Albania, el destino low cost que marca tendencia en Europa
Un paisaje de ensueño en Albania. (IStock)
Albania, ubicado al sureste de Europa, fue un país "desconocido" durante mucho tiempo porque tenía un régimen comunista. Pero cuando en 1992 el partido demócrata ganó las elecciones, el lugar salió del aislamiento al mundo y hoy se convirtió en un destino con mucho por descubrir y sobre todo, accesible.
Es uno de los destinos más baratos de Europa
Albania es el número 2 en el ranking de los países más económicos del mundo para comer y hospedarse. En comparación a España, los precios bajan alrededor de 52%. Una comida está entre cinco y ocho euros, y una noche en un hotel cuatro estrellas está alrededor de los 50 euros. Al no ser un lugar turístico masivo, por el momento los precios son muy convenientes.
Una playa de Albania (Getty Images)
Tirana, su capital, un atractivo imperdible
Es el centro de la actividad cultural, económica y gubernamental de Albania. Con una población aproximada de 800.000 habitantes, es una de las ciudades más grandes de la península balcánica. Allí se combinan el pasado y el presente con edificios nuevos a la vez que continúan en pie muchas construcciones de la antigua era comunista.
Un paisaje nocturno en Albania. (IStock)
La plaza Skanderbeg es el punto alrededor del cual gira la ciudad y el barrio de Blloku, el antiguo reducto de la cúpula comunista al que no tenían acceso el resto de los habitantes del país. Ahora está lleno de cafés, restaurantes y terrazas así que es un gran sitio turístico.
Berat: patrimonio de la humanidad
A una hora y media de Tirana se encuentra la que es conocida como "la ciudad de las mil ventanas" ya que las casas que fueron construidas a finales de los siglos XVIII y XIX tienen este tipo de característica. Esta ciudad patrimonio de la humanidad está considerada la urbe más antigua de Albania que data del siglo VI aC. Tiene hermosas iglesias bizantinas, casas tradicionales de la época otomana y en la parte alta.
La gastronomía albanesa, una joyita a descubrir
La gastronomía es deliciosa y variada. Está influenciada por los países que la rodean, tales como Serbia, Macedonia, Montenegro,Turquía y Grecia. Un ingrediente que se encuentra en casi todas las recetas es el yogur, prácticamente imprescindible.
Un castillo en Albania (IStock)
Entre los platos típicos está el fërgëse, un guiso caliente con ternera, huevos, perejil y queso y servido en cazuela de barro; los byrek, unas empanadas de masa filo rellenas de queso; el tave kosi, cordero deshuesado cocinado en el horno junto una salsa cremosa, el kukurec, una especie de rollito de vísceras en trozos, cocinado a la brasa y aromatizado con ajo y pimienta; y el kabuni, un postre a base de arroz.
Vista aérea del centro de Gjirokastra, Gjirokastra Albania (La Vanguardia)
Caminos ideales para practicar trekking
El interior de Albania está lleno de rutas en las que los turistas pueden salir a caminar o hacer montañismo o ciclismo. La zona del valle de Valbona, al norte del país, también conocida como "Alpes albaneses" es una maravilla natural y paisajística.
A esta zona pertenece el parque nacional de Valbona, un área de unas 8.000 hectáreas, repleta de casas rurales que se dedican a cultivar sus huertos y criar animales. Una aldea en la que el tiempo no pasó.
Albani: una vista aérea del país de Europa del Este (IStock)
Playas únicas y prácticamente vírgenes
La costa de Albania comprende 360 kilómetros repartidos entre dos mares. Sus aguas cristalinas y tranquilas son una maravilla, entre las que se destacan: Ksamil, de color turquesa, Dhermi por ser una de las más grandes, o Qeparo, oculta entre dos acantilados.
Patrimonio arqueológico
El origen de los restos arqueológicos de Byllis se remonta al siglo IV a.C. cuando fueron fundados por una tribu liria y posteriormente convertidos por Julio César en una colonia. Pero además hay otros yacimientos: un anfiteatro que originalmente tenía 7.500 asientos, varias basílicas bizantinas pavimentadas con mosaicos, ruinas de las murallas que tenían una longitud de 2.200 metros y abarcaban 30 hectáreas y edificios públicos romanos.
(Fuente: La Vanguardia)