Bartlett.
“Hacer este disco es una de las más gratificantes experiencias que he hecho. Thomas y yo ni siquiera hablamos de cómo íbamos a interpretar las canciones; solo hicimos tres o cuatro tomas de cada una; es un trabajo completamente espontáneo y ha sido como redescubrir la música, entenderla como algo continuo: tocar y grabar tal y como sale. No hay ironía ni producción; estas canciones vienen desde el corazón y ha sido como darles una nueva vida”, explica para este periódico la ganadora de un Grammy al mejor álbum de música alternativa de 2014, justo veinticuatro horas antes de un exclusivo (e íntimo) concierto en Londres para el estreno mundial del nuevo disco y con las entradas agotadas en apenas minutos. “Creo que algo sucede cuando te subes a un escenario. Todo tu ser cambia; hay cosas que he hecho en el escenario que nunca soñé hacer en mi vida normal. La música es muy poderosa y yo intento encontrar la manera de canalizar eso todo el tiempo. Suena muy exagerado, pero es verdad”, reflexiona en uno de los apartados del hotel de lujo.
Guitarrista excepcional –el año pasado actuaba con Sufjan Stevens en los Oscar y fue una de las elegidas para tocar con Nirvana en el 20 aniversario de la muerte de Kurt Cobain–, Clark descubrió su amor por la música en el coche. “Fue escuchando de niña canciones por la radio con mi madre y hermanas. Es verdad que mi tío era increíble. Definitivamente, hay una continuidad familiar ahí, porque él es un genio. Nadie en el mundo toca la guitarra como él”, dice de Tuck Andress, mitad del dúo de jazz Tuck and Patti. Añade que, desde que tiene memoria, se pasa el día escuchando música… más ahora que está empezando a aprender a pinchar y a mezclar. “Eso de ser dj es la excusa perfecta para hacer búsquedas. Para mí todo es música, no existen los géneros”, explica mientras sus últimas víctimas han sido The Presidents y Tones on Tail. “Una buena canción es una buena canción, no importa el género. Algo que mueve a la gente es sinónimo de un buen tema. Yo crecí escuchando grunge, bandas de noise, hip hop. En mi caso, lo que intento cuando escribo canciones es hacer algo memorable, la mejor canción que sea capaz. No pienso si es pop o no lo es”.
En esa libertad se parece a David Byrne de Talking Heads, uno de sus ídolos y con el que grabó un disco conjunto en 2012. “De él he aprendido que no hay que mirar nunca hacia atrás”, dice, para luego aclarar que sus canciones son pop porque son para todo el mundo, pero, sobre todo, son para ella misma, de ahí el sentido de haber hecho un disco con versiones propias: “Recuerdo desde muy pequeña hacerme grandes preguntas sobre el mundo, sobre el universo. Cosas para las que no estaba preparada, asuntos imposibles de comprender entonces. La música sirve para eso, para explorar partes de ti mismo que son misteriosas, oscuras, que te dan miedo o felicidad. Hacer música es un lenguaje para expresar eso que es inexpresable de otra manera. Así que, escribo canciones también para mí misma”.
Amores con celebridades
El nombre de St Vincent estuvo en ese otro tipo de prensa asociado a la celebrity Cara Delevigne, con quien Annie mantuvo una relación sentimental. Justo después, empezó a salir con la actriz Kirsten Stewart. En las letras de estas canciones a piano descansan esas experiencias y sentimientos.“Es un hecho que mis letras son personales, pero nada es literal. La gente se ama y es lo normal escribir sobre ello. Los músicos somos contadores de historias, no importa demasiado qué es verdad o qué no lo es. El amor con una celebrity es igual que con alguien que no lo es, solo que además tienes que lidiar con la idea de lo que es esa persona para el resto del mundo, que nunca es la realidad. Yo lo que le digo a mi madre cuando lee por ahí cosas sobre mí es: 'Mamá, tú me conoces, pregúntame a mí directamente, no te creas lo que lees”, dice.